viernes, 11 de febrero de 2005

02/01/05 y el 11/02/05


1.- 11.02.05. La herencia social del neoliberalismo

Editorial viernes
En su edición de ayer La República se ocupaba describir una serie de incidentes violentos sucedidos en Montevideo y en distintas ciudades del Interior que resultan altamente llamativos. Y alarmantes.
En primer lugar porque se trata de expresiones de violencia ciega en la que se cae sin ningún tipo de pretexto, salvo la ingesta excesiva de alcohol y el consumo de alguna droga de efectos fulminantes, como según se informa, ocurre con la llamada “pasta base”. No son muestras de rechazo, que también serían inadmisibles, a nada, a ningún acto efectivo o simbólico de ninguna protagonizado por otro grupo de personas.

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    En ese sentido, las pedreas y botellazos intercambiados a la salida de bailes o espectáculos musicales conllevan una dosis de agresividad pura y gratuita que la vuelve más incomprensible que los exabruptos de hinchadas de fútbol y hasta de las nocivas barras bravas que vienen ensombreciendo el desarrollo de múltiples eventos deportivos.
    En segundo lugar, estas absurdas batallas campales no se ahorran prácticamente ningún lugar del país y parecen alcanzar hasta los rincones tradicionalmente más apacibles y reposados de la república. Es gente que se incorpora, que se suma a actos de violencia ciega sin tener antecedentes ni personales ni locales ni sociales en ese tipo de desahogo destructivo y totalmente inconducente.
    En tercer lugar, todas las crónicas, tanto las de ayer y otras anteriores, tienden a describir las algaradas como protagonizadas por grandes núcleos o aglomeraciones de gente joven.
    En ese contexto el desarrollo de esta virulenta irrupción de violencia ciega habla con elocuencia que para mucha gente, especialmente joven, hay cosas que no están funcionando bien en el país.
    Imposible no asociar estos estallidos al mantenimiento del niveles sumamente altos de desocupación y de trabajo precario, de salarios extremadamente bajos y de la ausencia de reconocimiento por las vías gremiales que habilitan la organización, la disciplina y la negociación colectiva de las situaciones de trabajo que generan malestar.
    No sólo asistimos a una crisis del modelo económico, saldo de un ciclo recesivo demasiado dilatado, con sus dolorosas consecuencias en materia de cantidad y calidad del empleo, sino que también están fracasando los mecanismos sociales, educativos y de contención y vida gregaria, familiar, barrial, educativa, sindical, que permitan encauzar inquietudes y rebeldías por la senda de lo colectivo, lo racional y lo acumulativo.
    No se trata solo del colapso del Estado raquítico y saboteado por las políticas neoliberales, la interpelación que esta violencia juvenil ciega realiza va más allá.
    Incumbe la todas las respuestas colectivas, especialmente los partidos políticos, que son reproductores de unas enseñanzas y un ideario, de una pasión compartida y un sentido de la militancia y de la historia del país y de su gente.
    En los últimos tiempos, el neoliberalismo tendió a socavar las bases emocionales, ideológicas, de esta reproducción de identidad y adhesiones que durante decenios atrajeron a múltiples generaciones de muchachos identificados con los partidos tanto tradicionales como de izquierda.
    Este proceso de desagregación y desfibramiento familiar, social y cultural no ha hecho sino profundizarse a lo largo de los últimos años, de la mano de la desestructuración de la sociedad y el derrumbe del “brazo social” del aparato estatal.
    El nuevo gobierno tendrá que abordar esta situación desde una óptica abarcativa, multidisciplinaria, en la que se conjuguen los esfuerzos y las iniciativas de las múltiples agencias y recursos que el país tiene y en otros tiempos ha sabido emplear.





2.- 07.02.05. Retomar los grandes momentos de la historia del FA como movimiento de masas. ¡A ganar el tercer tiempo!

Escribe: Hugo Cores
La reflexión más importante a la que nos debemos los frenteamplistas en la actualidad es, según creo, la que tiene que ver con la asunción del gobierno y la inmediata aplicación del plan de emergencia.En esta nota me ocuparé de tres temas bien diferentes.
Antes de abordar este asunto me importa decir mi opinión sobre algunas cuestiones para las que vale aquello de que "quien calla otorga, cuando puede y debe contestar".

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    ¿Tolerancia hacia el golpismo?
    Decir por ejemplo que no me parecen satisfactorias las respuestas dadas por las flamantes autoridades del Ejército a los exabruptos del Sr. Paulós, un incontinente e impertinente defensor de lo actuado por los militares golpistas en los años 70 y 80. No se trata de una cuestión de adjetivos sino de saber qué piensan los mandos militares en actividad sobre la legitimidad o no de los golpes militares. Resulta evidente que, contrariamente a lo que algunos compañeros sostuvieron, los veinte años de democracia no han conseguido recuperar para la democracia a una buena parte del pensamiento militar uruguayo. Estamos en esto más atrasados que Argentina, Brasil y hasta Chile.
    Es que los cambios de mentalidad, en éste como en otros terrenos, no se diluyen por el mero transcurso del tiempo. Se hace necesario un esfuerzo conciente, que supone tensiones y contraposición de ideas y de intereses. Y a las que es inevitable enfrentar.
    Algunos magos de la palabra, verseros del tipo Yamandú Fau, han invocado desde el gobierno la necesaria tolerancia hacia opiniones personales de, por ejemplo, Paulós, sin señalar que se trata de declaraciones que configuran una apología del delito contra las instituciones democráticas y contra los derechos humanos. Que se trata de individuos que pertenecen a organizaciones, como el Centro Militar, en las que también participan cientos de oficiales en actividad. Y que seguirán desarrollando su actividad profesional durante el gobierno popular presidido por Tabaré Vázquez.
    Otro episodio ha suscitado reacciones varias. Me refiero a las denuncias acerca del domicilio actual de Manuel Cordero: para ahorrar espacio digamos que suscribo en un todo lo sustentado en editorial de La República del día sábado 4: más que Cordero, lo que interesa es la subsistencia de un sistema de garantías para los acusados de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.
    El amparo estatal a los operadores uruguayos del Plan Cóndor, en momentos que en el resto de la región sus crímenes son develados y sus actos expuestos a la acción de los jueces, nos coloca, como país, en una situación insostenible y no deja de constituir una dificultad suplementaria al gobierno que asumirá en marzo.
    Acatar a la Sra. Ministra
    Como contrapartida, la nota dominante, sobresaliente se podría afirmar, lo ha constituido las actuaciones de la Dra. Azucena Berrutti. Su firmeza y su claridad en el tratamiento de estos temas delicados la han convertido en la primera figura, en decenas de años, designada para la cartera de Defensa Nacional con una conducta incuestionablemente legalista y democrática.
    Su trayectoria como abogada, su estilo de trabajo y su búsqueda de apoyo en la Comisión de Defensa del FA presidida por el Gral. Licandro, marcan un rumbo.
    Y es el rumbo que no sólo los frentistas sino todos los uruguayos con pensamiento democrático deben compartir: la idea del acatamiento por parte del colectivo militar a las normas y las decisiones que emanan de las autoridades electas por el pueblo.
    Acatar la ley, respetar la Constitución, obedecer a la señora Ministra, ¡qué bien suenan todas estas reconvenciones terminadas en "a" dirigidas a los rudos e impositivos mandos militares!
    Seguramente debe ser su primera e inolvidable experiencia.
    Preparando el Plan de Emergencia
    Llevar a buen término este aspecto clave de la acción del nuevo gobierno supone un esfuerzo gigantesco.
    Se trata de, desde un Estado semi-destruido al que recién se empieza a conocer, prestar atención a los problemas sociales gravísimos que se heredan. Y hacerlo como punto de partida de un proceso de recuperación de ciudadanía para los excluidos, como comienzo y no como culminación, como plan nacional para todos los excluidos y no como acción "focalizada" exclusivamente hacia las situaciones extremas.
    El daño causado en el tejido social tiene una dimensión alimentaria, de salud, de vivienda y de educación. Pero sería un error perder de vista que están en juego condiciones ideológicas de la mayor importancia.
    Tal como lo encara el FA, el plan de emergencia además de funcionarios calificados hace imprescindible la existencia de una militancia social y política abnegada y convencida.
    Desde un Estado maltrecho como el que nos dejan, unas estructuras administrativas, municipales y nacionales, socavadas por el clientelismo, los bajos salarios y la corrupción, ¿cómo evitar el desvío más o menos solapado de recursos?
    ¿Cómo superar las tendencias a la parcialización de las demandas, al corporativismo; las tendencias, comprensibles, a ver el árbol y no mirar el bosque?
    Todo eso tiene un nombre que lo engloba: se llama acción política de masas y pasa por crecimiento de la organización a partir de lo que nuestro pueblo ya ha construido, como sus cooperativas, su Fucvam, sus organizaciones sindicales, como el Pit-Cnt, sus organizaciones barriales y, en el caso de Montevideo, los ámbitos de participación surgidos del proceso de descentralización municipal, como las Juntas Locales y los Consejos Vecinales.
    Y el brazo tejedor de esas redes de organización tiene que estar estimulado y guiado por la fuerza política.
    Alentar el despertar colectivo de la sed de derechos
    Es desde una visión política, de conjunto, nacional, capaz de fundamentar la totalidad del plan en el marco de un programa de reconstrucción nacional y social de mediano y largo plazo, que el Plan de Emergencia sorteará los escollos que interpondrá la sociedad del privilegio y la incompetencia del Estado burocrático blanqui-colorado.
    Estos aspectos llamémosle político-ideológicos del Plan, que implican defender el sentimiento de solidaridad y acción colectiva por encima del consumismo con el que se nos bombardea a diario, presuponen instrumentos políticos, culturales, educativos, artísticos. Materia prima para eso no falta en el país.
    Sobran militantes potenciales. Sobran intelectuales y artistas dispuestos a trabajar en esa sacudida emocional e ideológica. Sobran técnicos y articuladores.
    Aplicar un plan solidario, a contracorriente de la "ley de la selva" que han buscado imponernos con el neoliberalismo y sus subproductos ideológicos, implica recrear un clima de acción y de sentimientos nuevos y a la vez viejos, retomar los grandes momentos de la historia del FA como movimiento de masas, esa creatividad y esa abnegación demostradas una y otra vez a lo largo de los últimos 34 años.
    El tercer tiempo
    Retomando a Mauricio Ubal, creo que nuestro primer tiempo como FA fue resistirles. Seguir existiendo entre la gente cuando hicieron todo lo posible para borrarnos del mapa.
    El segundo tiempo fue el de la primera acumulación política que culminó con la conquista del gobierno departamental primero y ahora el nacional.
    El tercer tiempo empieza el 1º de marzo.
    El cumplimiento exitoso de un programa popular, con mucha participación y mucha transparencia, nos llevará a seguir acumulando, fuerza y saber. Nos ayudará también a nosotros a ser mejores. A estar cada vez más lejos del depredador y el consumista que fabrica este sistema para avanzar hacia el ser humano, solidario y pleno, hacia el que apunta nuestro programa humanista y libertario.






3.- 05.02.05. El criminal Cordero y sus cómplices en el Estado

Publicado en La República
Editorial, Las revelaciones realizadas en su edición de ayer de la revista “Caras y Caretas” referidas al domicilio del ex militar uruguayo Manuel Cordero, requerido por la justicia de por lo menos dos países, Argentina y Uruguay, podría fácilmente inscribirse en una reflexión más amplia acerca del conjunto de problemas que deberá enfrentar el nuevo gobierno.
Efectivamente, a partir de declaraciones claras y terminantes de la futura Ministra de Defensa Nacional Dra. Azucena Berrutti, han tomado estado público algunas declaraciones de ex militares o militares en actividad, que revelan la existencia de una amplia problemática que debiera examinarse en forma serena y profunda, a la luz de la experiencia que el país tiene en lo referido a las relaciones entre la institución militar y el sistema constitucional basado en el ejercicio de los Derechos Civiles y Políticos de toda la ciudadanía.

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    La circunstancia de que Cordero, prófugo de los dos sistemas de justicia de ambos lados del Río de la Plata, se encuentre viviendo desenfadadamente en una ciudad lindante con la frontera uruguaya es una befa y tiene implicancias que se podrían calificar de ridículas si no tuvieran connotaciones trágicas.
    ¿Cuántas omisiones se tuvieron que perpetrar contra el orden legal para asegurar la pasmosamente calma impunidad de Cordero?
    En realidad, frente a este verdadero “sistema de garantías” que ampara a un militar del Plan Cóndor, a un operador del Terrorismo de Estado junto con Gavazzo y los demás oficiales denunciados repetidamente por La República, lo que cobra importancia, más que la peripecia individual de Manuel Cordero, es justamente la existencia de soportes en el Estado y en el sistema político que aseguran el “sereno reposo” del torturador perseguido.
    Cuando hablamos de soportes en el Estado nos estamos refiriendo a cuestiones específicas y que no son ninguna novedad para el Frente Amplio y para su bien desarrollado pensamiento militar: aludimos a la existencia de jerarcas militares o policiales que, por una razón u otra, hacen la “vista gorda” ante los movimientos de ex oficiales perseguidos por la justicia. En realidad actúan como sus cómplices y su inacción, más que ineptitud burocrática, sólo puede ser entendida a la luz de una voluntad y un compromiso de respaldo con el colega perseguido.
    Soporte en el Estado es también la subsistencia de un cuerpo de Doctrina que, originado en la concepción de la Seguridad Nacional, se ha maquillado para transitar sin contratiempos por las descuidadas avenidas de la democracia.
    La permanencia en puestos de gravitación en el aparato policial y militar de antiguos protagonistas del Terrorismo de Estado es el resultado de una política seguida por los sectores dominantes y que el Frente ha denominado con toda justeza la ausencia de una “depuración de las Fuerzas Armadas”, concepto que aparece reiterado y especialmente aclarado en cada una de las instancias que el progresismo uruguayo ha reunido sus congresos para examinar todos los problemas atinentes a la democratización de la Sociedad y del Estado.
    La denuncia publicada a la que hacíamos referencia más arriba pone, como corresponde, en tela de juicio la actuación de Interpol, en tanto brazo auxiliar del sistema judiciario que se omite en la detención de un sujeto prófugo de la Justicia.
    Pero sería una visión parcial atribuir exclusivamente a esa dependencia policial toda la responsabilidad de la impunidad de que goza Cordero, en el fondo no demasiado distinta de la que disfrutan sus antiguos socios de la OCOA y del SID, responsables de delitos que, como lo han explicado muchas veces los juristas que se ocupan del tema, constituyen delitos contra la humanidad, vale decir que no se extinguen sino que se reiteran de manera permanente.
    Sin ir más lejos el ex canciller del gobierno blanco presidido por el Dr. Lacalle, el Profesor Héctor Gros Espiell, ha explicado, con un lenguaje técnico absolutamente preciso, la necesidad de considerar estos delitos a la luz de las obligaciones que para Uruguay emergen de los compromisos suscriptos en los Tratados Internacionales en Defensa de los Derechos Humanos.





4.- 04.02.05. El prontuario de Cordero

Escribe: Hugo Cores
Manuel Cordero no es un individuo que tenga historia. No debiera contaminarse la palabra remitiéndola a tan sórdida materia: Cordero en realidad lo que posee es un prontuario criminal y unos demasiados flacos antecedentes judiciales por hechos relativamente recientes.
Su prontuario criminal no constituye una pieza oficial, un obrado de la administración de Justicia: se encuentra, más bien, disperso en decenas o centenas de testimonios judiciales de sus víctimas, los que logramos sobrevivir y en las crónicas periodísticas de los reporteros tenaces que han ido trazando las marcas de su luctuosa trayectoria como funcionario del ejército uruguayo.

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    Se podría esbozar un paralelo entre las primeras intervenciones de este individuo con el proceso de deterioro y derrumbe del estado de derecho de nuestro país. Y no sólo en el nuestro, donde ha gozado largamente de una vergonzosa impunidad, sino también en los países vecinos.
    De Cordero se empezó a hablar después de 1968, cuando en el país funcionaba, ya algo renga y maltrecha, nuestra democracia política. Funcionaba el Parlamento, existía una Suprema Corte de Justicia y un presidente de la república que cada día más se apoyaba en la policía, los militares y el miedo para gobernar y cada vez menos en las instituciones de la República.
    Por entonces ya revistaba en los Servicios de Inteligencia y participaba en las primeras grandes “viabas” que se inflingieron en al país a presos y presas por razones políticas o sindicales.
    Como el caso de Astiz en Argentina, a Manuel Cordero no se le han reconocido nunca especiales méritos en el desarrollo específico de la acción militar, como temerario combatiente sino como hombre de la represión interna. Formaba parte de los que “intervenían en la lucha” cuando los “enemigos” ya estaban presos, esposados y debidamente encapuchados, para mantener el anonimato de sus heroicos captores. Sobre las acciones de Cordero como torturador tres o cuatro años del golpe militar hay decenas de denuncias.
    En 1972, a partir de la declaración del Estado de Guerra Interno, junto con José Gavazzo y Jorge “pajarito” Silveira, formó parte de los grupos itinerantes que recorrieron todas las unidades militares del país en las que había presos.
    En algún momento se dijo que “enseñaban” técnicas de tortura. Es un concepto a examinar.
    En realidad las torturas que se encargaron de diseminar por el país los hombres de la OCOA no tenían grandes innovaciones “técnicas” con relación a las que se habían aplicado antes.
    En realidad los que Gavazzo, Cordero y Silveira transmitían era una tesitura moral, una lección de ética: se puede imponer tormentos a un hombre o una mujer amarrados. Se puede y se debe hacer. Y una vez hecho uno puede estar tranquilo consigo mismo, puede dormir en paz.
    Esa fue la lección que impartieron, más que la de la picana, el tacho, el plantón o el caballete.
    Una especie de “vidas paralelas”, decíamos, entre el crecimiento de las hazañas de Cordero y el descaecimiento del Estado de Derecho, el predominio de la fuerza, de la prepotencia, del miedo. Y de la hipocresía de los que sabían y callaban. De los políticos civiles, como Bordaberry, como Batlle, como Sanguinetti, que dieron cobertura legal a la práctica sistemática de estas formas del terrorismo de Estado de los años 60.
    Después del golpe de 1973, la patota de la OCOA pasó a revistar como SID, Servicio de Inteligencia de Defensa y empezó a formar parte de las legión uruguaya del Plan Cóndor.
    Su vinculación a la represión política -legal e ilegal- en la Argentina, proviene de los años 73 y 74, tres años antes del golpe militar que derrocara al gobierno peronista de Isabel Perón.
    Pocos expedientes judiciales en la República Argentina y en Uruguay contienen más testimonios coincidentes que las denuncia contra Cordero por su actuación en Orletti.
    Su nombre es, como el de Gavazzo, un símbolo de la impunidad en los casos más documentados: el secuestro de Elena Quinteros, el robo de su hijo Simón a Sara Méndez, la apropiación por Furci de Mariana Zaffaroni y el infame asesinato de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz.
    De pocos oficiales se conocen tantas rezones para la actuación de la Justicia. En Argentina, ya hay, desde casi 20 (veinte) años un pedido de extradición por estos delitos.
    ¿No habrá llegado la hora de justicia para Cordero?
    Tomado de la Revista Caras y Caretas, Nª 182 del 4 de febrero de 2005.




5.- 17.01.05.- Una comparación equivocada:Los desafíos de Lula y los de Tabaré


Escribe: Hugo Cores
No creo que en el plano de las orientaciones políticas sea válida la afirmación de que toda comparación es odiosa. Más bien algunas veces resultan aleccionadoras.
Debo reconocer también que no tengo elementos suficientes como para tener una opinión definitiva sobre el gobierno de Lula. Muchos de mis amigos en Brasil con una larga militancia en el PT, como Emir Sader, Plinio Arruda o los dirigentes del Movimiento de los Sin Tierra (MST) se encuentran en algunas de estas tres categorías: perplejos, críticos o enojados.

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    No poseo elementos suficientes como para una sentencia definitiva sobre el gobierno que desarrolla un movimiento en el que tantas expectativas pusimos durante años. Algunos dirigentes políticos uruguayos han dicho que el comportamiento de Tabaré para enfrentar la situación económica y social seguirá las orientaciones Lula y su criticado zar de la conducción económica Palocci: cumplimiento estricto de las metas indicadas por el FMI, ausencia de estímulos eficaces para aumentar la producción y disminuir el desempleo, demoras (o focalización) en los planes sociales de reparación a los sectores más carenciados.
    Creo que el proceso en Uruguay bajo un gobierno progresista ha de presentar características sustancialmente distintas. Será así en función de la historia social y política de cada uno de los países.
    Los orígenes de la nacionalidad
    Durante los primeros años de su existencia como territorio perteneciente a la corona de España, en nuestra tierra se desarrolló una sociedad con fuertes rasgos de igualitarismo.
    A diferencia de la mayor parte de los países de América Latina la colonización fue lenta. No existían minas proveedoras de los codiciados metales preciosos.
    La mayor parte de sus primeros habitantes eran de origen modesto y no se constituyeron en una elite dominante que explotara a las grandes mayorías indígenas como ocurrió en la minería con los pueblos andinos y con México y Centroamérica.
    En los siglos XVI y XVII la región sólo siguió siendo atractiva para gente levantisca y rebelde, desertores de los ejércitos español y portugués, bandidos de toda laya y origen, a los que la pampa les daba otra oportunidad, o no, y esclavos que huían de las plantaciones.
    El artiguismo no es una retórica
    Mientras del otro lado del Paraná-Guazú, en Buenos Aires se instalaba la opulencia del Virreinato, la plana mayor de la Iglesia y los altos grados del Ejército Imperial, Montevideo seguía siendo poco más que una gran aldea bien situada sobre un puerto, no lejos de la frontera con el imperio portugués y en medio de una pradera que se fue poblando de ganado, cimarrón y abundante, que reforzó la personalidad poco disciplinada, libertaria y belicosa que caracterizó al gaucho oriental.
    Esta situación se prolongó durante siglos y los principales rasgos del artiguismo como movimiento de emancipación de corte democrático e igualitarista serían incomprensibles si no se tuviera en cuenta las características de la población que habitaba esta parte de América Latina.
    Mientras tanto en Brasil, especialmente en el litoral atlántico primero, y luego en la región minera, se instalaba una economía y una sociedad basada en la explotación del trabajo esclavo. En estrecha alianza con el imperio holandés y sobre todo inglés, los navegantes portugueses fueron responsables principales de ese crimen contra la humanidad que fue la trata de esclavos.
    A esas sociedades, las minorías blancas trasladaron sus patrones culturales europeos y desplegaron un largo ciclo de dominación social y étnica. Estos rasgos que impregnaban la sociedad, la cultura y el Estado se perpetuaron más allá de la independencia conseguida a principios del siglo XIX. Fue un gran país, casi sin capas medias, casi sin partidos políticos estables y sin partidos nacionales, casi sin política hasta la llegada del PT:
    ¿Se puede decir, a principios del siglo XXI que la actitud de gran parte de las clases dominantes brasileñas, especialmente la poderosa burguesía latifundista, revela la subsistencia de una mentalidad autoritaria y esclavista? Creemos que sí.
    La matanza de campesinos por parte de grupos de sicarios formados por los grandes propietarios ha recorrido el Brasil durante toda su historia. Y no ha cesado aún durante los gobiernos recientes como lo demuestran las matanzas de Carajás y los ataques permanentes contra el MST, que ha organizado pacíficamente a cientos de miles de campesinos brasileños mejorando su calidad de vida, su salud, su educación y el desarrollo de una auténtica ciudadanía.
    Nace la lucha política
    Cuando en los últimos treinta años del siglo XIX en Uruguay se desarrollaba un rápido proceso de modernización, y nacían las primeras formas de ciudadanía y participación política de las masas, incorporando al país no sólo las mejores técnicas productivas sino las instituciones culturales y de derecho civil que las fuerzas progresistas ni siquiera estaban logrando imponer en Europa, en Brasil seguían prevaleciendo relaciones de sumisión heredadas del esclavismo.
    Si durante el período del primer batllismo, por lo menos hasta fines de la década del 20, el país pudo dar grandes pasos en su proceso civilizatorio, con el crecimiento de la educación, la apropiación por parte del Estado de algunas empresas públicas claves, y el desarrollo de una legislación laboral y civil de tono avanzado y hasta progresista, fue porque en las entrañas de la sociedad había madurado el viejo impulso democrático e igualitario y ya existía una clase obrera y una clase media que pesaba en el curso de decisiones del Estado.
    Desde entonces y a lo largo del siglo XX, con algunas interrupciones y enlentecimientos, Uruguay se siguió desarrollando bajo las pautas del liberalismo político, el laicismo, el proteccionismo estatal y ciertas dosis fluctuantes de igualitarismo.
    Como lo han demostrado numerosos investigadores marxistas brasileños, la situación de semiesclavitud padecida por los campesinos, ese atraso secular, no resultó incompatible con el progreso espectacular de la industria en algunas regiones. Más bien que el atraso de unos era funcional al vertiginoso crecimiento de otros. No es de ahora sino desde hace muchos siglos que Brasil es una de las sociedades con más desigualdad del planeta.
    Mientras en Uruguay las organizaciones obreras, las capas medias y la Universidad lograban conquistas con su lucha, con organizaciones independientes, pesando de un modo u otro en la relaciones de fuerza, en Brasil eran duramente reprimidas o, más tarde, bajo el "Estado Novo" fundado por Getulio Vargas, los sindicatos fueron transformados en apéndices del Estado, una pirámide nombrada de arriba abajo por el gobierno y a cuya cabeza se encontraba el Ministro de Trabajo. Y la elite política quedó reducida a una pequeña elite.
    Mientras en Uruguay existía un sindicalismo independiente y combativo que se desarrolló, culminando en 1964 con la CNT, con entera independencia del Estado, en Brasil fue necesario esperar a la acción de Lula y sus compañeros del PT hacia 1980 para que naciera la primera central obrera independiente del Estado, la CUT.
    A partir de Pacheco y de la dictadura, al pueblo uruguayo se le intenta arrebatar las conquistas de los siglos anteriores. Libertades, calidad de vida, alimento en abundancia, cultura propia, sentido de la dignidad nacional.
    Quieren arrebatar las conquistas, y en gran parte ya lo han hecho.
    La dictadura y el neoliberalismo procuran quitar lo que ya era patrimonio del pueblo. Si no hubiera habido resistencia popular, si no hubiera habido FA y CNT, estaríamos como Brasil en el siglo XIX.
    Arrebatar una conquista ya obtenida como en Uruguay es bien distinto a no otorgar una conquista que para el pueblo es desconocida como en Brasil.
    El que llega a una favela del campo cruel y hambreador, aunque parezca paradoja ha mejorado su existencia.
    La familia obrera que vivió en el Paso Molino o en la Unión, que conoció el derecho a la salud y a la educación y supo esgrimir un sindicato como arma defensiva, arrojarlo con violencia silenciosa al barrio Borro o al 40 Semanas es un despojo criminal y un drama que tiene que ser reparado sin la menor demora.
    Así veo la diferencia entre los desafíos que tienen planteados Lula y Tabaré.





6.- 10.01.05. Salpicón veraniego

Escribe: Hugo Cores
En esta nota me ocuparé de tres temas bien diferentes.
En primer lugar, lo que siempre considero más importante: tratar de comprender la actitud de los que mandan en el país. Entender su lógica, intentar prever alguno de sus pasos.
En estos días verlos y oírlos causa estupor. Pensar en entenderse con la elite del poder es casi imposible.
Usted recuerda, amigo lector, al "Rey" que comandaba a los invasores en la película "Marcianos al ataque". La imposibilidad de Jack Nicholson de entenderse con aquél homúnculo malvado, es la misma que uno siente oyendo a Batlle o a Alfie hablando del excelente estado en que esta administración deja al país, del ciclo de prosperidad que ellos han iniciado, de los beneficios inauditos que tendrá Uruguay a partir del 2005, gracias a ellos. Por favor, Alfie, páseme la comunicación con el marciano que me entiendo mejor.

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    Manejando caprichosamente algunos indicadores, que se comparan con los datos del subsuelo estadístico del 2003, desparraman júbilo por la recuperación económica del país. Y lo hacen como si la población no fuera el país.
    Se permiten ignorar lo que cualquier persona percibe teniendo los pies en la tierra. La casi triplicación de la población carcelaria en los adultos, el crecimiento de los hombres de más de 50 años que "atentan contra la propiedad" por primera vez en su vida, el crecimiento exponencial del número de menores detenidos por delitos violentos, la duplicación de la pobreza. Y el estado de inseguridad general que en que vive la inmensa mayoría de los uruguayos. Esa es la herencia de los Bensión, los Alfie, los Lacalle, los Sanguinetti y los Batlle y todos sus respaldos partidarios.
    La desigual distribución de la seguridad
    En un texto recuperado recientemente, Michael Foucault sostiene:
    "Se puede decir, finalmente, que el lema del liberalismo es: 'vivir peligrosamente'. 'Vivir peligrosamente', es decir, que los individuos estén perpetuamente en situación de peligro o, más bien, ellos son condicionados para que experimenten su situación, su vida, su presente, su futuro como siendo portadores de peligro.
    En fin, por todos lados encontrarán esta estimulación del miedo al peligro que es, de alguna manera, la condición, el correlato psicológico y cultural interno del liberalismo."
    Por supuesto que, esto lo agrego yo, las clases altas se ocupan muy bien de atenuar al máximo el peligro propio, aumentando el ajeno, lo que se expresa entre otras cosas en los cambios hacia el apartheid que experimenta la ciudad y la aparición de las zonas de seguridad reforzada.
    La conducta "antidemocrática" de Tabaré
    Si no nombra directores blancos y colorados en los Entes, dicen a coro Sanguinetti y Lacalle, Tabaré estará violando la Constitución. Es falso. La Carta pide la venia del Senado concedida por dos tercios. Si no los tuviera (hipótesis más que dudosa un tan generalizado ascetismo) después de un lapso alcanza con la mayoría simple, de la que ya dispone la NM.
    Por lo demás al menos en el último medio siglo, nunca existió un Presidente electo directamente por la ciudadanía, con una mayoría tan contundente como Vázquez.
    Veamos: en 1950 fue electo presidente el señor Martínez Trueba, con el 19.5% del total de votantes. Apenas asumió se empeñó en reformar la Constitución y lograr la instalación de un régimen colegiado.
    En 1954, Batlle Berres fue elegido presidente del Consejo de Gobierno con el 28.9% del total. Toda una victoria.
    En 1958, los herreristas, aliados a Nardone, alcanzaron el mismo cargo con el 24% del total de los votantes.
    En 1962, la UBD alcanzó la presidencia del Colegiado con el 27% de los votos.
    En 1966, el general Gestido, obtuvo la Presidencia (unipersonal ahora) de la República con el 21.3%. El mismo año que asumió, y pese al escaso apoyo directo que obtuvo, implantó dos veces las Medidas Prontas de Seguridad y cientos de sindicalistas fueron presos por sus decretos.
    Con ese 21% rabón, Pacheco gobernó cuatro años más a sangre y fuego, encarcelando gente y clausurando radios y diarios. Antes de finalizar su período puso en manos de la Junta de Comandantes en Jefe la llamada "lucha contra la subversión". Lo había votado uno de cada cinco electores.
    Con un porcentaje apenas algo mayor, 22.5%, del total de electores, Bordaberry implantó la "justicia militar", cambió la Constitución creándole a los militares el Cosena y luego cerró el Parlamento, nombrando un Consejo de Estado trucho.
    Fíjese usted: Tabaré ganó por más del 50%, todavía no empezó a gobernar y ¡ya lo acusan que querer ejercer un gobierno autoritario!
    Lecturas eran las de antes
    Debo responderle a dos lectores que me preguntaron, casi simultáneamente, lo mismo: ¿qué leían los sindicalistas, los jóvenes, los revolucionarios en los años 60?
    Por consideración a esos lectores, uno de ellos me escribe desde Caracas, y porque creo que tiene cierto interés para los frenteamplistas que tienen hijos jóvenes y adolescentes, pergeño estos recuerdos, así como van saliendo.
    Yo había escrito en LA REPUBLICA que una parte de la prodigiosa capacidad de conductor sindical de León Duarte provenía de su cultura sobre el movimiento obrero, su conocimiento de las luchas de la Comuna de París, primer gobierno obrero de la historia, su lectura de Emilio Zola, su admiración por la CNT, Durrutti y el movimiento anarquista español durante la guerra civil. Su lectura crítica de Lenin, el del "Estado y la revolución". Su lectura, también crítica, de Bakunin.
    Pero, los caminos por los cuales un hombre forma sus convicciones éticas y políticas es siempre difícil de desentrañar. Conocí gente que se hizo de izquierda leyendo a Antonio Machado. Y en los 60 a todos nos marcaron los textos del Ché.
    Por entonces, Gerardo Gatti me prestó las obras completas de Vallejo. Se sabía poemas enteros de memoria. "Pedro Rojas" y "Si España cae, digo, es un decir, ..." Fue un gran lector del novelista chileno Manuel Rojas, el de los "Oscuros días radiantes", de Circe Maia y de Idea Vilariño. Todos leímos con devoción a Isaac Deutscher
    ¿Qué pasa hoy con aquellas obras?
    Una parte de la buena literatura de izquierda, que en los 60 se conseguía fácilmente en ediciones mexicanas, cubanas o argentinas, ha sido sistemáticamente saboteada por las grandes editoriales: casi no se publican obras de la literatura de la resistencia antinazi en Alemania (Anna Seghers, Walter Benjamín, las obras políticas del propio Brecht).
    No se consiguen las obras de los grandes escritores antifascitas italianos como Natalia Guinzburg (Querido Miguel, Las pequeñas virtudes), Carlo Levi, (El Cristo se detuvo en Éboli), Ignacio Silone (Vino y Pan). Y después del derrumbe hasta cuesta conseguir obras de Marx y de Lenin. Ni hablar del gran Trotsky, doblemente perseguido por el fascismo y el stalinismo.
    Tampoco se encuentran libros de crítica literaria marxista de un pensador como George Luckacs, que vio como nadie la importancia de leer a Balzac, a Dostoievsky y a Tolstoi en términos de realismo crítico y como constatación del arraigo infinito de las ideologías.
    Con Dostoievski, que mi madre, trabajando desde los 13 años en una fábrica, había leído y releído, me temblaban las manos leyendo Los Hermanos Karamazov y, por primera vez, me topé con una descripción a fondo del "perro negro de la miseria humana" lo que me ayudó a entender también, las raíces más profundas de la gran revolución de octubre. Y también, las dificultades con que se tropezaron los revolucionarios para transformar la mentalidad de aquel pueblo religioso, crédulo y violento.
    El lector sabrá perdonar (o prudentemente saltear) este torrente bibliográfico: hay mucho publicado, hay mucho para aprender de otros que, como nosotros, han luchado. Y no hay que avergonzarse cuando uno tiembla de indignación pensando cuánta sangre de los justos ya ha sido derramada, o, casi como cuestión personal, en qué condiciones murió Antonio Machado, aquel poeta excepcional, que le quería "cantar no al Jesús del madero sino al que anduvo en la mar".
    Tomado de La República





7.- 03.01.05. Economía, mejores leyes, pueblo movilizado. Tres maneras tres de encarar lo porvenir.

La victoria del 31 de octubre tiene tan alto grado de significación, que abre para el país un conjunto de nuevas opciones. De las muchas variables existentes, resumo, a riesgo de caricaturizar en exceso, tres de las que creo principales.
La primera se llama "Molde"
Una primera es centrar las preocupaciones y los debates en las cuestiones económicas que un gobierno frenteamplista tendrá que enfrentar.
Según este encare, la economía, que todo lo manda, nos lanza al ruedo estableciendo limitaciones infranqueables.

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    Hay que transitar los márgenes posibles. ¿Cuáles son? Los pretiles estrechos que nos dejan los otros: los organismos internacionales, los especuladores financieros, los hipotéticos inversores, las consultoras de riesgo, los manipuladores de imágenes y noticias. Un margen en el cual actuar conforme a lo que pide el llamado "sentido común".
    Ese paquete de ideas, sentimientos y temores, de fabricación ajena y en serie, que presentado como una papilla de conocimiento a la que se accede sin esfuerzo, no contraría ni los puntos de partida conceptuales ni los puntos de llegada funcionales para la sobrevivencia del poder establecido. Y que este poder hace emanar en forma ininterrumpida por todas sus "bocas": cultas, incultas, académicas, y hasta de "izquierda".
    Como hay compromisos externos, no hay que aumentar el gasto público más allá de lo que nos permitan.
    Como hay que competir, no se podrán aumentar los salarios, que elevarían el "costo país" y harían poco competitivas nuestras exportaciones.
    Una lista más exhaustiva y más precisa ya se ha redactado y ya se ha aplicado en varios países de nuestra América Latina.
    En lo político, esta versión uruguaya de la "armonía universal" consiste en minimizar nuestras diferencias con los gobiernos anteriores, fraternizar con sus prohombres, emitir señales de que todo va bien. Todo lo que es, ha sido así siempre y, puesto que ha sido así, así seguirá siendo.
    Estas muestras de buen comportamiento, economicista y conformista, podrían ser presentadas como una actitud de madurez, como si, por fin, la izquierda hubiera aceptado "el-mundo-tal-cual-es". Este discurso tiene trabajando a su favor unas cuantas troupes, que soplan, a cachete inflado, estridentes clarinetes desde los más distintos medios. Es la opción de cambio que no inmuta.
    La opción "Molde" no aguanta el tinguiñazo de una pregunta digna de un párvulo " y entonces... ¿para qué todo?" Los años de lucha, la bandera de Otorgués flameando en los barrios, los presos y las familias deshechas.
    La imposibilidad de responder a la pregunta ¿para qué todo? es tan demoledora, tan definitiva, que liquida cualquier tránsito fluido por los lineamientos de este encare. Que, más que encare, ante la masa frenteamplista, sería un descare. Y que además fracasaría, porque presentándose como viable y apacible, sembraría la confusión, el descrédito y la pérdida de sentido.
    La segunda opción: un gobierno con buen elenco y pueblo quieto
    Mejores leyes, honestidad administrativa, fin del despilfarro, atención a las situaciones de desesperación social, política exterior con sentido de la dignidad nacional. Tarea principal: negociaciones políticas destinadas a ampliar los respaldos parlamentarios del nuevo elenco y a no desentonar demasiado con las indicaciones externas. Neutralizar la artillería mediática de las derechas, presentándose como muy distintos a Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Fidel Castro.
    La sede principal del quehacer político se limitaría al ejercicio del gobierno en las instituciones tradicionales de la democracia representativa al uso "uruguayensis": Poder Ejecutivo, Parlamento, administración de los Entes Autónomos.
    ¿Supone cambios esta opción?
    Claro que sí. Cambios sumamente positivos, una suave brisa de aire puro. Nada desdeñable, por cierto.
    ¿Alcanza ese encare, llamémoslo módico? Creo que para eso es un poco tarde.
    No descarto la necesidad de ampliar las bases políticas del gobierno. Pero creo que, si esa ampliación se hace exclusivamente como acuerdo entre las autoridades de los partidos y el nuevo gobierno, conduce a quedar presos de un juego conocido.
    Por lo demás, la derecha uruguaya, sin hábitos de ser llano, no aceptaría siquiera unas gotas de medidas populares y de justicia social. Mantendría su actitud agresiva. Hasta podría excitarse y volverse más agresiva cuanto más señales de sensatez y moderación se dieran desde el gobierno.
    Demás está decir que la opción "buen elenco-pueblo quieto" dejaría intactas, o casi intactas, las bases ideológicas de la pasividad ciudadana, de la cultura consumista y conformista. Una ciudadanía apenas para ejercer en algunos aniversarios. Nuevas caras (y nuevos estamentos y nuevos grupos familiares) para el viejo conformismo uruguayo.
    El único encare responsable: pueblo movilizado
    La tercera manera de encarar reposa sobre la idea, contenida en todas las primeras páginas del programa del Congreso Héctor Rodríguez (texto ya famoso, que ya cumplió su añito, aprende a caminar y aún no ha sido publicado), de la profundización de la democracia. Del acrecentamiento del protagonismo obrero y popular. Del estímulo a otra prensa y a otro clima de debates culturales y políticos.
    De la movilización de las cabezas, de la acción crítica y creativa de la Universidad (la pública, la del país) en una resuelta toma de partido por los intereses populares para cambiar la realidad uruguaya. De la acción sin temores por parte de los críticos, de los creadores de inquietudes, de los contestatarios. De los enemigos jurados de toda forma de alcahuetería.
    De la ampliación, en Montevideo y en el interior, de las instancias de organización popular.
    De encarar el plan de emergencia no como una acción de arriba abajo, sino como una instancia de reparación --de devolución de lo indebidamente apropiado-- basada en el protagonismo de la gente organizada. No como una acción oficial intermediada por infinitas instancias estatales, o municipales (algunas, incluso, en manos de políticos blancos o colorados), sin presencia y sin decisión ni contralor de pueblo.
    Encarar la realización del conjunto del Programa con el apoyo social de un cooperativismo fuerte, capaz de grandes acciones de masas, conocedor de la problemática del país y especialmente de la vivienda.
    Con un sindicalismo clasista, con fuero sindical y negociación colectiva, consciente que este será su gobierno, tanto para defenderlo como para alertarlo y, si es del caso, para criticar a los malos funcionarios.
    Un gobierno de Tabaré y su buen elenco, con el apoyo de un pueblo organizado y consciente, como el que se hizo mayoría contra viento y marea el 7 de diciembre y el 31 de octubre, es la tercera propuesta de encare, la única responsable, viable, sensata.
    Es la única que está a tono con la necesidad de desarrollar los cambios en paz, con el apoyo entusiasta y arrollador de las grandes mayorías nacionales.
    Tomado de La República





8.-02.01.05. ''TIENEN QUE TERMINAR DE DESCLASIFICARSE LOS DOCUMENTOS OFICIALES''

Cores mostró su satisfacción por la iniciativa del CODICEN de enseñar la historia reciente

El profesor Hugo Cores, presente en los estudios de 1410 AM LIBRE y entrevistado por PRIMERA VOZ expresó su ''satisfacción'' porque el CODICEN haya asumido la ''enseñanza universal de la historia reciente de nuestro país'' y reclamó que toda la enseñanza ''clasificada'' y ''secreta'' se ponga al servicio de los investigadores del Uruguay.
Hugo Cores no necesita presentación, la voluntad de hablar con él tiene que ver con la historia, con el sentido de la historia, con el sentido de la enseñanza de la historia en el futuro.

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    Primera Voz- ¿Cómo has visto el comienzo del año? Después vamos al pasado reciente que llegará a las aulas con mayor destaque. Porque el viernes pasado el CODICEN presentó su programa de preparación de los docentes, de la actualización de los programas de historia, la polémica se instaló en distintos ámbitos de la sociedad en lo político, donde integrantes de los partidos Nacional y Colorado señalaron que ''se puede convertir en una visión frentista de la historia reciente''. La ''nueva'' historia comenzará a impartirse en las escuelas y liceos desde marzo del 2006. Se están preparando los cursos de actualización para maestros que abarcarán a unos 2.700 docentes de sexto año, a lo largo del 2006 se reformularán los programas de primaria, los principios que regirán los nuevos programas serán laicidad, rigor científico y objetividad. El 26 de diciembre, Hugo Cores, profesor, actor político, escribía en la contratapa de La República, ''la enseñanza de la historia de nuestro pasado inmediato, conocer el pasado libera, provee de herramientas racionales para enfrentar lo por venir''. Justamente una de las razones por las cuales está acá es para hablar de estos temas. ¿Estamos preparados?
    Hugo Cores- Me provocó una gran satisfacción ver la decisión enérgica del CODICEN en avanzar en asumir la enseñanza universal de la historia reciente de nuestro país. Digo universal en el sentido de todas las ramas de la educación pública, es una necesidad. En ese artículo yo decía que no podemos dejar solos al CODICEN o a la Administración Nacional de Educación Pública en esa tarea, hay otras ramas del aparato del Estado, otros poderes que tienen que hacer su contribución, el Poder Legislativo, la Suprema Corte de Justicia, la Biblioteca Nacional, las Juntas Departamentales, los ministerios que han tenido relación con información clasificada, secreta. Todos esos materiales deberían ponerse al servicio de los investigadores y de los docentes. Me pareció muy apoyable la decisión del CODICEN y los fundamentos que se han dado sobre eso, incluso como se han levantado algunas de las objeciones. He oído que desde filas blancas y coloradas, se dice 'esto no será la oportunidad de una distorsión de la historia del país'. La garantía para que eso no ocurra es que estén disponibles para todos los docentes, los investigadores, los que van a preparar los manuales, porque hay una producción bibliográfica que en los últimos años se ha intensificado, se ha mejorado extraordinariamente en calidad y constituye un acervo de reflexión, de crónica, de testimonio valioso, importante. Cosa que no había ocurrido en los quince años posteriores a la apertura democrática. Ahora bien con esos cuarenta o cincuenta libros, creo que hablan de sesenta y siete volúmenes en el CODICEN habrá que elaborar textos manuales, que sinteticen y que sean accesibles para los estudiantes. Los investigadores, los que realicen esa propuesta que luego irán a concurso y el CODICEN decidirá cuales son las que se editan y se ponen en manos de los jóvenes, tendrían que tener documentos que hoy no están disponibles. Yo tengo una experiencia como legislador, después como militante político vinculado a un partido que tenía legisladores, dos informes capitales del año 85, realizado por ambas cámaras, uno por el asesinato de Michelini y Gutiérrez Ruiz y otro por la desaparición forzada de personas en la dictadura, que fueron llevados a cabo por comisiones parlamentarias, que son informes serios, documentados, que a lo mejor en algún punto resultan insuficientes porque son del 85, pero son piezas de un enorme valor, primero por quienes la hicieron, son diputados nacionales, son representantes del pueblo, en segundo lugar porque hicieron un trabajo en un momento que había una gran expectativa porque se lograra la verdad y se hiciera justicia. Fíjese que el informe sobre el asesinato de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz estuvo un poco capitaneado por Yamandú Fau, que por supuesto tenía otro entusiasmo por la verdad que el que tenía después, perdió en verdad el entusiasmo y se entusiasmó por la oscuridad o la opacidad, pero en aquel momento Yamandú Fau concurrió a Buenos Aires al frente de una comisión parlamentaria. Al regresó dijo que venía muy satisfecho porque había recabado cinco mil documentos, traía fotocopias de cinco mil actuaciones judiciales, periodísticas, testimonios de gente que había estado allí vinculada a la represión en Argentina, ese informe es la síntesis de un esfuerzo parlamentario y quedó prácticamente en manos de la conducción administrativa de la cámara. Eso que es el trabajo de los representantes del pueblo es por naturaleza un documento público, como es un documento público el diario de sesiones de la Cámara de Diputados.
    Sonia Breccia- ¿Quién hacía la conducción administrativa de la Cámara?
    HC- El secretario general de la Cámara de Diputados. Él disponía de quién podía ver en su despacho. El legislador, el representante del pueblo estaba sometido a la autoridad del secretario general de la Cámara de Diputados.
    SB- ¿De dónde viene esa disposición?
    HC- Era una disposición de facto, de hecho. Porque estos señores de la administración del Palacio Legislativo, que venían del período anterior, que eran colorados, tenían el respaldo de Sanguinetti, venían de la predictadura, del coloradismo conservador, del coloradismo reticente en ventilar las verdades.
    ''Cuando se habla de objetividad hay que decir en verdad apego a los documentos originales que marcan las características de los hechos''
    SB- Pachequista y Bordaberrysta.
    HC- Si y quincista y Sanguinettista. Tenía un vínculo con Sanguinetti y lo tiene. Mantuvo apretado, en carpeta, no disponible esa documentación que muy poca gente obtuvo, finalmente el senador Mujica obtuvo una copia y se la pasó a un periodista muy calificado, Samuel Blixen, pero no es un documento que esté en donde debería estar, en la Biblioteca Nacional, en las bibliotecas de la Junta Departamental del interior, sobre todo en las bibliotecas de formación docente, en el IPA, en donde se forman los maestros, porque es una materia prima documental que es la fuente de objetividad. Sobre este asunto podrá haber otra visión, pero el Parlamento nacional integrado por todos los partidos políticos investigó y dijo esto. Cuando se habla de objetividad hay que decir en verdad apego a los documentos originales que marcan las características de los hechos y que no se pueden ocultar, porque leídos en perspectiva arrojan mucha luz sobre lo que ocurrió. Incluso el informe de la Comisión para la Paz, que tiene sus pro y sus debilidades empalidece frente a la fuerza de estos dos testimonios, porque tienen más riqueza, son más largos y como no eran anónimos, allí aparece gente hablando, allí esos documentos están prácticamente ocultos.
    ''Un docente tiene que además de leer los manuales y los textos de síntesis, tiene que tener la posibilidad de acceder a la fuente''
    SB- Digamos las cosas, si lo tiene Mujica, si lo tiene Blixen, si hay una voluntad de conocimientos, esos documentos pueden incorporarse a los lugares correspondientes y al conocimiento público, estamos desarchivando la Cancillería, me parece que es obvio.
    HC- Creo que ese tendría que ser el camino. El Parlamento, que tenía una Comisión de Ediciones, tiene que editar. Otro elemento, la Biblioteca Nacional que conoció la angustia que todo emprendimiento cultural tiene aquí, que es la falta de recursos, para tener personal calificado, para la compra de libros, comparado con lo que se compraba en los sesenta, que se ve que hay una abundancia de textos marxistas, de izquierda, de testimonios latinoamericanos, a partir de la dictadura se dejó de comprar todo lo que había en materia de producción sociológica, en materia de antropología y después cuando viene la democracia en el 85 las restricciones económicas obligan a que la compra de libros, sobre temas fundamentales de teoría política, histórica, de sociología, de antropología desaparezca o estén muy raleados, de cincuenta libros que salen de repente aparece alguno. La Biblioteca Nacional debería estar provista de estos documentos originales en su edición correspondiente y lo mismo las bibliotecas de los institutos de formación docente. Un docente tiene que además de leer los manuales y los textos de síntesis, tiene que tener la posibilidad de acceder a la fuente. Todos aprendimos que la historia trabaja con datos, fechas, testimonios, fragmentos de discursos y esos son más elocuentes que cualquier discurso que pueda decir un profesor, por más o menos entusiasmo que ponga para elogiar o criticar a un protagonista. El otro elemento que Barrán dice bien, que está la historia del golpe de Estado, está la historia de los acontecimientos políticos, sobre eso hay una buena cantidad de material. Hay otra zona a la que alude Barrán, que me parece absolutamente fundamental que hace a los aspectos materiales o de vida cotidiana o de cómo transcurre la existencia de la vida trabajadora, eso que es más difícil de lograr manejar desde el punto de vista de la educación, de la transmisión colectiva, debería formar parte porque sino hay un montón de cosas que no se entiende. Si uno no entiende que a finales de los años 60 en Uruguay hubo un cambio muy importante en la estructura de dominación y en un país en los que conducían la actividad política y tenían relevancia eran por ejemplo políticos como Amílcar Vasconcellos, Alba Roballo, Zelmar Michelini, que formaban parte del partido de gobierno, pero que eran hombres con implantación popular, eran hombres que tenían votos en el Cerro, vínculos con los gremios, estaban actualizados de los problemas de la gente. Amílcar Vasconcellos, Flores Mora, Zelmar Michelini, Alba Roballo, fueron desplazados por Peirano, Frick Davies. Durante Pacheco hubo un cambio de las clases en el poder, para decirlo un poco rudimentariamente en términos marxistas, en términos de dos o tres meses se produjo un cambio de tipo regresivo. Es muy distinto un gobierno integrado por ministros que tienen respaldo popular, una larga trayectoria política, un prestigio popular que cuida que un ministerio dirigido por Peirano que era la figura que cortaba fuerte en materia económica. En realidad lo que ocurrió que todo el sector vinculado a la industria, a la legislación laboral, al nivel y la calidad de vida del pueblo trabajador fue desplazado del gobierno, hubo una especie de pregolpe de Estado económico social y se hicieron cargo de las palancas del poder Pacheco, Peirano, Frick Davies y el conjunto que representaba a la economía, que en largo plazo fue la que estuvo presente hasta ahora. Privilegiar el Uruguay plaza financiera, privilegiar al capital en perjuicio del trabajo, hay una obra colectiva del CLAEH que yo creo que también tendría que difundirse, sobre todo en esos aspectos dirigida por Juan Pablo Terra, en la que se da cuenta de la evolución del salario real y se da cuenta de todos los parámetros sociales, está muy teñida de una mirada social y cómo a partir del 68 hay una disminución violenta del salario real de la mano de obra empleada y hay una traslación del sector salario al sector capital que pasa el salario a recibir dos tercios del conjunto de bienes producidos a recibir un tercio y el capital que recibía inicialmente un tercio pasa a recibir dos tercios. Se privilegia la acumulación de capital por encima del fenómeno de redistribución que son los salarios altos.
    SB- A propósito de este pasado reciente y la decisión del CODICEN que presentó su programa de preparación para los docentes para la actualización de los programas de historia y a propósito de las preguntas que se formulan, mi preocupación es a quién se asigna la responsabilidad.
    HC- La responsabilidad será después de los inspectores y de los propios docentes y creo que se van a solucionar muy bien los programas. Hay un campo de aportación de elementos que no se ha realizado, cuando digo todo me refiero a las instituciones, me refiero a los organismos del Estado, a instituciones privadas. Por ejemplo la edición, tiene que favorecer la publicación de elementos de historia, de testimonios, de recopilaciones que son imprescindibles para analizar con objetividad lo que pasó, sea muchas veces reediciones por ejemplo, yo aludo allí a un trabajo que me pareció muy bueno, pero que había que extenderlo, de Carlos Martínez Moreno, donde él examina las características conceptuales de la ''condena'' al general Seregni, que es un mamarracho penal, es una aberración jurídica, pero que lo tuvo diez años preso a Seregni. Ese material tiene que ser conocido, primero por quien es Seregni, segundo porque proviene del Supremo Tribunal Militar que tuvo en sus manos la vida y la libertad de miles de hombres y mujeres luchadores de este país. La existencia de ese Supremo Tribunal Militar tiene que estar documentado a través de lo que el mismo Tribunal Militar ha dicho, ha resuelto, lo que los fiscales militares decían, que significó la Justicia penal militar, ese mecanismo atroz de destrucción de personas donde a un individuo lo detenía el Ejército, lo interrogaba el Ejército, el presumario lo hacía un oficial del Ejército, la acusación la hacía un fiscal del Ejército, la defensa la hacía un abogado del Ejército en la inmensa mayoría de los casos, el Tribunal que lo sancionaba era integrado por militares, el tribunal al que podía apelar era un tribunal integrado por militares y terminaba resolviendo el Tribunal Militar integrado enteramente por militares y presidido por aquel cerebro vengativo y paleolítico que era Silva Ledesma. Recuerdo un caso que se difundió en el año 85 de un individuo perteneciente al MLN, un tupamaro que había sido acusado de homicidio, cuando revisa el Tribunal de Apelaciones el expediente se encuentra primero con que no había constancia, se lo acusaba de homicidio y rapiña calificada por asaltar un banco, no aparece en el expediente que lo acusan por ese delito, asalto a banco y asesinato de un policía, no aparece el nombre de un banco, no aparece el arma, no aparece ningún testimonio de otras personas, no aparece el cadáver, ni se da el nombre del muerto y con ese expediente que obviamente es fruto de la confesión del individuo atormentado, torturado hasta la brutalidad, que termina para salir de ese infierno asignándose un robo y un homicidio para que lo dejen en paz porque ya no soporta más la tortura. Ese expediente como tantos otros. Tengo un gran compañero fallecido, Raúl Cariboni Da Silva, que le hicieron lo que se llamó la ultrapetita, el fiscal pide ocho o nueve diez años y el Supremo Tribunal le da trece años y medio, no tenía ningún delito de sangre, su único delito estaba vinculado a dar cursos de historia en el PVP, era un individuo de la dirección muy calificado, pero le dieron trece años y medio de prisión. La prisión prolongada como una forma especial de violación a los derechos humanos tenía supuestamente un organismo que se hacía responsable de eso, no digo todos pero habría que hacer una selección para mostrar los mecanismos de destrucción, de injusticia que reinaron para miles de personas durante todo ese período.
    ''Al grupo integrado por Demasi, Rico y Markarian, no podían haber elegido tres, entre investigadores y docentes más calificados''
    SB- Montevideo 31 de diciembre, el diario El País, fotografía del profesor José Pedro Barrán, él dijo esto: ''En la mañana de ayer el CODICEN realizó una sesión abierta en la cual impuso en sus cargos a los nueve docentes que dirigirán los cursos de actualización de historia contemporánea. A los docentes se les encomendó lo que se daba por descontado dada la jerarquía intelectual que tiene el hecho que son todos profesores de la Enseñanza Pública que respetan la laicidad y que estamos acá para formar la conciencia autónoma del estudiante, no para exponer nuestras ideologías'', afirmó Barrán. Destacando que las personas seleccionadas son personas universitarias de grado dos hasta cinco, muchos de ellos tienen doctorado e impartieron cursos en las universidades de Chile, Francia y Estados Unidos. El hecho de que se den cursos de historia contemporánea en secundaria no es novedad ya que está incluida en los programas de hace diez o quince años y agregó ''en todo caso se va a innovar en primaria, que hasta el momento el programa abarcaba hasta 1967 y ahora llegará al 2000. en secundaria a veces se llegaba a esa parte del programa y en otras oportunidades no por falta de tiempo. Lo de falta de tiempo es real, también es pensable que la falta de tiempo y lo digo con respeto hacia los docentes, estuviera vinculada a un estado de las cosas a las cuales ahora se les pone el cambio imprescindible y necesario.
    HC- Comparto esa preocupación e inflexión. El docente dispone de la libertad de cátedra y dispone de la posibilidad de planificar su curso, más o menos largo, pero incluir siempre una referencia a los problema más recientes, más urticantes, que más marcas han dejado como problema a la sociedad uruguaya y aunque se tenga que saltear algún capítulo anterior, incluir en su proyecto de trabajo unas cinco clases dedicadas a esto. El abordaje de estos temas tal como viene perfilado por el CODICEN, que asigna el segundo período, el más explosivo, el más urticante que tiene connotaciones polémicas, al grupo integrado por Demasi, Rico y Markarian, no podían haber elegido tres, entre investigadores y docentes más calificados, en primer lugar son personas con obra publicada conocida. Que piensan ellos ya sabemos, incluso la gente que piensa que está equivocada ha tenido la oportunidad de discutir con ellos con otros libros o con artículos periodísticos, son intelectuales que han enseñado pero que además han publicado y en cualquier librería se accede a su pensamiento, por lo cual este puede tener las contrapartidas. Si existiera en algún lugar otra visión de la huelga general que la que da Álvaro Rico en su magnífico trabajo, un señor historiador o un militante en blanco podría escribir otra obra y de hecho generaría la necesidad de hacer referencia que existe otro punto de vista y el docente resumir este otro punto de vista proveniente de un nacionalista o de un colorado. Quiero hacer notar un elemento sobre este tramo en el debate, creo que se está inflando un poco este riesgo, oía el otro día un edil de Paysandú, que decía 'el gran riesgo que tenemos aquí es que no se transmita la personalidad de Wilson, su prédica libertaria, su contribución a la lucha con otra la dictadura y su devoción en defensa de la democracia y la libertad'. Si ese riesgo se corre, esta edila de apellido Vázquez del departamento de Paysandú, tendría que empezar a revisar que es lo que los compañeros de Wilson Ferreira, los integrantes de su partido, las editoriales vinculadas a su partido, los periódicos vinculados a su partido han publicado de la obra de Wilson, porque creo que la obra de Wilson la han neutralizado, la han descafeinado, le han hecho un proceso por el cual el Wilson más antidictatorial, más antimilitarista, el discurso de Concordia, todos los discursos de Wilson del año 83 y 84, que van en un in crescendo de ataque a la salida que se perfilaba y que con todo aquel discurso de una elocuencia extraordinaria, el Wilson más brillante, más enérgico y más combativo, cuando empieza a hablar de que los militares comenzaron a decirles pichis a los presos, es un hecho. Después pichis a los familiares de los presos, y se fue extendiendo y después pichis eran todos los civiles. Wilson concluía, que cuando un ejército califica de pichis a los ciudadanos de la nación a la que debe proteger se ha convertido en un elemento externo, se ha convertido en un elemento parasitario de esa sociedad. Yo no lo vi publicado en ninguna de las obras. Los discursos de Concordia y los discursos del año 83 y 84 de Wilson, que muestran una fase incandescente del pensamiento liberal democrático son los que él mismo después cambió y todo el mundo tiene derecho a cambiar, pero eso estuvo y forma parte de la historia de la lucha contra la dictadura, eso también debería figurar y los primeros que tendrían que ocuparse son los propios blancos, si quieren jerarquizar el papel de Wilson en su lucha contra la dictadura, así como se publican las obras de Arismendi o de Trías o de Carlos Quijano, que ellos mismos se ocupen de publicar, sin recortes y sin censuras el pensamiento de Wilson.
    ''Me gustaría que alguien hoy en el Parlamento dijera yo a las instituciones o a los representantes de las instituciones los respeto cuando se ajusten a la institución''
    SB- En ese sentido dos cosas. Oralmente y por escrito Juan Raúl Ferreira ha señalado a propósito de manifestaciones hoy de actores políticos destacados del Partido Nacional, su rechazo al uso de la figura de Wilson Ferreira, su rechazo a la adaptación, al hubiera dicho, o hubiera hecho, esto significa tal cosa. Esto es bien interesante porque los documentos son los documentos. La segunda cosa, el vicepresidente del CODICEN, José Pedro Barrán reconoció que hay profesores que tienen miedo de enseñar la historia reciente. Cuando se presentó un material editado por el Ministerio de Educación y Cultura que propone tres ejes para la discusión: la educación que se requiere para buscar superar las inequidades y las injusticias, poner la educación de cara a la sociedad de la información y del país productivo y por último elaborar una nueva ley de educación. ¿En qué radica el temor de los docentes? No es sólo por falta de tiempo que no se llega al fin de un programa.
    HC- Los docentes reflejan un tramo de lo que ha sido el miedo nacional, el miedo de los políticos, de los dirigentes, ese lenguaje escurridizo que predomina en el propio parlamento. A mi me resulta una lectura gratificante, como una ducha fría en los días insoportables de calor, los debates de la asamblea general en el período de Pacheco, los discursos de Zelmar Michelini, de Wilson, de Rodney Arismendi, de Enrique Erro, de Juan Pablo Terra, hay un tramo tremendo, junio o julio del 72, que se plantea, digo esto porque los climas nacionales se crean en los grandes escenarios, el Parlamento es uno de los grandes escenarios, la prensa es otro. Se está discutiendo porque Zelmar Michelini trae la denuncia de que están llevando a los juzgados presos encapuchados. Inmediatamente concurre a la sala el ministro que dice que no es así, que es totalmente falso, Michelini dice 'creo en la palabra del ministro'. Unos días después vuelve Michelini y dice 'contrariamente a lo que dijo el ministro, las personas que me informaron que son de mi entera confianza dicen que en el juzgado de la calle tal están llegando presos y presas encapuchados, que vienen esposados y que son maltratados cuando los llevan al juzgado'. Se arma una discusión en el Parlamento y en un momento interviene Wilson y dice que si eso fuera así, si se confirmara que el Ejército nacional está llevando en camiones y maltratando y llevando encapuchados a presos políticos a los cuarteles, eso sería una infamia inaceptable por parte del Ejército uruguayo. Un diputado de Colonia, el señor Planchón, le grita 'usted está faltándole el respeto a una institución, está faltándole el respeto a la institución Ejército'. Wilson le contesta esto que yo llamo a que se reflexione a mis compañeros del Parlamento, 'a las instituciones yo las respeto cuando quiero, yo las respeto cuando quiero'. Que dice Wilson ahí, yo estoy acá, elegido por el pueblo, yo tengo una brazo ardiendo que es representar el sentido democrático de mi pueblo, el sentido republicano de mi pueblo y esa braza ardiendo me indica que yo por comodidad o por cálculo político, estratégico o cualquiera de los sofismas que se pueda aludir, no voy a respetar una situación porque con eso no se hace política, si se confirma que el Ejército está violando los derechos humanos, ese Ejército, el Ejército del 72 debe ser repudiado, su conducta debe ser repudiada, los que hacen eso deben ser repudiados. Entonces yo a las instituciones las respeto cuando quiero, me gustaría que alguien hoy en el Parlamento dijera yo a las instituciones o a los representantes de las instituciones los respeto cuando se ajusten a la institución, cuando cumplen con la ley, porque yo no importo aquí, qué importo aquí, yo soy representante del pueblo, de la nación, mientras dure, después que se termine volveré a tener derecho de decir mis subjetividades, mis sugerencias, mis gracias y mis chistes y me puedo burlar de lo que quiera, ahora soy un soldado de la representación.
    ''El Parlamento tiene que reclamar sus espacios''
    SB- Hay un debate histórico por lo menos para los que tenemos edad y memoria y estuvimos de un lado de las cosas. Los que estuvieron del otro lado de las cosas de repente se acuerdan o no. Cuando se debate la Ley de Seguridad del Estado se produce un debate en el cual Zelmar Michelini dice aquello de 'quien custodia a los custodios'. En ese momento, por eso también me parece importante mirar la prensa, mirar los diarios de la época, quien apoyaba a quien en que momento y qué se debatía cuando se debatía y como hubo debates históricos y creo que en esto también tenemos que sacarnos el miedo al mito y a la desmitificación. Yo me acuerdo, porque estaba en las barras en un debate histórico entre Michelini y Wilson Ferreira, a propósito de un camión que iba con soldados que es interceptado por un grupo del MLN, estará en las actas si es que se conservan, y Wilson, con ese estilo que tenía, hace una referencia, y me consta que esto puede despertar rispidez y rechazo, pero está en las actas y yo lo recuerdo, hace una alusión como que habían dejado pasar a los soldados sin que nada pasara, entonces Michelini lo mira y le dice, 'que hubiera elegido usted, senador, que los hubieran matado'. Como recuerdo también en esa discusión histórica, cuando Wilson dice, 'porque yo no tengo miedo a la hora que vuelvan mis hijos a casa, no estoy preocupado por eso' y Michelini le contesta 'es que no se trata de sus hijos senador, se trata de la gente de esta patria'. Ver los claroscuros, lo que dijo uno y el otro, reconocer desde los textos lo que fue aquel tiempo en el cual la tensión subía, subía y subía, va a ser sanador para todos.
    HC- Estoy convencido. En este país, pese a todo lo que ocurrió, cuando en el Parlamento se suscita una discusión intensa y franca, que se va a fondo, de inmediato la gente se prende a las radios. Tenemos una ciudadanía que podemos decir que hay ochocientos o un millón atentos a los discursos, atenta a las inflexiones de las leyes, eso es difícil que ocurra en otros países en donde todo el sistema político está descalificado. En líneas generales el Parlamento tiene que reclamar sus espacios, es un escenario en donde es importante que los debates se desplieguen, que se conozcan a fondo, no creo en el pragmatismo parlamentario, es una contradicción en si misma. El Parlamento no es una institución pragmática, debe hacer leyes, pero debe ser receptáculo de las grandes inquietudes nacionales y debe ser escenario, debe ser un ágora en donde se exprese ideología, en donde se expresen valores, en donde se expresen a través de los discursos la contraposición de las distintas visiones que en el país existen.
    ''Habría que lograr un acervo editorial de fuentes, tienen que terminar de desclasificarse los documentos oficiales''
    SB- A propósito de este tema que estamos hablando de la historia oficial, los temores, etcétera. Dos o tres preguntas hubo, 'en una democracia no puede haber historias oficiales, esta se conjuga en plural en lo que tiene que ver con la mirada sobre el pasado, la dictadura justamente es la historia oficial por excelencia dijo Gerardo Caetano al diario El País. ¿El debate historiográfico y las historias oficiales cuanto nos han permeado a tu juicio?
    HC- Desde hace muchos años no hay una historia oficial. La hubo en un largo período, la historia de H.D. (Hermano Damaceno) que durante mucho tiempo intoxicó a muchas generaciones que era una historia colorada Mitrista, Florista, católica o confesionalista. Como contrapartida era muy detallada, muy amena, muy actualizada, pero era una clara voluntad de la reproducción de las ideas del coloradismo conservador en la juventud y la niñez. No puede haber una interpretación oficial, más allá de los parámetros democráticos y republicanos que son el perfil ideológico aceptado por la nación e incorporado a sus cartas fundamentales, tiene que existir variedad de interpretación, lo decía antes, habría que lograr un acervo editorial de fuentes, tienen que terminar de desclasificarse los documentos oficiales. Yo no sé como está exactamente ahora, pero hace unos años José Pedro Barrán me dijo que el archivo de Batlle y Ordóñez estaba todavía en manos de la familia Batlle, en particular del doctor Jorge Batlle Ibáñez, quien determinaba qué investigador tenía acceso o no, por ejemplo a la correspondencia política o a los apuntes sobre el colegiado realizados por Batlle en la época del 10, de una enorme importancia ideológica, política, etcétera y que Batlle se reservaba el derecho a permitir el acceso de historiadores suecos o norteamericanos, y que sin embargo no tenían acceso los investigadores uruguayos. Hay una parte de esa documentación que tiene que estar a disposición, los informes de las Fuerzas Armadas, los informes de la Cancillería, los informes de todo lo que tuvo que ver con acontecimientos que se discutieron en el país, los informes de la situación económico social también tiene que estar. Alguien tiene que ocuparse de tener disponibles los informes de coyuntura realizados por la Facultad de Ciencias Económicas de los años 67, 68, 69, 70, que eran excelentes, con Samuel Lichtensztejn y Alberto Curiel, Vigorito, una pléyade de economistas de buen nivel. Ese es un aspecto en cuanto a los riesgos de la existencia de una historia oficial, hay un elemento que me parece una de las cosas más interesantes, más fecundas y más prometedoras y es la decisión del CODICEN y creo que del Canal 5 de proceder al esfuerzo educativo, apoyarlo, duplicarlo, generar una especie de artillería de apoyo en imágenes, en conceptos a partir de la difusión de los cursos de historia por televisión.
    ''La ley del fuero sindical es un factor de profundización de la democracia, que favorecerá la redistribución de la renta y la justicia social''
    SB- Sería además, todo lo indica, los sábados durante dos horas, de ocho a diez de la mañana, esto es un adelanto, pero va a ser así.
    HC- Ese es un trabajo titánico, trasladar la prosa, la historia como relato hecho con palabras a una cuestión amena hecha por televisión, que incluye la incorporación de imágenes que tienen que ser rigurosamente precisas y bien detalladas en cuanto a qué se está mostrando es un trabajo titánico. Hay mucho hecho sobre todo de historia universal, en Uruguay no sé que haya nada hecho o hay muy poco hecho. Mejor dicho, hay trabajos pero muy parciales. Brindar un apoyo televisivo a la enseñanza de la historia es un factor fermental, iluminador fenomenal. Un gobierno como el nuestro que tiene luces y sombras, yo admiro una cosa que dice Pablo Feldman, la política que nosotros apoyamos, él dice de Kirchner, yo digo la política que yo con más entusiasmo apoyo en este gobierno son las políticas que generan situaciones para hacer política. Dicho de otra manera, cuando aprueban una ley que garantiza el fuero sindical yo lo apoyo porque aparecen nuevos protagonistas, que son un desafío, porque si se afilian sesenta, setenta, ochenta mil nuevos trabajadores a los sindicatos los viejos trabajadores, los partidos políticos tendrán que ver como trabajan para transmitirle a esa gente una visión que no sea corporativa, que vaya más allá de sus propias narices, una visión nacional, popular, democrática de ese accionar sindical en el que ahora se van a embarcar con entusiasmo los jóvenes afiliados a los sindicatos. Pero no me cabe ninguna duda que la ley del fuero sindical es un factor de profundización de la democracia, que favorecerá la redistribución de la renta y la justicia social. La otra zona es la mejora en la comunicación, en la capacidad de transmitir al pueblo instrumentos para que piense su situación, todos sabemos que no hay situación de mayor desasosiego y mayor angustia para el individuo, para la familia, para un grupo humano cualquiera que las desdichas sobrevengan sin saber el origen. Al no saber el origen no sabemos como curarlas, como resolverlas, como salir de la situación de penurias, de desdicha, de angustias. La enseñanza de lo histórico, de colocar instrumentos que permitan una reflexión racional de cual es el origen por ejemplo de ese dolor que tenemos que la familia uruguaya está dispersa y llegan momentos que queremos compartir, sea un campeonato del mundo, sea el triunfo del Frente Amplio, sea las fechas tradicionales, Fin de Año, Navidad, Reyes, que queremos estar juntos y la familia está dispersa, ¿eso es casual o es fruto de determinadas decisiones que en algún momento se tomaron y no importó? Recuerdo que Batlle decía 'a mi no me importa que la gente se vaya, se pueden ir, acá tienen el derecho a irse', es la forma de hablar de un estadista, es la forma de hablar de un conductor de la nación, yo creo que cada exiliado es un fracaso del país, cada familia que se va es un deber, una angustia y una pérdida acumulada de saber técnico, de educación incorporada, de desgarramiento social y personal que debe ser visto como una derrota. Primero la incorporación a la labor del canal oficial de los trabajos de educación va a requerir mucho trabajo, mucho apoyo. Hay producción nacional cinematográfica como para brindar imagen y sonido a determinadas cosas, supongo que hay archivos suficientes en los noticieros.
    SB- Además coordinación y no chacras.
    HC- Coordinación y no chacras para el saber de todos. Va a requerir un trabajo titánico porque muchas veces la imagen dice más que el propio texto, pero me parece que es un salto extraordinariamente importante, y aunque el paralelo pueda parecer un poco forzado apunta en la misma dirección que dar garantías a los sindicalistas, quiero decir que darle instrumentos a los jóvenes y a la población para que acceda a documentos y versiones de la historia del país que muchas veces o están olvidadas o están mal interpretadas y que aquí se van a poner de nuevo a la orden del día para la discusión familiar, para el intercambio académico y periodístico.
    ''Estos programas elaborados por estos distinguidos y calificados historiadores tendrían que también ser enseñados en las escuelas militares''
    SB- En estos últimos días la reflexión sobre los medios de comunicación se hace imperiosa, porque entre otras cosas las radios preparan un nuevo año o los canales preparan un nuevo año, todas esas cuestiones de los cambios y uno se pregunta que hay de nuevo. Entre otras cosas en ese hurgar o en ese estar continuamente por deseo y por trabajo en los medios de comunicación yo tuve el diálogo con Luisa Cuesta y Valentina Chávez. Luisa y Valentina no habían leído la entrevista de Bertolotti con Búsqueda, Luisa extremadamente generosa iba de viaje al interior al entierro de un familiar muy querido cuando supo que la convocábamos aquí, Valentina maravillosa y al comienzo de la lectura hubo que cortar y poner una pausa, porque era intolerable, no habían leído la entrevista, se quedaron impactadas por la reflexión y las palabras de Luisa fueron históricas, 'aquí no hubo una guerra', una serie de cosas y esas cosas de los puntos de referencia de Medina. El viernes en la portada de Caras y Caretas yo veo unas declaraciones de Bertolotti que no tienen nada que ver con Búsqueda, entonces digo qué plana está enmendando, o Caras y Caretas o Bertolotti y el viernes de noche en La Noticia y su Contexto, en la entrevista que hace José Correa, pero en el resumen de la periodista Georgina Mayo que ha cumplido un rol fantástico, ver las declaraciones de Bonelli antes de estar vestido de civil en Canal 12, las que hizo cuarenta y ocho horas antes vestido de militar diciendo 'no es tortura', la diferencia que hay con el maltrato, la diferencia que hay con el llamado segundo vuelo, es tan impresionante y creo que esas son las cosas que la historia tiene que registrar.
    HC- Un pequeño agregado, dado que la enseñanza de los militares también es enseñanza pública, financiada por el Estado, creo que estos programas elaborados por estos distinguidos y calificados historiadores tendrían que también ser enseñados en las escuelas militares, porque es imprescindible que ellos conozcan otra versión que no sea la que se da en los interiores de las unidades militares.
    Las declaraciones de Bertolotti son ''como un mamut que se pusiera a trotar por los terraplenes florecidos del Parque Rodó''
    SB- ¿Qué te parecieron las declaraciones de Bertolotti?
    HC- En La República de hoy escribí del tema. Por un lado tienen algo que ver con la enseñanza de la historia, cuando se está reclamando la desclasificación de documentos militares Bertolotti sale y se expresa en los términos que se expresaban los militares hace treinta años. Una especie de la doctrina de la seguridad nacional, el autoritarismo y el terrorismo de Estado revividos y hablando hoy, es como un mamut que se pusiera a trotar por los terraplenes florecidos del Parque Rodó y mostrara su pelambre y todo el mundo dijera 'pero se estaba discutiendo si existían o no los mamuts' y de repente aparece un mamut, es un discurso preglaciar, pero demuestra las dificultades enormes que tiene el colectivo y el alto mando militar para adecuarse a lo que son las leyes nacionales.
    Bertolotti ''dice cosas tremendas, barbaridades, hasta ridículas''
    SB- ¿Y el gobierno, cuando la ministra, cuando el presidente lee esas declaraciones de Bertolotti?
    HC- Más allá del gobierno, todo lo que ha sido el pensamiento democrático, incluyendo a la izquierda, el pensamiento democrático de la transición, de alguna manera tiene que dar una explicación, porque la verdad es que veníamos siendo arrollados con otra visión de los militares, yo tuve discusiones con respecto a esto en varias instancias públicas del Frente Amplio y en general mantuve la actitud que era necesario, modificar la doctrina de seguridad nacional en eso me mantuve dentro de las enseñanzas dmi gran maestro de este terreno que es el general Víctor Licandro, que ha insistido mucho en la necesidad, entre otras cosas, de que los militares tienen que ajustarse a las normas vigentes, que tienen que conocer la Constitución, que tienen que respetar los tratados y que no pueden mantener una concepción y un rol político autónomo. Los militares son funcionarios públicos, no pueden tener una visión como dice Bertolotti, 'habrá nunca más hasta que no cambie el escenario', quien lo determina eso, ¿el Ejército?, como hizo Álvarez, Cristi, cuando dieron el golpe, no son autónomos, son dependientes, dice cosas tremendas, barbaridades, hasta ridículas, dice 'le hicimos al presidente de la República muestras hasta ostentosas de respeto'. El respeto al presidente de la República que es el respeto al pueblo, porque el presidente surge de una elección, no puede ser ni ostentoso ni no ostentoso, es un tema demasiado delicado para ponerle el adjetivo ostentoso. Si es sincero no es ostentoso, si es ostentoso es para burlarse, para engañarlos, o sea, están mal ubicados, siguen sin poner pie a tierra del Uruguay real de su Constitución, de sus instituciones y de la sensibilidad democrática de nuestro pueblo, se sienten todavía como detentando una fuerza y un derecho adquirido a intervenir en las decisiones políticas que no es compatible con el orden y el estado de derecho.
    SB- Manifestaba mis discrepancias con José Mujica cuando dice es necesario que muramos todos los de una generación a los efectos de que estas cosas realmente finalicen. Yo creo que no, honestamente, desde la educación, la enseñanza y la decisión de la transparencia, es que las cosas se conocen. Honestamente no creo que sea necesario que mueran todos, al contrario quiero que conozcamos la verdad aquí y ahora.
    HC- Creo que es imprescindible eso. El miedo ha tenido muchas secuelas, todavía hoy uno ve que hay funcionarios, que hay gente que tiene cosas para decir y no las dice porque siente que pesan sobre él determinados riesgos, una ciudadanía en la que pesan todavía factores que supuestamente terminaron hace veinte años no está curada del tremendo impacto y agresión que sobre la gente significó la dictadura. Los aspectos de la vida cotidiana, la sanción, el pedir permiso para ir a un cumpleaños, los despidos, la amenaza masiva, la prohibición a los adolescentes de ir de vaquero o con el pelo largo a los liceos, no pasa en vano. Esos procesos de castración juvenil y familiar y laboral, dejan una secuela y por lo tanto hay que terminar con esa secuela para que el país recobre su capacidad creativa, de convivencia productiva para salir adelante del atraso en el que estamos.
    Tomado de 1410amlibre el 02/01/2005.