miércoles, 4 de diciembre de 2002

AÑO 2002: Homenaje a Elena Quinteros y Entrevista sobre su libro "Memorias de la resistencia.


04/12/02 Hugo Cores: Acto de homenaje a Elena Quinteros

Buenas noches a todos y a todas. Quiero decirles que no tengo muchos elementos distintos a los tan entrañables y elocuentes que Sara, Yamandú, Jaime, Ruben y Miguel han aportado
Conocí a Elena también tempranamente, con los atributos que aquí se han señalado, con esa vivacidad, con esa picardía que después tantas veces vimos reproducida en esa feminidad criolla, un poco socarrona que tenía Tota para tratar a los hombres, a los muchachos. Y que en Elena funcionaba como una expresión de tremenda vitalidad interior
Pero yo no me sustraigo, no puedo sustraerme a sacar algunas conclusiones
Empiezo por decir que en cierto sentido esta reunión tendría una parte hermosa y emocionante que hizo Viglieti, una segunda de testimonios también emocionante que dieron los compañeros, una parte donde yo voy a aventurar algunas fastidiosas reflexiones y después una parte musical donde estará algún cantautor y alguna murga combativa y empeñosa
Quiero decir con esto que las reflexiones que yo hago no tienen por qué necesariamente ser suscritas por los demás compañeros que están aquí. Son reflexiones que más bien hemos hecho en el PVP y por lo tanto me hago yo y nos hacemos cargo nosotros de su contenido, quizás un poco urticante.
Cuando recién se hablaba de una casa rodante ingresando al país en plena dictadura uno se pregunta qué puede pensar hoy un uruguayo, un joven, acerca de un grupo de gente que 4 días después del golpe militar en la Argentina, que cerró el último candado de la represión política en la región -Pinochet en Chile, Videla en Argentina, la dictadura militar en Uruguay,- se le ocurre preparar una casa rodante con instrumentos de propaganda para cruzar al Uruguay, el 28 de marzo de 1976, un cargamento con materiales para escribir en los muros consignas de resistencia, para tratar de organizar formas de oposición las que se oponía la dictadura.
Trato de responder a la pregunta de qué hacíamos, qué se hacía, qué fue todo aquel capítulo que escribimos nosotros. Ese: el que tiene que ver con Elena, y con el plan de aparición del PVP, que se suma al que estaban escribiendo otros desde antes, otros compañeros acá en Uruguay, de la ROE, del PVP, del Partido Comunista, de los grupos GAU, del Partido Socialista, sindicalistas que a lo mejor no tenían partido, pero que diariamente se estaban jugando su libertad, su puesto de trabajo por organizar una reclamación, hacer un pliego de demandas a las empresas. Y a eso nos sumamos.
¿Tenía sentido aquello? ¿Tuvo sentido que hombres -titanes en cierto sentido del movimiento obrero- como fue León Duarte, un intelectual y también un organizador extraordinario como fue Gerardo Gatti, Gustavo Inzaurralde, Jorge Zaffaroni Castilla, tantos muchachos y muchachas en su actividad cumplieran ese papel de resistencia?
Nosotros pensamos que sí, que fue importante y para formarse una idea acerca de aquello quizá es bueno tratar de evocar algunos de los rasgos de la dictadura.
Muchas veces oímos en los mítines que se dice “esa dictadura que mató, asesinó, secuestró”, y hay un tipo de oraciones que si se repiten de esa manera con el riesgo que al poco tiempo pierdan significado.
Más vale hablar de una persona o de una circunstancia y hacerlo a fondo, que de esas enumeraciones que quedan demasiado vagas y pueden parecer un poco rituales.
Lo primero que les quiero decir es que cuando se implantó la dictadura los golpistas la montaron sobre la idea de que los sediciosos -que eran los comunistas, los socialistas, los tupamaros, el PVP, etc.- no pertenecían a la Nación, no formábamos parte del pueblo uruguayo. No se nos debía asignar ninguna de las garantías de que disponían los ciudadanos uruguayos. Formábamos parte, decían los militares, de la agresión internacional contra Uruguay.
Y las Fuerzas Armadas no eran un Partido, ni un sector del Estado o un grupo profesional: eran un atributo de la Nación.
¿Qué quiere decir esto? El Uruguay tiene su territorio marcado y delimitado, tiene su población, tiene su Constitución, tiene su Himno, tiene su Bandera, y así como a nadie se le ocurre criticar el curso del río Uruguay, o el recorte de las orillas del Río de la Plata, que son los límites del territorio nacional, ni a nadie se le ocurriría criticar al Himno, ni a nadie se le ocurre criticar las nueve franjas y el sol, nadie puede criticar lo que hicieron las Fuerzas Armadas durante la dictadura. Porque ellos son el brazo armado de la Patria
Después que se enunció esa consigna totalitaria, para los rehenes tupamaros, para los comunistas presos, para los del PVP, para la gente que resistía no quedaba absolutamente ninguna garantía, porque no formábamos parte del estatuto de convivencia de la Nación
Éramos ajenos y todos los discursos oficiales del principio al fin de todos esos gorditos cobardes que desfilaron por la presidencia con uniforme o sin él, todos nos asignaban la condición de elementos ajenos a la Patria.
Fíjense que hay una parte de ese discurso que lo siguen sosteniendo hoy.
(...)
Volvamos a la situación de Elena en 1976.
Desde el punto de vista simbólico hay algo tremendamente grave que ya había ocurrido cuando Elena fue secuestrada en Montevideo: El asesinato de Zelmar Michellini y Gutiérrez Ruiz.
Difícilmente en la conciencia nacional uruguaya, de la ciudadanía con cultura cívica con participación, en la conciencia de ciudadanos blancos, colorados, frenteamplistas, haya un hecho más conmocionante, más desgarrador, más lacerante que la muerte de esos dos hombres.
Elena permaneció ocupando su puesto de lucha clandestina después de eso; como permanecieron una cantidad de otros compañeros, algunos de los cuales están acá.
En Montevideo, clandestinos, viendo cómo se hacían cosas contra aquella dictadura.
Nadie pensaba, ni Gerardo, ni Duarte, ninguno de nosotros pensaba que con las solas fuerzas del PVP, con esa casa rodante y con todos los demás esfuerzos que se hacían, con Elena Quinteros, con Telba y con todos los otros compañeros, nosotros solos íbamos a derrotar a la dictadura.
Pensábamos que era una dictadura que agraviaba tanto la conciencia del país que no podía durar. Y nuestro esfuerzo consistía en llevar adelante una lucha de resistencia para que -en una expresión de Gerardo Gatti "no plasme la lapida de la dictadura terrorista, que no fragüe", que no se legitime por su duración el poder despótico.
Había que mantener la resistencia y en eso estuvo mucha gente.
Miren compañeros: Elena cayó en el 76, y hubo presos en el 77, del PVP y del Partido Comunista, y hubo presos en el 78 y en el 79, y en el 80 y en el 81 y en el 82 y en el 83 y en el 84.
Hubo gente que siguió resistiendo los 8 años siguientes. Bajo estas banderas y bajo otras banderas, haciendo lo poco o lo mucho, pero así resurgió un sindicalismo, así resurgió una izquierda.
No nació, ni renació de un repollo la izquierda uruguaya. Nació de las luchas de los sesenta y renació de esos hechos de resistencia a la dictadura.
El contenido político y emotivo que tenía aquella bandera del Frente, y Seregni preso y los otros dirigentes presos, y la gente que sentía que eso no era justo, no podía estar preso un hombre de esa estatura moral y política. Ni los demás presos y los rehenes y entonces salía la gente arriesgando todo a pintar y a resistir y a pasar el volante y a pasar la noticia. Por eso tuvimos lo que tuvimos después. Recuperación democrática y empuje y por eso somos una fuerza política cada vez con más potencial. Con fallas y con vacilaciones, pero cada vez más con más apoyo y expectativa popular.
Es un gran compromiso que tenemos. Entonces yo quería decirles en medio de qué condiciones Elena Quinteros luchaba clandestinamente en el país.
Estaba latente la posibilidad de caer presa en aquel momento, como ocurrió. Y, a partir de ahí, cuando la capturaron, la separaron de todo de todos los compañeros , aunque hubo compañeras presas que la vieron y la vieron cuando la estaban torturando.
Elena estaba clandestinamente en el Uruguay, “legalmente” no estaba en Uruguay o sea que se hacía difícil que sus familiares iniciaran gestiones para saber donde estaba ya que formalmente no estaba en Uruguay.
O sea, las condiciones no podían ser más desfavorables para aquella joven maestra de championes con los cordones bien apretados. Entonces fue torturada por Gavazzo, y por Cordero y por todos los demás represores.
Todos grandes, todos gordos. No había, no podía haber condiciones peores. ¿Alguien se imagina una situación, una pesadilla peor que estar en junio de 1976 en manos de estos señores, con toda la estructura de poder del Estado terrorista y con el ministro Blanco y todo la diplomacia uruguaya diciendo que estaba todo bien, que “la mujer” no estaba presa, y dándole órdenes a todos los funcionarios de todas las cancillerías del mundo que negaran el hecho, a pesar de que el Embajador venezolano Ramos, en ese mismo momento estaba diciendo que sí, que estaba ahí. El mismo Ramos había ido a ver a los suegros de Elena a verificar si aquella mujer sacada con violencia de su embajada era Elena Quinteros. Y Blanco insistiendo que todo aquello era una maniobra contra el Uruguay por parte del Embajador venezolano.
Y mientras, en el mismo momento, Gavazzo y Cordero le daban la torturaban a Elena ininterrumpidamente. ¿Puede haber una pesadilla peor, les pregunto?
Elena no dijo nada, no cantó nada. Y mientras ellos le pegaban y la golpeaban y la aislaban y la cegaban con una capucha, su cabeza estaba pensando en cómo huir.
Y se fugó. Entonces: ¡Vaya si hay que hacerle un homenaje a esa mujer, a esta compañera! Huyó cuando ellos tenían la máxima fuerza y ella la mínima. Les fue al desafío y los derrotó, en gran medida. Fíjense ustedes, han pasado más de veinticinco años. Ya no están ellos en el Ejército. Ya no mandan. Son unos apenas unos gordos fofos que no pesan en la vida del País. Sin embargo, sin embargo, ¿qué es lo que tienen ellos, y los jefes hoy retirados, para que un ministro de la democracia cometa el agravio al sistema político y al sistema de garantías que tiene este País como hace el señor Yamandú Fau, alzando su voz de condena a la decisión del juez Eduardo Cavalli El Sr. Fau que sabe bien que son los desaparecidos porque él estuvo en el Parlamento cuando la Comisión Investigadora se formó.
El concurrió a Buenos Aires junto a la Comisión que investigaba el asesinato de Zelmar y Gutiérrez Ruiz y volvió declarando que venía contento porque traía cuatro mil páginas de testimonios sobre ese asesinato.
Que paradoja que este caballero, agraviando al Poder Judicial del país, diga que el Juez Cavalli quiere una vuelta atrás y el fin de la paz social y la vuelta a la confrontación sangrienta entre los uruguayos.
Cuando se expresa así Fau quiere sembrar el miedo. En algo similar incurre el ministro Stirling cuando ataca la labor de los magistrados que sentenciaron a Blanco.
Eso hay que rechazarlo con el énfasis más absoluto
Fíjense ustedes. Ellos, los militares acusados de secuestrar y hacer desaparecer opositores no tienen la fuerza que tenían en el 76, no son los que tuvo que enfrentar Elena.
Sin embargo para los ministros del gobierno los centuriones de la represión en el 76 siguen teniendo poder. ¿Cómo se podría formular la actitud de estos gobernantes en términos técnicos, que no sean muy chocantes?
Podríamos llamar una forma de cagonismo político a este índice de repercusión injustificada y paralizante de una amenaza. Podía ser así ¿no? Como está de moda ahora que para todas las cosas parece que hay una presentación “científica” se podría establecer un indicador que marque una cifra sobre cien.
A Yamandú Fau habría que asignarle un índice elevado de reacción frente a una amenaza poco eficiente o una amenaza no válida
En un momento como este, en esta reunión que forma parte de una especie de reacción de la sociedad civil, de las personas, de los partidos, del Frente Amplio de la Izquierda, frente a ese atropello, frente a ese intento de amenazarnos por parte de dirigentes políticos del gobierno que tienen ellos un elevado índice de reacción frente a amenazas infundadas.
Para terminar, en este contexto es que realizamos nuestro reconocimiento y nuestro homenaje a todos los que enfrentaron a la dictadura , a todos los que, durante tantos años, desde el 1973 cuando empezó la huelga general hasta el 1985, mantuvieron en este país la idea de que no se podía aceptar aquello de la época de la dictadura de Terra, que había que amansarse para vivir.
No aceptaron lo de amansarse para vivir, se rebelaron y hoy nos estimulan con su ejemplo y con su presencia.
Muchas gracias.
(Aplausos)

00/05/02
CX 36 Centenario Ver
HUGO CORES: “NO VAMOS A AFLOJAR”
ENTREVISTA DE HUGO CASTILLO EN OCASIÓN DE LA EDICIÓN DE SU LIBRO “MEMORIAS DE LA RESISTENCIA”
- Hugo Castillo: Estamos recibiendo con mucho gusto aquí en “Utopía” a Hugo Cores, es u uruguayo que nació en Villa Crespo, Bs. As. a quienes ustedes bien conocen, profesor de Historia egresado del Instituto de Profesores Artigas. Militante estudiantil, sindical, en la participación de a formación del PVP, fue diputado del FA en 1989 y ha publicado varios libros de los cuales recordamos el 68 Uruguayo, y ahora acaba de editar en Ediciones de la Banda Oriental Memorias de la Resistencia. Gracias por estar Aquí Cores...- Cores: Muchas gracias a ti porque es un gusto dialogar contigo y con los oyentes de CX 36. - Castillo: Se podría hablar en plural de Memorias de las Resistencias...- Cores: Si, lo he llamado así porque no pretendo en este trabajo hacer una crónica general sino mi mirada, lo que vi. - Castillo: Allí hay miradas y evocaciones a resistencias en la década del 50, 60, 70. Hay resistencias internas y exteriores...- Cores: En una persona que estuvo y que militó en distintos ámbitos como tu reseñabas y además que trata de mirar esos años desde las angustias perentorias de la acción política actual, del drama del Uruguay que parece estar llegando al final de su destino como nación independiente. Uno mira a atrás y busca los augurios de la crisis, del autoritarismo, del agotamiento de un determinado modelo económico. Lo busca atrás, en las primeras manifestaciones, en los primeros indicios, de cómo se situó la consciencia del país frente a esos indicios y busca las primeras resistencias. El trabajo es una mirada personal de mi pasado y de algunos familiares y personas que han sido muy cercanos, militantes sindicales y políticos con la vida muy afectada por las opciones políticas que hicieron. Después compañeros, la mayoría de los cuales están desaparecidos. En general traté de profundizar todo lo que se podía averiguar acerca de los compañeros que no están, o sea los que ya no tienen oportunidad de contar su historia. Entre otras cosas porque me parece que sobre mucho de ellos no hay un reconocimiento, una estimación de todo lo que significó su vida y su aporte. Procuré a lo largo de esto, has visto que es un libro de memoria que no reposa solo en la memoria, en la primera página tiene un agradecimiento que es para los funcionarios de la Biblioteca Nacional. Después hay transcripciones textuales, un elemental respeto al lector que si yo hablo de que un día tuve un impacto oyendo a Víctor Raúl Ayala Torre y una discusión que se armó en el Paraninfo con estudiantes de mi edad con aquel gran líder latinoamericano saber la fecha, y tratar de con la ayuda de el diario El día que en ese momento estaba muy próximo a Ayala Torre, transcribir cuál es el pensamiento. Y como esta las 60 u 80 referencias concretas que acá si hablo del drama de las denuncias, el aislamiento y el suicidio de el Dr. Carlos Viera quiero también ser preciso en las fechas, en los términos, qué denunciaba aquel profesor universitario que un día hizo un discurso y esos discursos salieron a la calle, ocuparon una primera plana en los diarios y desde el poder del diario Acción, El País, El Plata, lo cercaron, lo agobiaron, lo acosaron y lo condujeron al suicidio. Un número uno de la cátedra de Economía Política de la Universidad de la República, un hombre honrado y bueno que comenzó a decir que en el país había corrupción, clientelismo, manejos. - Castillo: Estamos hablando del año 58...- Cores: Casualmente, en la redacción de uno de los diarios que más lo atacó estaba el Dr. Jorge Batlle, por eso el asunto tiene cierto interés. Se podría decir que con el Dr. Carlos Viera pasó algo que yo cuento que también pasó con Julio Herrera Vargas, salvo que diez años después. Herrera Vargas denunció también la infidencia y terminó aislado con una campaña en contra desde el diario Acción, desde el poder muy fuerte, una campaña de aislamiento sobre Herrera Vargas, director del Banco República que denuncio la incidencia en que también estaba el Dr. Jorge Batlle. Esto de la memoria tiene algo de zona riesgosa, uno tiene que fundamentar, no dice eso gratis, fundamentarlo con referencias a los periódicos. - Castillo: Un tema tan tocante, que fuiste partícipe de la mayoría de los temas que planteas, es muy difícil tomar distancia y hacer un planteo desapasionado y con rigor. Este libro ha logrado estas dos cosas, por un lado tomar distancia por más que estuviste metido en toda la experiencia y e rigor de las fechas, de los nombres olvidados como los que nombrabas y esa recuperación, es un libro que pretende recuperar una memoria que a pesar de 30 o 40 años atrás tiene muchas lagunas...- Cores: Otra arista que me pareció importante de estos bolsones de olvido son algunas aproximaciones al destino. Muchas veces el destino trágico de personas comunes, trabajadores, no sobresalieron, no fueron dirigentes de ningún sindicato y de ningún partido y que sin embargo sufrieron y padecieron todo el terrorismo de estado. - Castillo: Los sencillos anales de los pobres por ejemplo, refiriéndote a el investigador británico Osman...- Cores: Exacto, si nosotros miramos la historia del período de las grandes confrontaciones como una historia que se limita a la confrontación entre una insurgencia militar y las medidas cautelares y represivas adoptadas por otro aparato militar estamos mutilando lo que significó el despotismo en la vida cotidiana para decenas de miles de personas que tenían una identificación de izquierda. Hace muchos años tanto Wilson Ferreira como Zelmar Michelini en oportunidad de realizar denuncias en el exterior acerca de la dictadura uruguaya ponían de manifiesto el hecho de que Uruguay había tenido entre el 86 y el 73 50.000 presos, después de eso siguieron los presos. Nosotros estamos en un momento de la vida política del país en los años 60, 70, con una sociedad en la cual una proporción gigantesca de familias han padecido ese paquete de tratamiento represivo que se aplicó durante esos años. De esa epopeya no hay casi registros, conozco un solo libro que es excelente que es Memoria para Armar, un libro colectivo de las mujeres presas que hace a partir de 52 relatos una aproximación serena, objetiva, rica en detalles de una gran parte de esa masa que nos aplicaron, ese programa de desconocimiento, aislamiento y repudio hacia la izquierda que se aplicó durante 13 o 14 años en Uruguay. Esos textos debieran de formar parte de la educación en este país, que la gente joven tendría que saber lo que pasaba en el Hospital Militar, porqué dejaban morir a la gente, cómo la salud era un instrumento terrible, perverso para quebrar la dignidad, para doblegar la resistencia de los hombres y de las mujeres en prisión. Eso en ese libro está muy bien tratado. - Castillo: Aquí también hay mención en ese aspecto, la fuga de un integrante del PVP que se fuga como última, porque sabía que su destino estaba marcado...- Cores: Exactamente, estaban esperando que se repusiera después de grandes sesiones de tortura, se le había formado una especie de hernia, es operado y cuando se restablece va a marchar nuevamente a tortura, él sabe eso y en su desesperación sale con una túnica de médico en un plan de emergencia, logra escapar y exiliarse en la embajada de Venezuela y finalmente está en Venezuela todavía hoy. Es el director de la revista Koeyú, la revista que se edita desde hace muchos años en Venezuela. Yo lo defino a este trabajo como una contribución, mi contribución a la memoria colectiva. Pongo el acento en las cosas que yo ví directamente, salvo algunos casos que tengo mucha documentación de ellos, que es un trabajo que hizo Raúl Olivera y Sara Méndez, muy largo y detallado que en algunos tramos extraigo algunas circunstancias que yo desconocía sobre algunos compañeros que no traté personalmente. El resto de gente con la que tuve una larga amistad, una relación a veces más estrecha que con mis hermanos como el caso de Gerardo que tenemos una amistad desde los años 54 - 55 hasta su desaparición en Argentina en el año 76. 20 años que incluyeron largos períodos de prisión juntos, casi un año estuvimos juntos en el penal de Punta de Rieles que lo inauguramos como prisión de presos políticos que después fue de mujeres. - Castillo: Tu peregrinaje carcelario o turístico como a veces dice Mauricio Rosencoff fue en el Interior...- Cores: Si, estuve aquí, estuve en el CIOR 2 veces, en San Ramón. Después tuve un peregrinar por Argentina en el penal de Cierra Chica. Allí ya estaba operando el grupo de gente que secuestró después a los compañeros, el grupo de Gavazo, Silveira, Cordero, Rama, toda esa patota que está operando allí en el marco del Plan Cóndor con absoluta impunidad. - Castillo: Si bien el libro sigue una cronología a veces hay algún salto que eso le viene bien al lector porque lo hace entrar más en el asunto. Para mí ese tema lo tratas con mucho interés para el lector, el tema de la importancia que tuvo en la década del 50. Acontecimientos importantísimos y aquí en el libro tu haces una referencia bastante detallada de eso, la década del 50, reforma universitaria, reforma de la ley orgánica de la universidad, las primeras manifestaciones obreras y estudiantiles. Esa recuperación era necesario hacerla...- Cores: Es que estamos con una dificultad en el país con respecto a la transmisión del pasado reciente. Siempre es un poco complicado, en Uruguay a raíz de la impunidad y de la cola de paja que una gran parte de los civiles tienen sobre su participación en actos autoritarios es una zona vedada de la historia. Por eso los sistemas de educación tanto público como privado se aborda poco. Incluso la producción Universitaria sobre la historia reciente es escasa y a menudo chueca. Libros importantes de historia escritos por gente de izquierda no mencionan las palabras Detenidos - Desaparecidos lo cual lo coloca en una situación incómoda a ese historiador que no habla de la historia reciente, cuestiones del imaginario, de los sueños y las representaciones. Y no habla de los desaparecidos, no habla de la tortura, del verdugueo en las cárceles. Las manifestaciones más grandes en el país son recamando por los desaparecidos y este historiador no los menciona en sus libros de historia. Otro problema es la idealización burguesa, conformista que se hace desde el poder de un pasado sin izquierda donde había bienestar, el Uruguay era una gloria. También hay un elemento que es importante, en ese momento yo estaba despertando a la juventud, la adolescencia, la militancia en la FEUU, las manifestaciones callejeras, las primeras lecturas de Marcha. Despertaba con una avidez que queda registrada porque uno absorbía todo, uno se acuerda hasta de los editoriales que lo impactaron de Carlos Quijano. Si yo me viera obligado a escribir sobre los 90, años en los cuales tuve un protagonismo mucho mayor, incluso durante un tiempo fui diputado, no todo el período porque renuncié antes de que este terminara, es posible que no tenga la riqueza de percepción de todo. Inclusive hay otro fenómeno, uno a los 18, 19, 20 años todavía la vida no lo ha encasillado en ámbitos ni intelectuales, ni partidarios. - Castillo: Pero hay tendencias. Qué edad tenías cuando lloraste leyendo un libro de Dickens...- Cores: Era un niño, tendría 10 u 11 años. Tendencias al socialismo, sí. Pero desde el punto de vista de la sociabilidad, yo conocí una cantidad de gente interesante que después tuve que dejar de tratar porque la clandestinidad me fue colocando en u lugar donde muchos años veía las mismas 20 o 25 personas que estaban vinculadas a la resistencia obrero estudiantil que después estuvieron en la fundación del PVP, mientras que cuando tenía 17 años iba a aquellas reuniones de la FEUU donde se reunían 50 muchachos a discutir, uno termina conociendo una verdadera generación. Gran parte de esos compañeros que después militaban conmigo después tuvieron una gran trayectoria académica, o política, o sindical en el Uruguay. De alguna manera traté de que aquel momento histórico que dio lugar a la existencia de personalidades como esas quedaran a partir de fragmentos de historias de vida. - Castillo: La importancia que tuvo la década del 50 en lo que pasó después...- Cores: Yo creo que ahí está el embrión de una parte de la problemática que después irrumpe de una forma muy dramática, sobre todo con Pacheco a mediados de los 60. Creo que ahí están los primeros indicios de que el modelo aquel basado en el estado de bienestar, una industria de sustitución de importaciones, de clientelismo político. Los partidos tradicionales con sus salas más o menos populares, era la época que en el Cerro ganaba la 15 a muerte y cuando dejó de ganar la 15 comenzó a ganar el herrerismo con los votos de Nardone. Esto ocurrió hasta el año 58, a pesar de que había combatividad, había sindicalismo clasista, había mucha gente que yo adoraba militando en el Cerro, una masa trabajadora que había sido ganada electoralmente por Blancos y Colorados y que después la lucha de aquella época, las grandes huelgas, toda la agitación que siguió al cierre de los frigoríficos, la formación de la cooperativa. Todo eso fue llevando a que en un lapso muy breve de tiempo decenas de miles de trabajadores rompieran con los partidos tradicionales y comenzaran a buscar opciones en la izquierda. Entonces, es un momento de enorme importancia, por algo los partidos tradicionales sacaban entre los dos el 90% de los votos y toda la izquierda unida incluyendo la Unión Cívica que no era tan izquierda no llegábamos al diez por ciento. Entonces después de ese momento de auge de ese Uruguay, se comenzó a desarrollar una crisis irreversible que creo que los grupos económicos y políticos más poderosos, la presión externa, llegó a la conclusión de que los salarios de los obreros uruguayos era demasiado alto, y que se propusieron la desigualdad como estrategia. Bajar el salario, comenzó una larga lucha que se extendió desde los finales de los 50, toda la década del 60 y continuó durante la dictadura y en cierta forma continúa hoy. Una lucha que consiste en mejorar la rentabilidad del capital a costa del salario real del trabajador, del asalariado. Es una larga lucha que va por debajo de todas las incidencias políticas y culturales pero que a cada giro de la lucha de clases ellos se adueñan de una parte mayor de la torta y le deja una parte mejor. Esto va por el salario pero también por los recursos de la educación, para la vivienda, en cómo se atiende la calidad de vida de los que viven en los barrios obreros que se van reduciendo y reduciendo, y los servicios públicos vinculados a la atención de la población trabajadora, la salud pública, las asignaciones familiares, en fin. - Castillo: Es una década que además rompe con 90 años del partido Colorado...- Cores: Ellos pasaron del momento en el cual dan todo lo que podían dar, ese mejor país no era viable. Pero no era viable no por los obreros ni a causa de Tabaré Vázquez ni del EP, no era viable porque lo que habían construido tenía base de barro, reposaba sobre una economía donde funcionaban los mecanismos prebendarios de clientelismo, de reparto de influencias donde muchas veces el destino de la empresa no estaba vinculado a la capacidad tecnológica o productiva sino a los favores que conseguía en el Concejo Nacional de Gobierno o en la pirámide burocrática del Partido Colorado y del Partido Nacional. Entonces e alguna manera mirar el país que ellos arruinaron y que llevaron al proceso que conduce primeramente a Pacheco y después a la dictadura también importa. Nosotros tenemos que rechazar profundamente la teoría que Uruguay llegó a la dictadura como resultado de la existencia de dos demonios, el demonio subversivo y el demonio represivo. Esas interpretaciones de la Historia Uruguaya debe ser sustituida por una que examine los hechos tal como ocurrieron incorporando no solo los fenómenos político militares sino los fenómenos económicos sociales que se expresaban en la vida de todos los días de las grandes mayorías trabajadoras. En este sentido acercarse a una explicación de porqué este período autoritario en el Uruguay siempre es como previo incluso a una discusión política actual. Aunque a veces uno dice que el FA hoy de un debate, señales de apoyo para asegurar la credibilidad del sistema financiero. Yo digo no, nosotros somos otra cosa, venimos de otro lado y los responsables de que se haya llegado a esta situación son otros, es el gobierno, son las clases dominantes, desde la década del 40, 50, son ellos los que designan los ministros, los que trazan las políticas económicas, los que hacen los programas sociales, los que le dan un rumbo a los entes autónomos, los que han arruinado muchos entes, son ellos. Que no nos hagan sentir ahora una responsabilidad a nosotros cuando a la hora de tomar decisiones nos dejan afuera. - Castillo: Volviendo al libro y a la resistencia. La atomización de esa resistencia hasta qué medida entiendes tu Hugo Cores fue responsable de la duración de ese largo período dictatorial...- Cores: Hubo algunos momentos que provocaron debilitamiento y desacumulación de fuerzas, circunstancias que no ayudaron a armar una resistencia democrática convincente con grandes capacidades. - Castillo: Estás hablando del 73...- Cores: Si, comunicados 4 y 7, etc., etc., yo creo que eso fue un error de una gravedad extrema, además no fue episodio, comenzó antes de febrero del 73 y siguió muchos años después. Siguió hasta el 74 - 75, hay indicios de eso muy adelante, es un tema del cual yo me he ocupado en algún otro libro que en general nadie ha recogido el guante para discutirlo con serenidad. Yo tengo un fundamento, hubo un momento histórico en que desde la Unión Soviética se apostó a los ejércitos Latinoamericanos, creo que por un gran error estratégico, la academia de ciencias de la URSS había estudiado a fondo lo que había pasado en otros países como Egipto, algunos países de Africa. - Castillo: Pones el ejemplo de la Argentina de Videla...- Cores: Acuerdo comercial de varias cosechas de trigo de la dictadura argentina. El fenómeno es complicado pero lo que la Unión Soviética sostenía de fueras de oposición al imperialismo le da una gran importancia al papel de los ejércitos, y eso que quizás tenía sentido en Egipto, quizás tenía sentido en Yemen, donde no había tradición sindical, partido de izquierda, donde no había prensa, donde reinaba el analfabetismo, donde las masas eran predominantemente campesinas, a lo mejor ese ejército no lo estudió a fondo. Uno de los casos más característicos es un país que tuvo una gran tragedia, país que queda cerca del cuerno de Africa, no es Eritrea, ya me voy a acordar, donde la URSS hizo una gran apuesta a la modernización del ejército y confió como lo hizo en Perú. No nos olvidemos que una parte del ejército peruano estuvo armada con aviones soviéticos, fue a tomar instrucciones a la URSS porque se entendía que el ejército era capaz de llevar adelante una acción anti -imperialista de carácter popular, un error tremendo sobre todo en países que tenían movimiento obrero desde hacía mucho tiempo, que tenían izquierda desde hace mucho tiempo y ejército hace mucho tiempo. El ejército uruguayo que ya estaba conformado ideológicamente de acuerdo a las pautas de los norteamericanos desde el 50 donde muchos de los generales salvo las excepciones de Licandro y Seregni el grueso de los generales tenían el cerebro lavado con las teorías contra la subversión internacional y las teorías de la seguridad nacional. Esos militares jamás iban a ser un vehículo de agitación popular. Imaginarse como lo hizo el PCU en el 73 que estos militares iban a estar codo con codo en la calle, yo transcurso un discurso de Arismendi en El Galpón dicho cuando ya estamos con el Golpe encima. Los militares eran Gregorio Alvarez, Balestrino, toda la majuga y mafia golpista de estado que después se mantuvo en el poder durante los años que siguieron, un error de evaluación trágico porque el error al primer partido que le costó sangre fue al Partido Comunista y al propio Arismendi. Pero esto tuvo un efecto en el conjunto del movimiento popular de mucha confusión. - Castillo: Un tema que es necesario e interesante de tratar. Tu mencionas tres deserciones de integrantes del PVP en este libro...- Cores: Más que deserciones hablo de traiciones, deserciones hubo algunas otras, pero las deserciones no las contabilizo como traiciones. Hubo gente que dijo en un tiempo hasta aquí llegó mi amor y no estoy dispuesto en seguir en estas condiciones. La cifra de 500 integrantes en el PVP la se firmemente por los informes, hay una tendencia a documentar todo lo que hacía al PVP en ese momento y el valor que tiene es que ha pasado el año 72, el golpe del 73, hay una dictadura militar en el Uruguay , una persecución a los opositores en Argentina y después hay un golpe militar que instaura el terrorismo de estado en Argentina. Y hay un asesinato de Michelini y de Gutiérrez Ruiz. Después de eso hay un partido que tiene 500 personas para organizar la resistencia en Uruguay contra la dictadura Uruguaya. Mi trabajo no es una vida de héroes pero los que hicieron eso empezando por Michelini y por Gutiérrez Ruiz, seguir alzando banderas de dignidad y de denuncia a la dictadura después del golpe en Argentina y de todo este proceso en el cual todos los países del Cono Sur estaban en manos de dictaduras como la de Pinochet, Banzer, Silva, Geisel, Bordaberry, haber mantenido en ese momento formas organizativas, de denuncia, de propaganda, de agitación, eran actos heroicos. Yo rescato de ese esfuerzo la condición de Militante, de hombre de la resistencia y no lo quiero presentar como una víctima pasiva, estaban peleando y en condiciones muy adversas. La mención del coraje, la referencia a esas formas de coraje cívico por más que la resistencia tenía aristas que podían ser conspirativas, es el coraje moral, el coraje de decir no me doblego, no les acepto la paz de los sepulcros, la paz del miedo. Esas evidencias de coraje colectivo muchas veces de muchachos y muchachas muy jóvenes no es bueno que se olvide. - Castillo: El libro plantea justamente el rescatar esa memoria, no contribuir al olvido...- Cores: La izquierda uruguaya no nació de un repollo, no tenemos nada de que avergonzarnos. - Castillo: Para la resistencia que diferente se veía de dentro o de afuera del país...- Cores: En Argentina era estar como de adentro y de afuera. - Castillo: Incluso organizativamente en Argentina el PVP funcionó con todos los puntos, fue un activo militante de la resistencia en Argentina. Te llevaron esposado en un avión a Francia, allí tuviste un peregrinaje junto a Wilson Ferreira, planteaste una denuncia al Tribunal Russell que luego te llevó a Roma y hay un episodio que recoges en el libro con un personaje respetado por muchos que es la entrevista con un montonero Argentino...- Cores: Exactamente. Yo participé como testigo en el tribunal Russell y hubo un pequeño mal entendido en el sentido de que se supone que los organizadores me invitaron para que yo diera un testimonio de lo que estaba pasando en las cárceles argentinas de donde yo venía. Hablé un poco, me lance inmediatamente a denunciar la dictadura uruguaya que además en ese momento era mucho más dictadura que la de Argentina. Hablamos de enero de 1976. Eso dio lugar a un cierto malestar de los dirigentes montoneros que estaba en Roma que me citaron allí. Hablé 10 o 15 minutos acerca de lo que yo estaba más comprometido. Ellos promovieron una reunión para aclarar este punto y me reuní con el principal dirigente montonero que había en Roma que había escuchado con atención la cita, me dijo que dado que sos un militante de una organización política uruguaya yo creo que esto estuvo correcto y que no hay nada que reprochar por lo que queda cerrado el incidente. Me lo habían presentado como Pablo, o Luis, algo así, y en eso se acerca un Argentino que dice bueno, no te olvides Juan de que lo tuyo es la poesía. - Castillo: Era Juan Gelman...- Cores: Si, era Juan Gelman que en ese momento era uno de los dirigentes montoneros conocidos y que actuaba en ese campo de relaciones políticas en Europa con su inteligencia y cultura para el tratamiento de estos temas. - Castillo: Hacer un detallado análisis de lo que pasó con los desaparecidos que integraban el grupo, unos cuantos. Si yo te digo que definas hoy a tantos años de aquellos acontecimientos qué me dirías de Gerardo Gatti...- Cores: Una personalidad muy rica, con una voluntad de hierro, con un interés muy basto, estudiaba Literatura en el IPA, un gran lector de poesía, de literatura. Un hombre que teniendo condiciones para haber tenido una vida intelectual hizo un cambio de clase, trabajó en Imprentas, militó en Artes Gráficas, anarquista convencido en los años 50, como sindicalista tuvo un papel muy activo en la creación de la CNT. Era un hombre tenaz. Tuvo importancia su presencia junto con la de León Duarte que eran anarquistas con un pensamiento global muy bien articulado, con una conducta pública de anarco sindicalistas. La decisión de ellos de apoyar una central obrera en la que estaban los comunistas fue tomada por muchos sindicalistas como una señal positiva de que eso era viable. Los anarquistas aparecíamos como muy opuestos, con mucho antagonismo con el PC. Ese paso de haber colaborado con la creación de una central única que le valió a Gerardo que muchas revistas anarquistas ortodoxas lo condenaran como anarco traidor o anarco dictador, aliado a los comunistas que era muy mal visto. Gerardo fue un constructor de esa unidad con ese aspecto de apoyo simbólico que le sirvió a muchos sindicalistas como una guía para decir vamos a colaborar en este esfuerzo. Así quedó fundada esta central que tanta importancia ha tenido en la historia de nuestro país. Quizás no exista ningún caso de una personalidad pública conocida, además era amigo personal de Carlos María Gutiérrez, de "Ducho" Sfeir, de Zelmar Michelini, de una cantidad de intelectuales que había conocido en el IPA o trabajando en los diarios o en el Montevideo de la izquierda. Un hombre muy apreciado de ese nivel extraordinario, fue secuestrado por Gavazo, Cordero, Silveira y Rama y sobre ese secuestro quizás no haya ningún otro caso tan documentado. En las últimas páginas del libro recopilo todos los testimonios de la gente que desfiló por Orletti y que vio a Gerardo y a otros compañeros como León Duarte, Jorge Zaffaroni Castilla, Alberto Mechoso, Adalberto Soba, una cantidad de compañeros. Pero el caso de Gerardo como fue el primero que capturaron y sobre el cual Gabazo y Cía. pretendió hacer un canje mafioso, un secuestro al estilo de otra gente, salvo que ellos tenían el uniforme del estado, con banderas uruguayas y el respaldo del ejército uruguayo, secuestros por dinero en Argentina. Hay hasta fotos de él secuestrado junto a Washington Pérez Rosina, un dirigente de FUNSA hoy fallecido. Es un caso que lo estamos peleando, lo hemos llevado a los juzgados porque la desaparición es un delito permanente. Cuando los hijos que sobreviven, porque a Gerardo también le mataron a su hija menor Adriana, cuando sus hijos Daniel Gatti que trabaja en Brecha y Gabriel que está en España, cuando su esposa o sus sobrinos esta noche o mañana no lo encuentran es un delito. El estaba en manos del ejército y no volvió con los suyos, ese delito con tantos testigos, no puede ser que nos den la callada por respuesta por 25 años cuando los testigos siguen diciendo, se siguen presentando, lo hemos presentado en las audiencias de España, tenemos una causa en Italia por descendiente de Italiano y una causa judicial presentada en la justicia uruguaya. No vamos a aflojar. El libro está abierto en su final porque hay que seguir trabajando con la memoria.
Fuente original CX-36, Radio Centenario, Mayo de 2002.