miércoles, 24 de diciembre de 2003

AÑO 2003: 5 artículos sobre temas varios.


24/12/03 Polémica en el FA por propuesta
de derogación de la Ley de Caducidad
Entrevista al dirigente del PVP Hugo Cores
Material extraído del respaldo PC de HC. CX 14 El Espectador.



En Perspectiva/espectador.com de Uruguay - 24 de Diciembre de 2003
Repercusiones del IV Congreso del Frente Amplio

Polémica en el FA por propuesta
de derogación de la Ley de Caducidad

Entrevista al dirigente del PVP Hugo Cores
El planteo de derogar la Ley de Caducidad si se accede al gobierno despertó un duro debate en el Congreso del Frente Amplio. Finalmente se optó por quitar la mención expresa de la derogación de la norma, manteniendo que “se promoverá la adecuación de la legislación interna a los tratados internacionales ratificados por el país”. Para el dirigente del PVP Hugo Cores la ley es incompatible con los tratados sobre Derechos Humanos y por tanto lo aprobado por el congreso igual obliga al Frente Amplio a la derogación del texto legal.
EN PERSPECTIVA
Martes 23.12.03, hora 9.07.


EMILIANO COTELO:
¿Qué hacer con la Ley de Caducidad en un eventual gobierno del Frente Amplio-Encuentro Progresista (FA-EP)? Ese fue uno de los temas más duramente discutidos durante el Congreso del FA del fin de semana pasado, que comenzamos a analizar ayer con en entrevista con el senador Enrique Rubio.
El domingo, en régimen de plenario, se presentó una moción que promovía explícitamente la derogación de la Ley de Caducidad en un gobierno encabezado por Tabaré Vázquez. Y a propósito de un agregado a la moción original surgida en comisión se produjo un debate particularmente enérgico y apasionado que tuvo dos protagonistas: el dirigente del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) Hugo Cores y el dirigente del Movimiento de Participación Popular (MPP) Eleuterio Fernández Huidobro.

José Irazábal tiene una síntesis de ese intercambio.

JOSÉ IRAZÁBAL:
Exactamente. Cores argumentó en el Congreso del FA que el punto sobre la Ley de Caducidad era uno de los más importantes que tenían para resolver el FA y el propio país. “Es la constatación –dijo– de que lo que se ha dicho por parte de la derecha durante 16 años no es cierto, que la ley de caducidad resolvía para siempre el tema de los derechos humanos”. Dijo también que una muestra clara de esto son, por ejemplo, las marchas que se hacen los 20 de mayo, las protestas que han hecho los familiares, las acciones de la justicia –nombró la actuación de los jueces Cavalli y Recarey– y señaló que la herida en este sentido no está cerrada y que los gobiernos después de la salida de la dictadura actuaron como defensores de la impunidad y no de la reconciliación nacional. “No podemos ser, como ha dicho la prensa de la región, un paraíso de la impunidad, donde nunca nadie ha sido llamado ni siquiera como testigo”, afirmó en defensa de su planteo.

Luego se refirió a la respuesta concreta que se presentaba en ese momento, que era derogar la Ley de Caducidad.

(Grabación: )

“La moción que nosotros planteamos se remite a la existencia en el mundo y en la legislación interna uruguaya de un sistema de garantías que establece que hay delitos que por su naturaleza son permanentes. La desaparición forzada de personas es un delito permanente y por lo tanto una ley que caduca la pretensión punitiva del Estado está reñida con los tratados que el país ha suscrito –la Convención de Costa Rica, los tratados de Ginebra, la Convención de Viena–, que precisamente desarrollan in extenso la idea de que tienen la misma fuerza que las leyes interiores los compromisos que el Parlamento vota en materia internacional.

Nosotros creemos que es una señal imprescindible para hacerle al país: que con el FA no habrá normas que garanticen la impunidad. Y es una señal también para hacerle a una figura virtual, que no sabemos ni siquiera si existe, pero nosotros también tenemos que decir que el FA no es indiferente ante la conducta de algunos militares. El FA supo distinguir entre los militares que en los años 60 apoyaban a Pacheco y los militares como el general Seregni y el general Licandro, que se enfrentaron a Pacheco. Yo me pregunto: ¿las Fuerzas Armadas están todas alineadas con Gavazzo, con Silveira, con Cordero? ¿Son intocables estos sectores? ¿Qué señal les hacemos a los oficiales uruguayos que creen en la Constitución y en la ley, a los oficiales uruguayos que están dispuestos a respetar a un presidente de la República como va a ser Tabaré, apoyado por el voto democrático de los uruguayos?”

(Fin de la grabación)

EC - Así hablaba Hugo Cores durante el Congreso del FA el domingo en el Palacio Peñarol, defendiendo la necesidad de derogar la ley de caducidad en un gobierno encabezado por Vázquez.

JI - Inmediatamente subió al estrado el senador Eleuterio Fernández Huidobro, que fue el encargado de argumentar en contra de esta propuesta. El representante del MPP comenzó esa defensa recordando los compromisos asumidos por el FA en el plebiscito de 1989 sobre la ley de caducidad.

“Esta fuerza política que hoy levanta su palabra rumbo a 2005, rumbo a la campaña electoral y a un gobierno, estos documentos que estamos aprobando en este Congreso no pueden dar el mensaje al país de que cuando tenemos mayorías parlamentarias circunstanciales dejamos de respetar los compromisos”, decía Fernández Huidobro.

(Grabación: )

“Cuando se votó esta ley en diciembre de 1986 salimos casi de inmediato a juntar firmas durante lo que quedaba de diciembre, el 87 y el 88; ratificamos aquellas firmas eludiendo la última valla tramposa que nos puso aquella Corte Electoral, y luego salimos a convocar votos rumbo al 16 de abril. Recorrimos el país de punta a punta, casa por casa, utilizamos todos los medios de prensa y fuimos muy severamente interpelados por los adversarios en torno a si íbamos a acatar el resultado, mientras ellos sostenían aquella pregunta amenazante del ‘¿Después qué?’. Y nosotros dijimos que íbamos a acatar el resultado popular, el veredicto popular, nos gustara o no nos gustara, y les pedíamos a los adversarios que hicieran una declaración parecida.

Perdimos, compañeros. Y en aquella amarga madrugada de la derrota del 16 de abril declaramos nuevamente ante la prensa que nuestra palabra estaba empeñada en el acatamiento y el cumplimiento de lo que el pueblo había decidido.

Después hay argumentos jurídicos en los que no me voy a meter, bibliotecas en torno a los asideros y a las consecuencias de las derogaciones o de las anulaciones (…).

También tenemos argumentos políticos, compañeros: le entregaríamos en bandeja –hoy ya lo vimos en los medios de prensa– a la derecha, mañana mismo, este argumento para colocarlo como tema central de la campaña electoral, desenfocando la campaña electoral de los problemas de nuestro pueblo y desde allí al día de las elecciones vamos a tener que estar discutiendo todos los días la crisis institucional en la que este partido puede colocar al país, aunque no sea verdad, con la derogación de la ley de impunidad.

Este es el congreso de la victoria, compañeros, y a todo se puede renunciar menos a la victoria, compañeros, y no les haríamos ningún favor a nuestro pueblo y a nuestros niños y a los que pasan hambre hoy arriesgando con una torpeza política como la que se nos propone la victoria que está allí, hoy, al alcance de la mano. Gracias compañeros.”

(Fin de la grabación.)

EC - Finalmente la moción que promovía la derogación de la ley de caducidad en un gobierno frenteamplista no prosperó; de todos modos la votación fue más pareja de lo que muchos pensaban, tuvo 569 votos a favor y 746 en contra. Sí se votó, en cambio, la moción original que provenía de la comisión, una moción que a propósito de la ley de caducidad dice, entre otras cosas, que “el gobierno progresista reafirma la posición clara de que las normas de tratados internacionales sobre derechos humanos tienen igual valor que las leyes nacionales, y al respecto se promoverá la adecuación de la legislación interna a los tratados internacionales ratificados por el país”.

Cito estas dos frases de la moción votada porque, por ejemplo el profesor Hugo Cores, dirigente del PVP, dirigentes del PIT-CNT, de su Comisión de Derechos Humanos, y representantes de desaparecidos, entienden que con esa frase se está diciendo lo mismo que en la votación se rechazó. O sea, que a partir de esas frases, el gobierno del FA se vería obligado de todos modos a derogar la ley de caducidad.

La discusión se ha reabierto entonces.

Profesor Cores, ¿por qué sostiene usted que de todos modos un gobierno del Frente estaría obligado a derogar la ley?

HUGO CORES:
Para empezar porque nosotros creemos que existe en Uruguay un extendido sentimiento contra la impunidad y contra la ley que la regula, que ha habilitado la existencia de esa impunidad.

En la comisión en la que yo trabajé, que fue la que preparó la moción que finalmente fue sometida a la sesión plenaria del IV Congreso, a los pocos minutos de haberse iniciado el debate –una comisión en la que participaron alrededor de 130 compañeros– una vieja militante del Partido Socialista propuso eliminar de las resoluciones unos cuatro párrafos de valoración positiva, muy positiva, de la labor hecha por la Comisión para la Paz. Esta propuesta de la militante socialista del interior hubiera recibido el apoyo, quizás, de la mayoría, pero intervino un diputado de la Vertiente Artiguista que propuso que en lugar de eliminar todas las referencias a la Comisión para la Paz, se eliminaran sólo las elogiosas, las que establecían una valoración positiva de lo actuado.

Ahí ya tuve la visión, la percepción, de que esto estaba muy extendido –incluso en los sectores que se han proclamado partidarios de no incursionar en este tema–, de que hay un sentimiento extendido y arraigado que refleja –los congresos del Frente expresan muchas veces los comités de base, el sentir de los militantes de base de los partidos que están representados en el Parlamento y en el gobierno del Frente– el rechazo a esta ley.

Creo que es lógico: punto final, obediencia debida, decretos de perdón hubo en Argentina, en Chile, en toda la región; sin embargo la presión de los pueblos y el desarrollo de un pensamiento internacional humanitario que tiende a sancionar los crímenes de guerra, la instalación del Tribunal Penal en Roma, los acuerdos que lo habilitaron, la legislación que obliga a los países a adecuar sus normas internas a esos avances que existen de carácter libertario y humanitario en el derecho internacional, son un factor que obliga –de la misma manera que la economía obliga a modernizarse y hay panegiristas de todos los pelos; y constantemente se nos habla de que hay que adecuar tecnológicamente el país– a adecuar el reloj de las normas que regulan la vigencia de los derechos de la persona y las libertades políticas a lo que en el mundo está ocurriendo.

EC - Claro, pero el tema era si esto se resolvía expresamente en el Congreso del FA; y expresamente se rechazó la posibilidad de derogar la ley de caducidad en un gobierno encabezado por Vázquez.

HC - A nosotros no nos parece que el Congreso estuviera a punto de cometer ninguna torpeza política, como se ha argumentado. No nos parece que se trate de eso. Si el hecho está en la sociedad, si la insatisfacción frente a la ley de caducidad está en la sociedad, la nombremos o no, la problemática de esa ley nos golpea la puerta.

Obsérvese lo siguiente: se dice, se argumenta, como una argumentación “política”, de “sabiduría política” –entre otra serie de comillas–, que no hay que mentar la cuerda en la casa del ahorcado, como si no existieran los familiares que todos los 20 de mayo salen y la gente que está solidaria con ellos, como si no existieran los jueces, como si no existieran Cavalli, Alejandro Recarey.

EC - Pero Fernández Huidobro insistía en que si éste es uno de los temas del programa del FA, la fuerza política y sus candidatos se van a ver expuestos a lo largo de todo el año que viene a la interpelación de los rivales en la campaña electoral, a la interpelación periodística, a propósito de qué se va a hacer, si se va a derogar la ley y qué consecuencias tendrá desde el punto de vista de la inestabilidad institucional, como diciendo que eso podría llevar a poner en riesgo el triunfo del FA.

HC - Creo que eso no es así. El FA no está en condiciones de dirigir la agenda nacional, no está en condiciones de dirigir lo que los medios de comunicación priorizan; los medios de comunicación en su conjunto, para bien o para mal –creo que hoy para mal–, son los que fijan la agenda; excepcionalmente es un magistrado, una fuerza política, excepcionalmente el Frente, y abierta la agenda hay que opinar. Tanto hay que opinar ante estos hechos que media hora después de que Eleuterio Fernández Huidobro hizo esa argumentación en nombre de la sabiduría política y de que no hay que mentar la cuerda en la casa del ahorcado, el Congreso votó por unanimidad una moción presentada por el PVP donde se historian a lo largo de tres páginas los episodios recientes con relación a los destinos de los restos de Elena Quinteros, la presumible existencia de un cementerio clandestino en un terreno fiscal uruguayo, los obstáculos que al ejercicio del Poder Judicial ejerció el Poder Ejecutivo con intromisiones groseras. Fueron groseras cuando Cavalli procesó a Juan Carlos Blanco, de todo tipo, hasta un editorial del diario El País que ocupó casi una página donde se lo trataba de “caballo”; agresiones de todo tipo acerca de la trayectoria de un magistrado. ¿Cómo? ¿Cuándo un poder político, el presidente de la República puede presionar a un magistrado que tiene que resolver sobre una cuestión de la manera en que se hizo? ¿Hay seguridad política en un país donde desde el poder político hace una intromisión tan flagrante en el ámbito natural establecido por la Constitución? Constitución cuya separación de poderes está protegida por las normas, las costumbres y las ideas de los uruguayos, según engolamos la voz para decir.

Media hora después de que se invocara la sensatez política para no referirnos a este tema, para no decir una cosa obvia, porque si el FA se negara a votar esta moción… Detengámonos; desde hace un rato estoy tentado de explicarle a usted que esta moción, la que fue aprobada, fue redactada por nosotros, o sea esta moción de actualizar las normas internas de acuerdo a los avances del derecho internacional, fue redactada por nosotros, la expusimos nosotros. ¿Cuál fue la moción presentada por el diputado Bayardi y el senador Huidobro? Fue eliminar un párrafo que nosotros habíamos escrito, que mencionaba expresamente la ley de caducidad. Donde decía: “Se promoverá la adecuación de la legislación interna a los tratados internacionales ratificados por el país”, nosotros agregábamos: “anulando las normas que la contradigan, sobre las cuales existen fundados cuestionamientos en los organismos internacionales de derechos humanos”. La moción que finalmente resultó triunfante es ésta, menos esa frase que acabo de leer. ¿Por qué? Porque cuando se puso a votación la moción Huidobro-Bayardi, tampoco tenía los dos tercios de los votos; entonces para habilitar que surgiera alguna, nosotros también votamos, por eso salió prácticamente por unanimidad.

EC - La que quedó dice: “El gobierno progresista reafirma la posición clara de que las normas de tratados internacionales sobre derechos humanos tienen igual valor que las leyes nacionales. Al respecto se promoverá la adecuación de la legislación interna a los tratados internacionales ratificados por el país”. Así quedó; y usted dice que esto, así como está, implica que va a existir la obligación de derogar. ¿Por qué?

HC - Yo no soy experto en esto, como Eleuterio Fernández Huidobro, tampoco soy experto en cuestiones constitucionales; se lo oí al doctor Héctor Gros Espiell, se lo oí a alguien que me enseña mucho en este terreno que es Raúl Olivera, el compañero que está en la Comisión de Derechos Humanos del PIT-CNT. La normativa internacional, incluso regulada por el Tratado de Viena… ¿A qué viene esto del Tratado de Viena? Viene porque todos los países del mundo, exigidos por una especie de conciencia universal humanitaria y contraria a la impunidad, están procesando su adhesión a los tratados que garantizan la no existencia de delitos permanentes, como por ejemplo no se puede desaparecer a alguien y después muerto el perro se acabó la rabia y a eso hay que agregarle el olvido. Esa situación es rechazada porque el mundo ya atravesó estas cuestiones, primero en la Segunda Guerra Mundial y después en otras guerras recientes, y se está instalando en Europa un tribunal donde se aspira a sentar a los criminales y a los genocidas. La adecuación a esas normas implica la dilución de las anteriores.

EC - Por más que éstas hayan sido ratificadas en un referéndum, por más que hayan sido sometidas a la votación de la población y ésta las haya convalidado.

HC - Exactamente. Un hombre que sabe mucho de todo esto, el doctor Alejandro Artucio –actual presidente de la Comisión de Derechos Humanos de nuestro FA–, ha sostenido que no existe una ley con más fuerza que otra, las leyes son todas iguales, con o sin plebiscito, cosa que en materia de derecho tiene una racionalidad bastante lógica. No ha habido ningún debate doctrinario –en esto funcionan la doctrina y el debate al más alto nivel– y ninguna otra autoridad en derecho lo ha discutido.

EC - Fernández Huidobro –usted escuchó– argumentaba: “Nosotros nos habíamos comprometido a respetar el resultado del referéndum, que fuera cual fuera lo respetaríamos”. Y aquí se estaría promoviendo la derogación de una ley que la gente quiso que quedara. ¿Por qué? ¿Porque cambió el tiempo, porque es otro momento? ¿De eso está hablando usted?

HC - Las normas no son para tejer en torno a ellas elogios verbales, son para cumplirlas. La Ley de Caducidad no se cumplió, en primer lugar no la cumplió Sanguinetti que no aplicó su Artículo 4º; segundo, las normas, que no son para prosternarse frente a ellas sino que son formas que procuran regular la vida cambiante de las sociedades, también se actualizan y se derogan, como se derogan las constituciones. ¿Cuántos cambios constitucionales tuvimos entre la Ley de Caducidad y hoy? Con plebiscitos, por supuesto, con nuevas consultas populares. En tercer lugar, ¿fue tan libre como se dice la elección de 1989? Cuando se terminaba la campaña publicitaria del voto verde, cuyo último spot publicitario era un testimonio lacónico, sereno, de Sara, donde decía: “Busco a mi hijo. Ayúdeme a encontrarlo”, hubo tal presión sobre los medios que finalmente ese mensaje no se pudo difundir. Sara Méndez había sido hostigada, primero le robaron el hijo, después la tuvieron presa años, cuando salió la hostigaron todos los gobiernos, el de Sanguinetti, el de Lacalle, el de Sanguinetti de nuevo y el de Batlle. Todos hostigaron la búsqueda que hacía de su hijo.

Entonces no es cierto que todos recorrimos y aquello fue una especie de club de filósofos donde unos hablábamos del voto verde y otros del voto amarillo en igualdad de condiciones. No. Incluso se anunció –revisemos la prensa de la época– que provocaría malestar militar el hecho de que aquella ley fuera anulada por la voluntad popular.

Yo me pregunto si en el año 89 no existían zonas de la ciudadanía que se sentían presionadas por la amenaza militar de interferir en el curso de las instituciones. Entre 1989 y hoy han nacido muchos miles y miles de uruguayos que tienen derecho a opinar sobre todo eso; si tienen derecho para todo, si tienen todas las obligaciones que emanan del orden establecido, ¿por qué no pueden opinar sobre la Ley de Caducidad?

EC - Usted insiste en que lo que se votó en el Congreso del FA igual, en principio, obliga a derogar la norma porque es incompatible con los tratados internacionales sobre derechos humanos que nuestro país ha suscrito. ¿En qué sentido es incompatible? Un par de ejemplos de lo que habría que derogar de la Ley de Caducidad. ¿Qué habría que eliminar?

HC - Habría que eliminar todo lo que establece la caducidad de la acción estatal sobre los crímenes que los tratados establecen como imprescriptibles por su naturaleza. No son todos los crímenes.

EC - ¿Usted dice que a partir de esa derogación pasarían a ser juzgables y condenables todos los autores de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura?

HC - No todas las violaciones; hay violaciones que han prescripto; torturas, malos tratos son delitos gravísimos… Entre otras cosas, permítame que haga otro argumento, en este año 2003 han aparecido por lo menos dos textos y en los años anteriores habían aparecido dos o tres más; me refiero a libros, por primera vez en 18 años tenemos un libro que nos cuenta qué pasaba en el Penal de Libertad, un libro que se llama “Vivir en Libertad”, que agotó tres ediciones, y “Las crónicas de una derrota”, de José Jorge Martínez, donde hay una crónica terrible de cómo fue sometido a tortura este periodista y luchador. Por primera vez los uruguayos, los jóvenes uruguayos conocen testimonios de cómo vivió gente 12 años en el Penal de Libertad.

No estamos planteando que se reabra el gigantesco diccionario de delitos y atropellos que se hicieron contra aquellos miles de presos que tuvieron que desfilar por ahí, que dejaron una parte grande de su juventud en esas mazmorras. No pedimos que a los verdugos, al psicólogo que los mortificaba, a los médicos que veían morir a su lado a los presos de enfermedades curables y no los mandaban al Hospital Militar, no pedimos que se reabran esas situaciones; la vigencia de los tratados internacionales remite a la situación de desaparición forzada de personas y crímenes.

Me parece que acabo de cometer un error: no sé si el caso de los que murieron no tendría que ser revisto; no soy experto, siento en el corazón que no se podría permitir lo que pasó con el diputado Gerardo Cuesta, que murió abandonado, sin asistencia médica en el Hospital Militar, y otras situaciones de ese tipo. Pero nosotros nos estamos refiriendo básicamente a los delitos de desaparición forzada de personas; un día la Policía o el ejército se lo llevó, nadie más supo acerca de él y finalmente se pretende que nos conformemos con una información trasmitida en forma oral, anónima, secreta, sin ningún respaldo material, que dice que fueron enterrados, después desenterrados, después quemados y después arrojados al mar. Eso nos parece una falta… si un gobierno progresista conviviera con esos parámetros de información sobre seres humanos desaparecidos no sería un fortalecimiento de la dignidad de este pueblo, que se merece otro tratamiento acerca del destino de sus propios hijos.

EC - Cuando se redactó en comisión esta moción, ¿todos los que la redactaron sabían o eran conscientes de esta interpretación que implica la obligación de derogar la ley de caducidad?

HC - Por supuesto.

EC - ¿Entonces? ¿Usted dice que existe implícitamente ese compromiso y no se lo está reconociendo? Porque explícitamente se rechazó esa posibilidad en el Congreso.

HC - Usted vio que yo hice todo lo posible para que esa situación adquiriera la mayor transparencia y sinceridad posibles, en la comisión, en el plenario del Congreso y aquí dialogando con usted. ¿Qué podría decir, qué orador, senador, diputado, edil o integrante de un comité de base, por más prestigio que tenga, quién se podría subir a una tribuna en este país para decir que Uruguay, ése que todos los días los propios dirigentes frenteamplistas dicen que hay que modernizar, que hay que integrar a un mundo que cambia, que hay que hacer que el mundo nos mire como un país civilizado, quién se subiría a una tribuna a decir: señores, nosotros que en el año 89 no votamos una ley de caducidad no la podemos mover, es inamovible, se nos diga lo que se nos diga, que entonces no lo sabíamos, no lo podemos hacer? Vamos a rechazar los tratados internacionales –implicaría eso–, nos vamos a exponer al público señalamiento como país y como ordenamiento jurídico porque no aceptamos los tratados internacionales, vamos a romper el Tratado de Viena, el Tratado de Ginebra, el Pacto de Costa Rica. Me gustaría saber qué sentiría Enrique Iglesias o Gros Espiell o los diplomáticos uruguayos que andan procurando mejorar el destino del país en el mundo si el FA adoptara la idea de no aceptar ningún compromiso internacional porque algunos señores militares –ni siquiera las Fuerzas Armadas– no están dispuestos a comparecer ante un magistrado civil y someterse a sus preguntas.

EC - Usted es dirigente de un partido minoritario dentro del Frente…

HC - Por ahora.

EC - Pese a eso, en la campaña electoral, usted y otros dirigentes de ese mismo sector, ¿van a bregar por esto, van a poner esto permanentemente en el tapete, con las incomodidades que implica desde el punto de vista del debate para el FA?

HC - Sí; no será el único tema, porque nosotros suscribimos buena parte de los documentos aprobados por el Congreso que comportan un programa nacional muy completo que incluye reactivación, preocupación por la pérdida de empleos, mejora del salario, reactivación productiva. Todas esas serán también temáticas de nuestro discurso, según se vayan presentando. Cuando haya que discutir y pronunciarse sobre la reactivación y país productivo como PVP también tenemos una opinión. País productivo y redistribución, mejora salarial; país productivo y creación de empleo; nos interesa el lado obrero, el lado laboral, el lado social –creo que al FA en su conjunto–; vamos a poner mucho el énfasis en ese aspecto, y en otras materias también.

29/10/03 Las confusiones
y los errores del compañero Astori
Material extraído del respaldo PC de HC. rodelu.net .

Hugo Cores - rodelu.net 29 de Octubre de 2003
Las confusiones
y los errores del compañero Astori
Hugo Cores *
A diferencia de lo que suele ocurrir cuando acomete temas de su ciencia económica, en esta oportunidad el compañero Danilo Astori no está brindando un mensaje claro a la ciudadanía. Sostiene que por el bien del país votará con blancos y colorados. Un error similar cometió en 1996, cuando apoyó la reforma de la Constitución que impuso el balotaje y creó las condiciones de un nuevo gobierno neoliberal, el de Batlle y Bensión.
Un buen tramo del razonamiento de Astori a favor del mantenimiento de la Ley de Ancap no responde a una línea de reflexión coherente con otras consideraciones suyas con relación a la misma norma.

Cuando la misma se debatió en el Senado, los senadores elegidos por el lema Frente Amplio-Encuentro Progresista la votaron negativamente. Negativamente en general y negativamente artículo por artículo. La mayoría de los compañeros culminaba así una oposición que habían expresado en el curso del debate, confrontando sus opiniones con las de los blancos y colorados que defendían la ley.

El compañero Astori, cuando como senador votó contra la Ley, en diciembre de 2001, lo hizo en función de la "disciplina partidaria". Dado que el Frente Amplio consideraba mala para el país la ley, la votaba en contra. Acompañando esa decisión, el senador de Asamblea Uruguay se sumaba al rechazo.

Primera confusión, si la "disciplina partidaria" era buena y valedera en 2001 ¿por qué ha perdido eficacia y legitimidad en el 2003? Si no se nos explicita, hay en esto una pérdida de sentido.

El otro aspecto donde el discurso del compañero se vuelve discontinuo remite a la valoración de la ley. Cuando el proyecto se aprobó en el Senado, Danilo Astori formuló un encendido elogio a la norma. Pero no lo hizo examinando cómo ésta contribuía a mejorar la gestión de Ancap y cómo beneficiaría al país. El discurso final puso el acento en otra cosa, que no era exactamente la materia de la ley.

Astori resaltó la importancia del acuerdo político que había hecho posible la norma. Elogió la búsqueda de consensos, la trabajosa construcción de un pensamiento común entre blancos, colorados y frenteamplistas.

El gran mérito de la ley, según el discurso de Astori de diciembre de 2001, era que se constituía en una muestra de la capacidad de constituir espacios de concordia nacional por encima de los partidos. La ley era un ejemplo de todas las buenaventuras que le esperaban al país si blancos, colorados y frentistas se ponían de acuerdo.

La Ley 17448, más que por las normas que aportaba, valía como símbolo, como expresión de una estrategia en "beneficio" de la cual se disolvían todas las diferencias partidarias y se iniciaba el ciclo de la armonía nacional. Desaparecían las ideologías y los antecedentes. Había llegado por fin la hora de los hombres de buena voluntad. Bien cuidado, el arrullo de la concordancia nos seguiría meciendo mucho tiempo, más allá incluso de las elecciones de 2004.

Ahora bien, ¿tiene sentido hoy seguir hablando de la ley como expresión de un nuevo tiempo de consensos políticos?

¿Qué hacer con el hecho, bien palpable por cierto, de que las organizaciones sociales y el Frente Amplio recogieron 700 mil firmas porque están en contra de la ley? ¿Se lo puede ignorar?

La ley no es prenda de concordia entre los partidos, sino de discordia.

Pero, ¿de discordia de quién? De una discordia sustentada por su propio partido, el Frente Amplio. Un partido que asume hoy la misma actitud que tuvo Astori cuando votó contra la ley en el Senado.

Lo de la concordia universal no sé si es una estrategia o ya tiene el espesor de una ideología. Lo que sí sé es que en los últimos años hay muchos políticos que la invocan. Y dicha por televisión queda bárbara. Dan ganas hasta de creer en ella. Eso sí, no ha habido un solo acto de gobierno importante que sea fruto de "los consensos" a los que tantos elogios sinfónicos se le brindan. Ni uno solo.

De ahí la importancia de la campaña que contra viento y marea lleva adelante el Frente. De la afirmación de su identidad clara y distinta. De su tesitura firme y neta de oposición. De su confianza en un programa opuesto al del gobierno, que responde a otras ideas y a otros intereses. De su reafirmación como opción de izquierda en la lucha democrática.

* Dirigente del PVP - Editorial de LA REPÚBLICA de Uruguay - 25 de Octubre de 2003

15/10/03 Matrices y trayectorias ideológicas de los partidos políticos uruguayos
Frente Amplio- 1959-1971
Ponencia en el Instituto de Ciencia Política.



Instituto de Ciencia Política
Matrices y trayectorias ideológicas de los partidos políticos uruguayos
Frente Amplio- 1959-1971
Hugo Cores 15-10-03

Es acertado fijar como punto de referencia el año 1959, tanto por sus connotaciones internacionales –triunfo de la revolución cubana- como por su significado en la historia nacional: primer gobierno blanco después de 94 años de gobiernos colorados y después de la derrota del modelo neobatllista.
Han pasado más de 40 años de aquellos episodios. En estos días la lectura de algunas cartas enviadas a sección "Ecos" del diario El País nos muestran hasta qué punto algunos temas nacionales de la historia reciente siguen conteniendo un cierto grado, en este caso un pequeño margen, de controversia. El día 7 de agosto pasado el contador Juan Eduardo Azzini, Ministro de Hacienda (Economía) del aquel primer gobierno blanco, cuestionó las afirmaciones contenidas en un texto histórico de Benjamín Nahum, la "Breve Historia del Uruguay", editado en 1999.

En su respuesta Nahum reafirmó y amplió sus afirmaciones a mi entender de manera convincente. No deseo entrar en la materia de esta discusión sino en sus aspectos, digamos, operativos y más generales. El punto de vista de Nahum está respaldado a) por documentos de la época que él mismo publica o ha publicado o a los que remite contenidos en otras obras, b) por la referencia a los trabajos de otros historiadores.

Con independencia del pensamiento teórico que los anima, en relación con los hechos, los historiadores "se controlan unos a otros". Cuando, en cambio, los aportes referidos a los acontecimientos de hace 30 o 40 años provienen del testimonio actual de los protagonistas, la construcción del relato histórico se hace más complicada.

La respuesta de Benjamín Nahum contiene otro elemento ilustrativo: criticando la aceptación en 1960 de las imposiciones del FMI, agrega, (creo que) esa línea no ha sido la mejor para el país, "visto los frutos que Uruguay ha recogido en los 40 años de coincidencia con el Fondo Monetario". Creo que ordena el concepto del historiador que habla de un ciclo largo bajo el FMI, 40 años de historia, permite abordar el acontecer reciente del país desde un eje central: las relaciones de dependencia, la subordinación internacional del país. Bajo las directivas del FMI, con colegiados o con Presidencia unipersonal, con gobiernos blancos y colorados, con guerrilla y sin ella, con dictadura o con democracia. Toda una vida. Contra eso se ha venido luchado y es de eso de lo que hay que salir.

Procuraremos observar esos años desde el punto de vista de la consideración de los grupos sociales que actuaron con eficacia en el plano económico, político e ideológico. Un análisis, digamos, en términos históricos y de clase. Existen varias obras que aportan reflexiones valiosas para una interpretación de los años 60: Carlos Real de Azúa, en un texto de 1971 que no se ha vuelto a reeditar, Rosa Alonso y Carlos Demassi, Nahum, Frega, Trochón y Maronna, para las visiones más generales; Álvaro Rico para la cuestión del Estado y las ideologías políticas; Selva López Chirico y Gabriel Ramírez para el proceso en las Fuerzas Armadas; el Instituto de Economía, Jorge Notaro, Alberto Couriel, Samuel Lichtensztejn, Henry Fynch, Walter Cancela y Alicia Melgar, para la evolución económica; Alfredo Errandonea, Gerónimo de Sierra y Héctor Rodríguez para la evolución social y del sindicalismo.

Aunque no se han desarrollado demasiado, es posible discernir debates interesantes acerca de hechos y proyectos políticos surgidos en el período que nos toca abordar: la crisis del Estado paternalista, del neobatllismo, de cierto nacionalismo económico y del proteccionismo industrial y agrícola y de la política de búsqueda de acuerdos para resolver la cuestión del salario, las condiciones de trabajo y la seguridad social. También son interesantes las analogías y proximidades cronológicas con la crisis y derrumbe de otros modelos de ese tipo en la región como el modelo de Getulio Vargas o el peronismo. Y la vinculación de estos derrumbes con una nueva vuelta de tuerca de la presión norteamericana en la región

Contra el Estado neobatllista se aliaron fracciones políticas representativas de los sectores ganaderos, del movimiento ruralista y del capital financiero. La derrota del gobierno de Luis Batlle en 1958, el ascenso del Partido Nacional y la Liga Federal se plasmó en la reforma cambiaria y monetaria y en una conducción económica que tendió a la desprotección de la industria, y al acatamiento de las recomendaciones del FMI. En el período que se abrió, creció la inflación, la desocupación y el endeudamiento y todo transcurrió, significativamente, sin demasiada resistencia por parte de los empresarios industriales.

La clase obrera se había triplicado desde los años 30 y junto con el transporte y la construcción sumaban más de 200 mil trabajadores. Este es un aspecto esencial de la sociología que aquellas confrontaciones. La nueva política económica rebajará los salarios y empeorará las condiciones de vida de esa porción del pueblo trabajador que había conocido por experiencia propia salarios mejores, mejores condiciones de vida y un más amplio acceso a la educación y a la cultura. En los cuarenta años que siguieren, salvo en algún pequeño período preelectoral, la tendencia fue a perder, a empeorar, a ser despojado de lo que se tuvo, legítimamente.

La respuesta de los sindicatos fue enérgica e inteligente, su unificación es una dato clave que no puede ser subestimado. A diferencia del sindicalismo en las demás naciones de Latinoamérica, el movimiento obrero uruguayo se unió por encima de las tendencias.
El informe de la CIDE, en 1963 fue impulsado durante el segundo gobierno blanco. Los datos recogidos dieron una visión sin maquillajes de la situación del país y el Plan propuesto evidenció la toma de conciencia de la gravedad del estancamiento por parte de algunos sectores lúcidos de las elites dirigentes.
Enrique Iglesias, Wilson Ferreira en el Ministerio y un sinnúmero de buenas cabezas, incluyendo a muchos de izquierda, trazaron los lineamientos del Plan de Desarrollo. Se anotó la existencia de "problemas estructurales", en la industria y sobre todo en el agro, referidos a la tenencia de la tierra. Las leyes de reforma agraria propuestas por Wilson Ferreira se enterraron en el Senado. El plan de desarrollo de la CIDE fracasó. Y esa derrota, que fue también el primer gran fracaso de Wilson, las clases dirigentes no se lo pueden endilgar a nadie sino a su propia miopía, a su codicia insaciable y su falta de patriotismo.

Concentración de la riqueza y del capital bancario, endeudamiento externo y fuga de capitales, inflación, rebaja del salario real. Imposibilidad de los gobiernos de revertir la situación de estancamiento. Frente a esa realidad, unidad sindical, movilización obrera y represión estatal. Este cuadro constituirá el telón de fondo de todo el período. Los años sesenta, en Uruguay, son ante todo esa secuencia. Las MPS se impusieron bajo los gobiernos colegiados del Partido Nacional en 1959, 1961, 1963 y 1965. Bajo los gobiernos colorados y presidencialistas: 1967, 1968, 1969, 1970 y 1971. La evolución de la economía acentuaba el malestar popular. La expresión de las demandas gremiales alteraba las reglas de juego de la institucionalidad democrática. La crisis económica hacía vulnerable a la democracia. El "enemigo" del orden era el sindicalismo.

En ese contexto se procesa el surgimiento de la CNT, el Congreso del Pueblo y la elaboración del programa alternativo en 1964, 1965 y 1966. Sin golpe militar como en Argentina y Brasil, en Uruguay para aplicar la remodelación conservadora, que baja el salario y disminuye el gasto social en salud y educación, se configura una democracia política con autoritarismo creciente. Es a partir de la agravación de ese cuadro y en esos contextos que se dan los orígenes de la respuesta armada.

El contexto latinoamericano, las demandas nacionales y sociales

Los procesos anteriores de cambio: las experiencias latinoamericanas desde Balmaceda en Chile a Prestes en Brasil, desde Flores Magón y la revolución mejicana a la experiencia del APRA y Víctor Raúl Haya de la Torre en Perú, desde Farabundo Martí y la insurrecciones salvadoreña en 1932 hasta la República Socialista de Chile de Marmaduke Glove , desde el 17 de octubre, con Perón y Evita, hasta del Bogotazo y el comienzo de la guerra civil en Colombia, desde la revolución boliviana de 1952 hasta la guatemalteca de 1944 a 1954, desde el golpe contra Perón y el suicidio de Vargas, todos esos procesos habían culminado con la derrota de los movimientos populares y antiimperialistas, tanto en sus demandas nacionales como sociales. Con la instalación de dictaduras o democracias subordinadas que perpetuaban las condiciones de atraso y dependencia.

La Revolución Cubana importa no por los fundamentos a que apelan las truculentas versiones conspirativas de la derecha (entrega de armas y dinero, entrenamiento militar para desarrollar la subversión en el Uruguay) sino porque instaló en América Latina dos elementos nuevos:
La victoria de una revolución nacional y democrática que se transforma en revolución social. La última revolución nacional y la primera revolución socialista.

Con ella, casi de inmediato, la contrarrevolución impulsada por los Estados Unidos será la línea ordenadora de toda la política exterior norteamericana hacia la región en los 40 años siguientes;
Las repercusiones de esta "acción preventiva" en nuestro país operaron reforzadas por el peso de los regímenes militares en Argentina y Brasil. Una de sus proyecciones mejor conocidas es su influencia directa en la constitución del pensamiento de las Fuerzas Armadas, elaborado en torno a la idea de la lucha "contra el enemigo interior".

A menudo se le reprocha al sindicalismo y a la izquierda haber incurrido en aquel período en una desvalorización de la democracia. No lo vemos así. En realidad desde 1968, gobernando por decreto y avasallando las potestades de los demás poderes del Estado, Pacheco actuó bajo un régimen de dictadura constitucional.

Cuando la crisis de las instituciones se agravó, la conducción conservadora de los partidos tradicionales y el gobierno adoptaron la inteligente actitud de convocar a "elecciones pese a quien pese". La decisión de las clases dirigentes de dirimir en el terreno electoral, con elecciones "libres" y gente presa, las contradicciones que habían aflorado con el movimiento sindical y con la contestación armada, tuvo un convidado de piedra, el Frente Amplio. Fueron unas elecciones con absoluto monopolio mediático, clima de intimidación y muchas denuncias de irregularidades y en la que la oposición fue dividida.

Convocando a elecciones, el gobierno colorado de Pacheco, bloqueó el camino que desde la contestación armada se intentaba transitar hacia la presentación de la insurgencia como una revolución con objetivos democráticos. En cierto sentido, se alteró la lógica rutinaria de las democracias latinoamericanas. No se dio un golpe neto y visible, pero se llamó a elecciones y se puso todo el aparato del Estado y su política económica para asegurar la victoria del continuismo: salario electoral, dólar electoral. Y esa victoria se logró.

La fundación del Frente Amplio como proyecto político global, capaz de ordenar -desde los intereses populares- una acción del Estado con sentido nacional, social y democrático fue un paso decisivo; una identidad político-partidaria unitaria, con un programa común. Se constituyó así el cauce principal de actuación para figuras y sectores políticos escindidos de los partidos tradicionales que, junto a los partidos históricos, PCU, PS y PDC se fusionan en la expresión política y simbólica de una propuesta alternativa.

La incorporación al FA de los sectores políticos más comprometidos con la causa popular dentro de los partidos tradicionales se sumó a la inclusión del PDC, lo que significó un aporte interesante, sobre todo en ese momento latinoamericano donde en Chile los democristianos aparecían como antagonistas de la unión de las izquierdas plasmada en la Unidad Popular.

En lo programático, definiendo su perfil como resueltamente antioligárquico y antiimperialista, el FA actuó, en esos primeros años de existencia, desarrollando una oposición frontal al modelo.

A la vez, aunque el FA no levantaba, como la UP de Allende, la bandera del socialismo, aparecía como transitando la variante uruguaya de la vía chilena, las elecciones como una alternativa a la violencia revolucionaria.

Las miradas históricas

Hay una historia elaborada desde las derechas que está contenida en los libros de la Junta de Comandantes y que, con algunos matices, repite la conducción de los partidos tradicionales. Hay, además, una bastante incompleta historia desde la izquierda. Y una bastante consistente historia académica.

En estos últimos años, en el campo de la edición, han tendido a prevalecer las visiones discontinuas, anecdóticas, literarias, en relatos y a los que a menudo se incorporan nuevos testimonios sin cotejar críticamente con los datos anteriores.

El debate se ha ido centrando en la pertinencia o no del surgimiento de la guerrilla. A menudo se aborda el tema desde un ángulo impresionístico, sin demasiada preocupación por el orden temporal de los acontecimientos, con un proclamado desdén por la teoría, construyendo el relato con la guía de cómo se inserta en el lenguaje político y en el discurso de hoy, con las reglas que comporta el lenguaje de la televisión.

Dado que, trasmutados al lenguaje mediático, todos los discursos se parecen, no termina de entenderse muy bien a que respondieron las tensiones y enfrentamientos del pasado ni, por lo mismo, la importancia de conocerlos e identificar sus raíces. La experiencia final del fresco "histórico" queda así sintetizada en algunas admoniciones fáciles y sencillas: se deben evitar los excesos y las radicalizaciones, tanto de derecha como de izquierda.

Otra línea de reflexión reciente, entre periodística y académica, tiende a proponer líneas interpretativas de la insurgencia desde un ángulo de condena, en tanto apuntan a explicar el desarrollo de la lucha armada en Uruguay a partir de la imitación del proceso cubano, como "producto del huracán revolucionario que soplaba desde Cuba" y como resultado de la decepción producida por resultados adversos en las elecciones de 1962. Estas visiones dejan sin responder la interrogante de por qué, a partir de 1968-70 se extendió a miles y decenas de miles la adhesión a la propuesta del MLN y cómo se explica la simpatía que suscitó en sectores de la Iglesia y la intelectualidad.

Los que simpatizan o reivindican la acción guerrillera no la defienden como expresión de una de las vías al socialismo, tópico por cierto muy discutido en los años 60 y 70, sino que la fundan en el hecho de haber interpretado la necesidad de defender al pueblo y enfrentar con las armas al golpismo que se preveía desde 1964.

Presentado como una guerra de aparatos, con aportes testimoniales de uno y otro lado, se construye un relato histórico en el que se desvanece la presencia de la sociedad y sus luchas, particularmente las del movimiento obrero, sin las cuales es incomprensible el período histórico de los años 60 y principios de los 70.

En los últimos años, a esto se suman las dificultades de elaboración de una historia escrita que remita a la experiencia de las luchas populares desde el ángulo y con el aporte de la memoria de los ciudadanos corrientes, de los obreros y obreras organizados, que de cuenta de su capacidad de resistencia y su creatividad.

A la vez, la producción historiográfica más modulada y cuidadosa, que nutre en gran medida al pensamiento universitario y educativo, se desempeña soportando un handicap pesado: no es desde las obras académicas que se elabora el discurso histórico para las masas, el que se ilustra con imágenes y se reproduce en la televisión sino el otro que, justamente, se va configurando y retocando para ese fin.

En estos últimos años ha surgido otra vertiente de elaboración de la memoria histórica que apunta a poner el énfasis en los hechos cotidianos, en los heroísmos de la vida común durante aquellos años de lucha por la democracia, la justicia y la libertad. En esos años y en los que siguieron en los que los trabajadores uruguayos protagonizaron tantos episodios dignos de orgullo y se transitaron por experiencias tan ricas en enseñanzas.

Pensando desde las perspectivas y los requerimientos de la izquierda hoy y del futuro próximo,
-donde además de votos se va a necesitar una ciudadanía activa- la descripción, el análisis y la reivindicación del papel jugado por los militantes de base y por la gente común; la historia y lo que importa para comprender esa historia, de los hombres y mujeres que forjaron los sindicatos y los comités de base, hicieron las huelgas, las colectas y las manifestaciones en los años sesenta y setenta, me parece una tarea ideológica y política de primer orden.

09/07/03 Pareceres y compromisos
La República.


Pareceres y compromisos
Hugo Cores
1- Pedir la palabra en estas páginas me impone la necesidad de trasmitir algunas opiniones sobre el diario acontecer que tienen su importancia. Comprometer opinión, por ejemplo, a favor de Mario Handler y su notable aporte al conocimiento de lo que está pasando en esta sociedad. Los rechazos oficialistas a la película "Aparte" dieron muestra de los altos índices de hipocresía que se han apoderado del hablar político actual. Algo nauseabundo que contamina todo el decir político y lo envuelve en esa atmósfera de farsa y cuento del tío con que lo percibe un número creciente de compatriotas. Y en eso marchamos todos.2- Comprometer también opinión a favor de las sentencias recientes del Tribunal de Conducta Política, ¡que nunca nos falte!. Y de reivindicación del contenido de los lineamientos éticos aprobados por el Frente en 1990, lineamientos acerca de los cuales no podría sustentarse una opinión (un documento "antiguo" se ha dicho) sin explicitar urbi et orbi en que sentido se lo quiere "modernizar". 3- El trigésimo aniversario del golpe coincidió con un incremento de los encuentros y reuniones donde se examinó el episodio y a partir de ahí se retomaron algunos debates interesantes. Asistí a varias de esas mesas redondas y creo que en general han sido provechosas, han permitido debatir en torno a las orientaciones que presidían la acción de la izquierda y el movimiento obrero. Que no resulta fácil reconocer los errores propios ha quedado expuesto una vez más.Los golpistas o para-golpistas civiles y militares reiteraron que lo volverían a hacer. Para la derecha, se trató de una conspiración a dos puntas entre la subversión armada y los mandos del Ejército; tampoco creen haberse equivocado.En la izquierda, algunos como el PVP o el MLN reconocen sus errores y carencias, otros se omiten como si entonces no hubieran desplegado su propia orientación y no faltan quienes consideran que entonces tenían, como ahora tienen, toda la razón.Creo que en este despertar han influido varios esfuerzos, entre otros los trabajos publicados por las mujeres de "memorias para armar" en sus distintas ediciones que aportaron nuevas miradas sobre la realidad de la dictadura. También la existencia de actuaciones judiciales (contra Blanco, contra Bordaberry) que muestran que los nervios de la indignación de nuestra sociedad no están paralizados y que la lucha contra la impunidad continúa, pese a que sobre el punto no todos venimos aportando con el mismo entusiasmo.4- Desde el ángulo que reflexiono, estos balances importan por su contribución al quehacer de hoy, a los desafíos inéditos que enfrenta la izquierda, en una sociedad a la que el capitalismo está destruyendo de manera acelerada. En estos días una información de la Intendencia M. de Montevideo da cuenta que hoy la comuna tiene registrado 6.386 carritos de hurgadores. Cada día se suman dos más. La mitad de las personas censadas tiene menos de 18 años. Se registraron 778 niños menores de 5 años. El 80% de las personan que realizan esta actividad no tienen otra ocupación y el 60% de ellas realizan la clasificación de los residuos en su propia casa. En la vida reciente del país ningún guarismo creció más rápido que los que cuantifican la miseria uruguaya. Entre 1984 y el 2002 la población de los asentamientos marginales se multiplicó por 14.De ese brutal fenómeno social (o anti social) no tenemos referencias. Es un martirio que ocurre sin que tomen estado público los nombres de los mártires. Un drama sin fecha, sin lugares. Un despido, después un desalojo. Todo silencioso, todo solapado, todo "bajo el imperio de la ley" en una sociedad democrática. Del barrio obrero al "cantegril", de la fábrica al carrito. "¡Y hay que mantener la boca cerrada!", cantaría la Falta. 5- Las tareas de elaboración de programas en el FA-EP siguen con constancia y dedicación. Algo del futuro de nuestra sociedad se está definiendo ahí, en ese programa. Vale más un paso del movimiento, decía un barbudo, que diez programas. Pero los programas importan y mucho. Permiten discutir desde ahora los caminos, las dificultades y prepararnos para vencerlas.En los próximos meses habrá instancias importantes en este terreno. Tendrá mucha importancia el peso de los trabajadores en los debates programáticos de la izquierda. El próximo gobierno no será un gobierno de los sindicatos, pero será el primero desde la época de José Batlle que no militará contra los sindicatos. Un gobierno que hará que se respete en el país el principio constitucional que garantiza los fueros sindicales y la negociación colectiva. Y que pondrá la cuestión de la recuperación salarial como uno de los primeros puntos de cualquier agenda nacional. Para los trabajadores será la hora de apoyar, exigir, criticar, en un escenario completamente nuevo para el que todos debemos ir preparando nuestras perezosas cabezas. * Hugo Cores es dirigente del PVP La República, Miércoles 9-7-03.


27/06/03 El advenimiento de los militares Material extraído del respaldo PC de HC. Brecha.

Uruguay 27 de Junio de 2003

Brecha de Uruguay - Junio de 2003
Protagonista:
El advenimiento de los militares

Hugo Cores *
Entre setiembre de 1971, cuando un decreto de Jorge Pacheco coloca la "lucha contra la subversión" en manos de la Junta de Comandantes, y el golpe de junio del 73 se desarrolla la última etapa de un proceso de desvirtuación de la democracia que por entonces Raúl Cariboni definía como de "dictadura constitucional". Así resume el período Hugo Cores* en la entrevista con BRECHA que se extracta a continuación.
Como suele ocurrir no faltaron los que veían aquel presente con conceptos viejos, y así algunos, desde la izquierda, saludaron ya en setiembre de 1971 el advenimiento de los militares a un nuevo rol. Unos meses después otros, desde un liberalismo político al que no le faltó luego pasión, aceptaron e hicieron posible una ley de seguridad del Estado que ponía en manos de los militares la investigación, la captura, el interrogatorio, la acusación, la defensa y la sentencia a los acusados por delitos políticos. Ah, y también el confinamiento de los condenados. Por esa vía miles de personas quedaron expuestas a un sistema arbitrario, vengativo e irracional.

Dictadura constitucional, democracia con tortura y "justicia" militar, y un Parlamento con mayorías dóciles a los requerimientos de los grupos de tareas. "Los militares no tienen nada de qué quejarse -diría después un senador colorado-, hemos puesto en sus manos todo lo que nos pidieron para el combate a la subversión."

EL MIEDO URUGUAYO. Desde una mirada histórica aquellos meses presentan esa condición ambigua, escurridiza. Los resultados más que exiguos de la actual Comisión para la Paz muestran otra arista de los cerrojos que bloquean aún hoy el conocimiento de la verdad.

A partir de abril de 1972 el miedo se fue extendiendo por el país. Un miedo sordo, que provocó silencios demasiado largos. Algunos duran hasta el presente. Por muchos años se instaló un experimento institucional novedoso: el terrorismo de Estado. Por esto laboraron no sólo los militares. La mayoría de los dirigentes colorados, buena parte de los blancos y también la mayoría de los empresarios agrupados en las cámaras que, así como lo habían hecho cuando Pacheco impuso las medidas de seguridad, formaron fila para saludar a los militares cuando el golpe de junio de 1973.

En el Parlamento la izquierda, con una representación que era la mitad de la actual, dio batallas ejemplares. Durante meses las intervenciones de Zelmar Michelini, Enrique Erro, Rodney Arismendi, Enrique Rodríguez, Juan Pablo Terra, Vivian Trías, para nombrar apenas a los más activos, fueron la única forma de dar a conocer denuncias sobre los graves atropellos a que se estaba sometiendo a una parte de la población.

El objetivo declarado de las acciones represivas eran las organizaciones subversivas, básicamente el MLN y la opr 33. De paso, toda la prensa que desafiara a lo que ya aparecía como un férreo control sobre los medios.

LA HORA DE LA VERDAD. El advenimiento de Bordaberry traía además otras "colas". Antes, en la campaña electoral del 71, el gobierno, que con Pacheco lo controlaba todo, había frenado el alza del dólar y concedido mejoras salariales por encima de lo demandado por la Convención Nacional de Trabajadores (CNT). Bordaberry terminó de manera tajante con aquello: hubo una devaluación gigante y los precios se dispararon. Todos los salarios fueron disminuidos en forma abrupta.

Por entonces en el país no había pleno empleo, pero alrededor del 25 por ciento de la población económicamente activa trabajaba en fábricas, en la construcción o el transporte y estaba organizada.

Una larga experiencia de lucha había fogueado un sindicalismo que pesaba en la vida del país y era un punto de referencia fundamental para los partidos, para la Universidad y para buena parte de la población, sobre todo la de los barrios fabriles.

LA RESISTENCIA OBRERA. El principal escollo social que tuvo el avance autoritario provino justamente del sindicalismo, sobre todo de sus sectores más combativos.

Si bien el MLN había definido expresamente su no compromiso con la actividad sindical ("lo que decide es el foco militar"), parte de los gremialistas participaba de la acción de los tupamaros. Cuando llegó el momento álgido de la represión, muchos sindicalistas vinculados al MLN fueron encarcelados y torturados. Otros, acusados de pertenecer a la opr 33 -que en cambio sí desarrollaba una acción sindical que se entendía concurrente con otras formas de lucha-, alentaron una acción desde lo sindical que resistió el avance militar.

Los "presos por luchar" generaron un duro debate dentro de la CNT que logró, sin embargo, mantener su unidad. En algunos sindicatos, las luchas y las ocupaciones por la libertad de los presos y contra la tortura fueron impresionantes, como lo atestigua una formidable crónica de Hugo Alfaro en Marcha del 7 de julio de 1972. Imposible no evocar, ligadas a estos episodios, algunas figuras de aquella resistencia obrera y popular: León Duarte y Gerardo Gatti, Héctor Rodríguez y Adrián Montañés.

"SIN TREGUAS NI TRANSACCIONES." Hasta el 27 de agosto, en que fui requerido por las Fuerzas Conjuntas, participé como dirigente de la roe (Resistencia Obrero Estudiantil) en innumerables asambleas: en PHUASA, en la planta de funsa en camino Corrales, en sedes de bancos públicos o privados, en sanatorios o fábricas de cerveza.

Unas decenas de miles de personas sintieron que el desenlace de aquella resistencia iba a marcar no sólo los destinos de aquellos primeros presos del Estado terrorista uruguayo por cuya libertad reclamaban, sino también de lo que aún sobrevivía de la institucionalidad democrática uruguaya. No se equivocaron.

Al principio pudo parecer que estaban aislados. En poco tiempo fue la resistencia más extendida de toda la izquierda. El 18 de julio, en un acto central del Frente Amplio, Liber Seregni dijo: "Ninguna fuerza popular ha podido enfrentar al fascismo disminuyendo el nivel de su lucha. (...) No hay treguas ni transacciones posibles con la oligarquía, el imperialismo y los métodos fascistas con que opera: o se los vence o nos derrotan".

De eso se trataba.



domingo, 27 de julio de 2003

Reportaje en CX 36 sobre el golpe de Estado

A 30 años del Golpe de Estado, dialogamos con los dirigentes del PVP (Partido por la Victoria del Pueblo) Pablo Anzalone, Hugo Cores y Raúl Olivera. “recuerdo una frase que dijo allí Duarte, la clase obrera no es furgón de cola de nadie, marcaba eso un momento donde habían expectativas de alguna manera yendo atrás de lo que pensaban algunos militares o decían se podía avanzar en un proceso”
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    Angeles: Vamos a hablar de la ROE de aquella época, empezar primero con una noticia, con un recuerdo...
    Anzalone: Queremos comunicarle a la audiencia el fallecimiento en la tarde de ayer de nuestro compañero Dagoberto Angre de León, militante de AEBU estaba en la comisión representativa del BHU compañero de muchos años de militancia que habría que remontarse a la década del 60 para situarse en la época en que Dagoberto "El Mono" Angle comenzó a militar en el plano sindical y político, fue militante de la ROE, de la OPR, participó en las actividades de creación del PVP, estuvo muchos años preso, posteriormente vivió en algunos años en España y cuando vivió se reintegro a su puesto de militancia política como de accionar sindical.En la tarde del martes se hallaba en una reunión en AEBU cuando sufrió un quebranto muy serio de salud, fue internado y en muy pocas horas, en la tarde de ayer falleció.Hoy a las 10 de la mañana de Ejido, de Martinelli sale el cortejo para su entierro.
    Angeles: Un saludo a todos los compañeros por esto, vamos a empezar con la mesa, como hemos hecho estos días, cómo ven todo lo que está diciendo acerca de los 30 años en los medios, qué opinión tienen...
    Cores: Creo que hay una parte de esta efervescencia histórica que es saludable, durante mucho tiempo quienes tenían elementos para hablar no lo hicieron, no avanzaron lo que se podría haber avanzado para brindarle a la gente uruguaya, a las nuevas generaciones, a la gente que se había terminado de educar durante el período de la dictadura una relación de hechos que permitiera tener una mayor consciencia de lo que significaron esos años.Tiene mucho que ver esto el taller de Género y Memoria, la publicación de los libros Memoria para Armar y que mostraban una arista de la vida cotidiana en la dictadura que también es historia y que muchas veces tiene más fuerza como relato histórico que las obras académicas que muchas veces funcionaron.Hay un acuerdo nacional de llevar el Acuerdo del Club Naval al pasado, después hacer un empate como que en uruguay no había habido desapariciones, penal de Libertad, 50.00 presos en el período previo e inmediato a la dictadura, todo eso empezó a aflorar y es importante.A menudo en reuniones en comités de base en estos días mucho de nosotros hemos participado, buenas discusiones y fermentales, a menudo la memoria particular de los protagonistas tiende a hacer desaparecer a los hechos, sustituir el valor insoslayable de los documentos, uno puede tener la impresión de que su partido hizo algo, hizo o no hizo algo, pero no puede referirse a las nuevas generaciones ocultando lo que en un momento hizo uno y después es manifiestamente un error.La memoria es débil y los papeles están ahí, en los archivos de los diarios, de las organizaciones sindicales, a veces en archivos personales de cronistas.El relato personal, la evocasión de un valor importante no sustituye a los hechos.
    Angeles: Lo decís como dirigente político y como profesor de historia.Pablo, vos que ves de todo esto....
    Anzalone: Atrás de esta discusión, de este interés de muchos sectores y de generaciones distintas hay una valoración que ha estado muy discutida en todo este período y es qué tanto el pasado en cuanto a la imposición de determinado proyecto de país en Uruguay tiene efectos en el presente, en alguna medida forma parte del presente en otros temas en cuanto a la continuidad, desde las figuras hasta las orientaciones de la derecha y en lo que ha sido una continuidad del movimiento popular uruguayo que no se fracturó, tuvo derrotas importantes pero no es distinto, hay una continuidad histórica y lo que pasó en ese período del 67, 68 hasta el 73 generó efectos muy profundos en la realidad de país que hoy están vigentes y en una alternativa de cambio la gente siente la importancia de que esas cosas hoy no se dejen en el cajón y formen parte de la reflexión y de los desafíos actuales.
    Olivera: Participé en algunos seminarios, sobre todo los realizados en la Intendencia y después en Facultades exponiendo y en otros como oyente, la audiencia de gente joven tiene mucho interés en conocer, se podría conformar un sitio web de los 30 años donde todo eso que se ha dicho en este período esté allí para que el que tenga interés en esto lo consulte, lo lea, no se agota con una discusión de un mes.Hay una frase que le atribuyen a Castelli, un revolucionario de la Revolución de Mayo de Argentina que dice que la historia habla a nuestras espaldas,Creo que la historia sigue hablando de nuestras espaldas y hay que ponerla de frente a nuevas generaciones.
    Angeles: La televisión los invitó a algunos de ustedes...
    Cores: Yo tuve un breve pasaje por TV Libre.
    Angeles: En los canales de aire..
    Cores: No.
    Angeles: Más bien han sido Lacalle y Sanguinetti los que han estado en esas...
    Chury: Pero esa es otra historia, medio la espalda.
    Angeles: Dónde les tocaba estar en aquella época...
    Cores: Yo en ese momento estaba en la clandestinidad, estaba en la militancia de la organización política y desde el 23 de agosto del 72 tuve que salir de las actividades que hacía normalmente, actividad política abierta y sindical.Me veía con Pablo, los dos ya estábamos en la dirección, el impacto emotivo tremendo de aquel silencio en las zonas fabriles y la verificación de que Montevideo bajo la apariencia de ciudad en orden era un hormigueo de gente que iba y venía de las fábricas ocupadas, tuve la impresión de que toda la gente miraba hacia ahí, los contactos a través de Coitiño con representantes de otros partidos, en aquella época y es uno de los errores que hemos dicho que cometimos, nosotros no pertenecíamos al Frente Amplio.Nos presentábamos como una opción revolucionaria, volcados a la acción directa, sindical, al sindicalismo revolucionario y una propuesta estratégica de cambio que no pasaba por la incorporación al FA.Eso nos llevaba al aislamiento, en aquel momento, sobre todo con Carlos que estaba en la legalidad, mantuvimos relaciones con los dirigentes del FA, se articuló una reunión de Duarte con Seregni que fue muy importante porque llevó duarte propuestas para lo que después sería la manifestación del 9 de julio.Estuve en una mesa redonda donde se decía porqué no se convirtió esa huelga en insurreccional, porque FUNSA fue uno de los lugares donde había mejores condiciones, un activo de cientos de compañeros convencidos y bien organizados, con relación en el barrio, Duarte conocía muy bien esa situación y propone no un insurrección porque era un dirigente atinado, revolucionario criterios, él propuso acampar en 18 de Julio.Hacer una especie de venida masiva de gente que estaba en la huelga e instalarse pacíficamente llamando la atención de la opinión pública e inclinarse hacia el lado del pueblo que resistía lo que estaba ocurriendo.La emoción después de aquella campaña feroz que ocurrió entre el miércoles 27 y el lunes inmediato al golpe que fue decisivo, hubo una campaña intensa en radio y televisión para que la gente fuera trabajar y la gente respondió acatando las decisiones sindicales y en ese momento el protagonismo pasó a las fábricas, al obrero, a la organización sindical y a los que desde afuera, desde la FEU, desde los barrios y los comité de base del FA, circulaba una carta de Seregni que llamaba a resistir bajo todas las formas posibles.Seregni muy adaptado a la gravedad de la situación que se vivía.
    Anzalone: Había ingresad unos meses antes a trabajar en la salud donde sigo, el golpe nos encontró ocupando y estando armando la huelga, participando en ese momento, a los pocos días, el 3 de julio nos detienen a mi hermano y a mí en la calle, en la Pilsen, vamos presos y recuerdo la anécdota porque nos llevamos en una camioneta que se quedó, la tuvimos que empujar en una noche oscura, fría, llovía, nosotros empujando la camioneta que nos llevaba presos, obviamente con guardias.Llegamos al Cilindro y escuchamos aplausos, nos dijimos estos están locos, nos trajeron a un partido, y claro, los compañeros que estaban presos cada vez que entrábamos nuevos presos aplaudían, pero visto de afuera podría ser un partido, era una imagen rara, siendo que habíamos estado detenidos en el 72 y todos sabíamos lo que era la represión, la tortura sistemática pero en alguna medida es ese aspecto duro del Cilindro y hubo otras características porque fue una represión masiva y más a la gente que estaba movilizándose en ese momento, tuvo esa confusión.
    Angeles: Los aplaudían porque por algo los llevaban para el Cilindro, porque resistían.Acá hemos nombrado algunas familias que han puesto mucho en todo esto, Anzalone es una familia que muchos han estado, desde el médico, una familia muy conocida en Lezica, una de las familias que ha puesto mucho en este proceso.Raúl...
    Olivera: Yo estaba en la dirección de la Unión Ferroviaria, de la Federación Ferroviaria, el 27 de junio cuando llego a mi lugar de trabajo a medio día, a Estación Central, en ese momento AFE estaba intervenida, Paulós era uno de los directores, y me suspenden por un sumario que había empezado tiempo atrás por declaraciones agraviantes contra las FF.AA. porque había criticado la bulla que hacían los militares cuando inauguraban algún nuevo servicio cuando habían clausurado AFE.Nos habían hecho un reportaje a Silverto Coulan y a mí y a raíz de que consideraban que lo expresado por nosotros era agraviante para las Fuerzas Armadas me suspendieron.Cuando abandono el lugar de trabajo enseguida había una reunión de dirección y se decreta la huelga.Quiero agregar algo importante, el gremio nuestro es un gremio grande, en ese momento alrededor de 12.000 ferroviarios, la huelga en la Federación Ferroviaria fue muy efectiva e importante, lo que significaba para la opinión pública el hecho de que los trenes pasaran tocando pito o no significaba lo mismo que si las fábricas estuvieran andando.Cómo nosotros resolvimos el tema de la huelga, estaba resuelto con anterioridad, era una discusión que no conozco que haya habido tan democrática en un gremio que ocupaba todo el país.Bajo el auspicio del directorio, la mayoría pachequista, quiero agregar al costado, Bordaberry al único gremio y al primer gremio que recibe cuando asume la Presidencia es a la Unión Ferroviaria.Hay una discusión acerca dela recuperación o no del ferrocarril, cuando salimos de esa entrevista el directorio que era pachequista nos pregunta qué nos había dicho el Presidente, les contestamos que eran cosas tan importantes que nosotros queremos decírsela a todo el gremio, razón por la cual con un cochemotor, con personal de la Unión Ferroviaria, recorrimos todo el país para contar lo que Bordaberry nos había dicho, en realidad resolvíamos dos cosas, plantearle a los trabajadores la integración de los ferroviarios a la CNT que eramos un gremio autónomo y por otro lado el apoyo a la huelga general en el caso de un golpe de estado.Por lo tanto la aparición de un golpe de estado de alguna manera nos agarró con una discusión muy democrática en el gremio.A partir de esa suspensión me fueron a buscar a mi casa con el cuento que le hacen a mi esposa en ese momento diciendo que querían arreglar esta huelga, que era injusta, que los militares no querían enfrentarse con los trabajadores, pero en realidad continué un cierto requerimiento aunque no público hasta el 31 de julio donde soy detenido en el local del sindicato.Cuando preparamos el paro del 2 de agosto del 73 había una reunión de la directiva del gremio, y luego de haber zafado 3 veces, 3 operativos distintos en el sindicato y otros lugares, algunas mutualistas donde nos habíamos encontrado con Coitiño, pero a la cuarta no hubo esa posibilidad de zafar y quedamos presos junto con toda la directiva y después muere junto con nosotros a raíz de la tortura a la que fuimos sometidos Gilgerto Coghlan, otro de los integrantes de la dirección de la Unión Ferroviaria.
    Angeles: Llamó Alberto que fue trabajador de la TEM, la resistencia de la ROE (Resistencia Obrero Estudiantil) era muy fuerte a nivel sindical y estudiantil...
    Cores: La ROE la formamos en el invierno del 68, por julio del 68 después de las medidas de seguridad, cuando nos encontramos con la realidad de los masivos presos políticos sindicales y inicialmente fue un agrupamiento abierto donde militaban compañeros que políticamente tenían otras definiciones, sobre todo referido a la táctica del movimiento de masas y a la táctica sindical pero también la táctica del movimiento estudiantil.Se podría decir que la resistencia obrero estudiantil pretendía atraer dentro del movimiento obrero a posiciones de mayor combatividad frente a lo que eran los desbordes autoritarios de los desbordes de Pacheco.Nos encontrábamos en una etapa estratégica de resistencia frente a un avance de los sectores dominantes que pretendían remodelar la economía, sociedad, cultura y el sistema político en un sentido autoritario, conservador y nos parecía que el movimiento obrero y estudiantil con su extensión, con su profundidad, con su programa, estaba en condiciones de llevar adelante una resistencia más profunda y actuando en medio de los sindicatos como agrupamiento de opinión y propuestas, participábamos dentro de la CNT como minoría, incluso en el primer congreso de la CNT donde fui nombrado como vicepresidente tuvimos sobre 550 alrededor de 155 delegados, aproximadamente la tercera parte del activo militante de la CNT, militantes vinculados a nuestra organización política y otros que tenían afinidad en esa zona, de repente eran pro tupas o participaban con alguna tendencia trotskista o maoista o simplemente sindicalistas combativos que se acercaban porque había una propuesta que era receptiva a la discusión fraterna con gente que estaba en esa línea.
    Angeles: Salen TEM, FERROSMALT...
    Anzalone: En ese período la táctica predominante en el movimiento sindical produjo que muchos sectores que estaban enfrentando tanto la ofensiva de gobierno como de las patronales que aprovecharon el proceso autoritario para reprimir, despedir, para imponer nuevas reglas de juego, rebajar los salarios y en alguna medida muchos trabajadores y sindicatos se adhirieron a pelear y dentro del movimiento sindical no se sentían en muchos casos suficientemente respaldados lo que genero una lógica de conflictos y de solidaridades que se fueron gestando con otros sindicatos y formas de lucha más fuertes, peleadoras en ese sentido como fue el sindicato de TEM que levó adelante una lucha durísima contra una patronal represiva incluso a partir de una visita del Ministro de Industrias a la fábrica, Sanguinetti.Otra cosa que me parece importante de este período es la idea de que esa unión obrero estudiantil que es un proceso importante en el país que se plasmara en la práctica en el acompañamiento y en el compartir las luchas en ambos sentidos, pero en torno de cada uno de estos conflictos hubo mucha solidaridad y participación de los gremios estudiantiles que se solidarizaban con los trabajadores.
    Chury: Este proceso, los 60 son años en donde se gesta esto que va a ocurrir en el 73, arranca en esa imposición de un modelo en Brasil, lo que era la primera dictadura adelantada en nuestra región que fue en el 64...
    Cores: Efectivamente, la gran ofensiva de los golpes militares en esta región y particularmente en el Uruguay es una ofensiva contra duras características del estado de bienestar, de la conquista del pueblo trabajador y de las conquistas de las organizaciones sindicales.Hay dos momentos significativos, el 13 de junio en horas de la noche cuando están siendo perseguidos los dirigentes sindicales de la CNT, de todos los gremios, se forma una fila en la puerta de Casa de Gobierno que son los empresarios que van a saludar a Pacheco por meter en vereda a las organizaciones sindicales.El 27 de junio de 1968 los principales voceros del sector empresarial van a saludar el fin del caos y por fin el reinado y termina con la dictadura de los sindicatos.
    Angeles: Se acuerdan de algún nombre de aquellos empresarios...
    Cores: Federación rural, Cámara de Comercio, es connotado que la Federación Rural desde el 74 hizo una de las más exitosas ferias ganaderas como resultado del "nuevo clima" que entre los estancieros se había creado con el advenimiento de los militares al poder.Es interesante, muestra lo que puede dar la burguesía uruguaya, si los golpes hablaran uno le podría decir a un golpe dime quien te respalda y te diré qué eres.
    Angeles: Ahora, en estas mesas de los últimos días han aparecido militares que dijeron que ellos habían aparecido porque los fueron a buscar, hay connotados civiles que salieron a decir no, fueron ellos.Entonces parece que hay una discusión si la dictadura es cívico militar dicen unos, que fueron los militares que dijeron no, aparecen los militares como víctimas que los llevaron los civiles de la nariz, Raúl qué decís de esto, es cívico - militar...
    Olivera: Hay que trazar una línea clara sobre todo en la actualidad cuando se habla del golpe de estado, leía en un escrito judicial donde decía Elena Quinteros integrante de una organización subversiva en 1976, quiénes eran subversivos en el 73, creo que el 27 de junio hay un golpe y un cambio de papeles.Lo que en determinado momento era legal dejo de serlo, entonces la discusión de si ellos fueron traídos, si en realidad el estado de guerra lo voto un Parlamento, pero en realidad el 27 de junio se produce un quiebre en donde cambian los papeles y donde la función de organizaciones que en algún momento apuntaban contra el poder anterior empiezan a luchar contra un gobierno que está mal constituido, constituido a partir de un hecho violento que es un golpe, pero hay un elemento de confusión, yo me encontré en los propios cuarteles o sea cuando estaba en el Cuarto de Caballería, me acababan de torturar, me tiraban encima de un papel que era sobre lo que pensaban los militares acerca del ferrocarril.Si uno analiza históricamente en realidad el ferrocarril durante el gobierno militar se extendió mas.Había una parte del discurso que parecía coincidir con lo que pensábamos, cuando llegaba ese aspecto decía esto no tiene nada que ver con un análisis técnico de los problemas del ferrocarril, son opiniones políticas y no lo compartimos porque si esto no tiene el apoyo del pueblo, alguien me decía lo que pasa que el pueblo es como el camaleón, cambia de color según la ocasión.Eso fue casi enseguida de la huelga general.Había un discurso que se mantenía en los cuarteles, cuando te terminaban de dar la picana te decían hoy vinieron varios trabajadores que los habían echado, nosotros fuimos y los volvieron a tomar, entonces había todo un discurso ambiguo que parte de la base de los comunicados 4 y 7, pero lo claro que es el proceso en su conjunto, no hay que verlo en la particularidad de un militar que hizo tal cosa, sin ninguna duda yo creo que el proceso que se inició, tu decías vivimos en la propia Unión Ferroviaria, en los ferrocarriles fue un proceso que avanzó.Cuando llevábamos en ese período de unidad estudiantil a estudiantes para ayudarnos desde el punto de vista de las pegatinas, del trabajo que hasta ese momento los trabajadores no lo asumían, no eran estudiantes cualquiera sino de la UTU que es un sector especial, los ferroviarios en principio rechazaban este aspecto porque no entendían que los estudiantes salieran a tirar piedras hasta que les tocó a los trabajadores ferroviarios en una ocupación en Peñarol que los vinieron a desalojar los milicos del cuartel y hubo un enfrentamiento desde adentro, gente que "criticaba" a los estudiantes, agarraban los burlones de tornillos para tirárselos.Entonces, a partir de ese día entendieron algo, la muestra de ese entendimiento lo dan los propios hechos concretos, Heber Nieto, uno de los estudiantes asesinados de ese período iba a Ferroviarios, colaboraba con nosotros, lo asesinan, hicimos un paro, convocamos para ir al entierro y fueron pocos ferroviarios.Después de la experiencia de los talleres muere Espósito, no lo conocían, nosotros hacemos un paro y convocamos, van casi todos los trabajadores de los talleres ¿porqué?, porque habían entendido, ahora ese es un aspecto interesante en la práctica de lo que se hizo a partir de la asociación de los gremios, era la transmisión de la experiencia que era lo que hacía avanzar en comprender una realidad que ya avanzaba también.En ese terreno nos parece que las respuestas que después se dieron encuentran una explicación en eso.
    Angeles: Hay una pregunta de Daniel que dice qué piensan ustedes acerca del asesinato de Trabal, ya que no lo tiene claro...
    Cores: Yo creo que cuando se hace la historia reciente y 30 años es ayer, uno se encuentra con estos misterios porque se encuentra con gente que no habló, este país trato de bloquear la información en los archivos oficiales del ejército, la policía, en la medida de lo posible ellos no han soltado ninguna información que el estado posee.A lo mejor alguien, algún día, nos deja una memoria, un escrito donde se explique un poco más lo que pasó con esta figura, tiendo a pensar que este hombre en un momento resulto molesto para quienes dieron el golpe y que después fue asesinado en Francia, la lectura del trabajo de Samuel Blixen me han llevado a esa hipótesis.
    Angeles: Porqué fue molesto...
    Cores: Porque aparentemente Trabal había empezado a desarrollar cierto pensamiento de transformaciones porque se encontró en la represión al MLN y la guerrilla urbana con la existencia de un foco de corrupción muy importante.
    Chury: Se habla de que era el hombre que tenía la mayor cantidad de información de las causas que habían llevado a los hechos...
    Cores: El Misterio de Trabal tiene muchas aristas , una que tiene que ver con los ilícitos económicos, otra que tiene que ver con el pensamiento.Yo muchas veces miro las cosas que se escribieron y que se dijeron por parte de grupos de izquierda con respecto a la existencia de corrientes progresistas en el ejército, los comunicados 4 y 7, la única explicación que es que había algo más consistente y que era por vía de Trabal, lo único que explica un giro tan incomprensible de salir a apoyar a los militares que estaban dando leña como locos desde hacía bastante tiempo.
    Olivera: Dentro del período cívico militar hay dos asesinatos, el del contador González Guadas y el de Américo Soca que son gente que trabajaba con los militares y que estaban en negocios turbios, en jodas económicas, y cuando los molestaron los liquidaron, agrego otro más reciente, el caso Berríos, hay que verlo en ese espejo también.Lo que decimos la patota, no del punto de vista de un grupito sino del punto de vista que tenía gran poder, hoy cuando leemos las declaraciones que nos entregaron el otro día de Ramela sobre el caso Elena Quinteros, cuando dice que en realidad el tema del asesinato de Elena fue un grupo descontrolado y todo lo demás, no fue así, fue una decisión de los mandos más importantes.Hay que preguntarse qué poder tenía el que hizo en primera instancia el secuestro de Elena de dentro de la embajada y ejecución, para que pusiera en peligro la ruptura de relaciones y una situación internacional que te muestra que había gente que tenía poder y que al igual que eran dueños de la vida de los presos políticos también eran posibles de cometer asesinatos.
    Angeles: El papel cívico - militar...
    Anzalone: Nosotros pensamos que el golpe viene precedido de un proceso de autoritarismo que arranca del 68 con el gobierno de Pacheco, las medidas de seguridad que pensamos que no estábamos demasiado errados cuando hablábamos de dictadura constitucional, de que eso ya no era una democracia con las libertades vigentes porque eran arrasadas, se gobernaba por decreto, las condiciones de funcionamiento de cierto marco constitucional que había ya no eran democrático.En ese proceso de autoritarismo hubo una responsabilidad civil determinante de los sectores mayoritarios de los partidos Colorados y de sectores del Partido Nacional.Entonces ese proceso también incorpora a los militares en la represión y luego los militares desarrollan un accionar político autónomo en cierto momento pero creo que todos los análisis económicos y los análisis sociales hablan de que hay un proyecto autoritario de transformación del país, de ruptura con el Uruguay Batllista, de generar las condiciones para un retroceso brutal de los trabajadores y de las condiciones de vida de la población que se empezó en el 68 y luego se continuó con la dictadura militar que a su vez desde el comienzo, desde la subsistencia del Presidente de la República y como articulador político y como figura que subsiste en el proceso también incorporó un elemento civil que se expresó en el Consejo de Estado y que en alguna medida refleja lo que decía Hugo, el respaldo y el compromiso que tenía un sector de la derecha empresarial y política con el proceso militar.
    Cores: Por lo menos dos figuras encarnan esa adhesión, el sistema político tradicional blancos y colorados, son Martín Etchegoyen y Alejandro Vehg Villegas, los dos concejeros de estado, piezas claves de los respaldos políticos y de los intentos de legitimación de la dictadura y agregaría un elemento que es que junto al elenco que daba cobertura central, o sea presidencia de la República, Ministerio, Consejo de Estado donde son todos civiles, ahí está la plana mayor de la administración, los gerentes, una parte de ellos fueron destituídos, los que tenían una actitud de debilidad, que habían hecho los paros, una parte grande de esa burocracia, mayoritariamente colorada pero también blanca, estuvo a favor de la dictadura y contribuyó a las listas negras, a la distribución de la población en A, B y C, contribuyó a la aplicación de políticas conservadoras en las empresas públicas, ese sector de la burocracia, de los civiles que colaboraron con la dictadura que aparecen también en Institutos de Enseñanza, prolijado por los militares.Toda esa gente forma parte también de un sustento burocrático desde adentro del aparato del estado y da ese rasgo cívico.Inclusive la experiencia, gente que está en una gerencia de un banco oficial o de un Ministerio desde hace mucho tiempo y que entrega a los militares ese saber burocrático que ponen al servicio de sus operativos.
    Angeles: Del punto de vista de los militares habían conversaciones, Tehlman Borges decía que se llegaban a organizar marchas en la zona de Maroñas que iban al Cuartel.Fueron conversaciones, por eso, había expectativas con los militares y con lo que pudiera hacer el Partido Nacional que también salía en estas conversaciones, ustedes tuvieron expectativas por los militares, por estas corrientes llamadas progresistas entre los militares y/o por los Blancos del Partido Nacional...
    Cores: Con los militares claramente no, nosotros ya teníamos una percepción de qué era lo que impulsaba el grupo encabezado por Balestrino, por Gregorio Alvarez, por Julio César Vadora, por Esteban Cristi, no nos hacíamos ninguna ilusión de que ahí surgiera nada que fuera benéfico para el pueblo, para el país, para las instituciones, para la libertad.
    Angeles: Había algún progresista allí...
    Cores: No creo, los progresistas fueron radiados del ejército, eran justamente Liber Seregni, Víctor Licandro, y quizás un centenar de compañeros como Montañes y tantos otros de excelente condición moral y cabeza muy clara que fueron constitucionalistas y antimperialistas, fueron radiados del ejército entre el 71 y 72.O sea que ya en el 73 no queda una veta constitucionalista en la que confiar dentro del ejército.
    Chury: Y si queda alguna queda en los cuadros medios tocados algunos por cierto romanticismo peruanista y también son liquidados, no de la misma manera que los anteriores, pero los liquidan allí y allí quedan, siguen pero sin tener ningún cargo de relevancia...
    Anzalone: Creo que hay una parte de la cúpula militar que aprovecha la información que obtiene sobre lícitos económicos, y aprovecha un discurso en ese sentido para separarse políticamente y constituirse como sector, para distanciarse de los partidos, pero no porque haya habido una convicción progresista porque en esos mismos cuarteles se torturaba salvajemente.
    Olivera: En uno de los primeros actos públicos en donde hablé, en FUNSA, hacía poco que había salido Duarte de los cuarteles y hablaba Duarte, un compañero de un sindicato más, Ojeda y yo, recuerdo una frase que dijo allí Duarte, la clase obrera no es furgón de cola de nadie, marcaba eso un momento donde habían expectativas de alguna manera yendo atrás de lo que pensaban algunos militares o decían se podía avanzar en un proceso.Eso marco igual que aquella consigna "esta guerra es contra el pueblo", o sea, en aquel tema de si la oligarquía puebla.Creo que se cometieron algunos errores, nosotros cometimos muchos errores así como algunos aciertos, pero creo que la historia está ahí.Fue muy clara la opinión, en un acto que recuerdo que habíamos hablado antes de empezar el acto tratar de alguna manera de sanear algunas heridas para tratar de juntar nuevamente lo que era la tendencia de aquel momento pero cuando Duarte empezó a hablar hacía poco que había salido de la tortura, me acuerdo mucho de esa frase que sin dudas no ayudó a lo que era el objetivo de ese acto.
    Angeles: Gustavo es Argentino, le pregunta a Cores cómo es que según lo que él ha escuchado al General Seregni se lo acusa haber dado palos en las manifestaciones obreras y pasa a ser la figura destacada del Frente Amplio...
    Cores: Nunca había oído esa acusación contra Seregni, creo que no hay ningún registro de eso.Lo que hubo fue que cuando se produce la primera militarización de un sector de funcionarios públicos, los bancarios oficiales, yo estaba ahí en ese gremio, quien pone en práctica esa decisión del gobierno de Pacheco es el que era entonces jefe de la región militar Nº 1, el Gral. Seregni.Esta militarización fue un shock desde el punto de vista psicológico, significaba que funcionarios civiles fueran sometidas a la justicia penal militar con lo que eso significa.Seregni ya estaba con la decisión de irse y se fue en cuanto pudo, unos meses después se desvinculó de Pacheco y su política de represión a la acción sindical del sector público.En esa militarización que se hacía a partir de que como funcionarios públicos la personas se habían enrolado en el ejército se los convocaba, se tenía un principio de justificación que por supuesto lo enfrenté, me parece una medida totalmente negativa de represión en el ejercicio de un derecho constitucional pero no hubo por parte de Seregni ninguna actitud que pueda caracterizarse como violatoria de los DD.HH., se aplico un decreto, él no estaba de acuerdo, se desvinculó de Pacheco y esas militarizaciones que fueron distintas a las que ocurrieron al año siguiente , que ya no era Seregni, ahí se militarizaron 14.000 funcionarios de la actividad privada, se los sometió a la justicia penal militar y ahí sí hubo hasta gente que murió en los cuarteles a consecuencia del impacto global que las personas en el ejercicio del derecho de huelga sentían cuando eran trasladadas a una unidad militar pero ya Seregni hacía mucho tiempo que había pasado a retiro.Es importante aclarar eso porque con Seregni hemos tenido coincidencias, últimamente divergencias, pero nada empaña lo que ha sido su trayectoria como funcionario y como militante político.
    Angeles: Pedro le pregunta a Cores si estuviera en Venezuela si apoyaría a Chávez...
    Cores: Sin ninguna dudas.
    Angeles: No es un descarte de los militares por los militares, también se dijo en los militares también está el pueblo, con qué se le da el salvo conducto a los militares, porqué Chávez sí y acá un militar no...
    Anzalone: Claramente he sentido es cuál es su accionar y su posicionamiento en relación a las contradicciones fundamentales que existen en las sociedades.Nosotros tenemos claro que en ese proceso desde el año 68 en adelante pero sobre todo en el 71, 72, la cúpula militar encabezó un proceso de represión global, autoritaria, lo que nos alejó de cualquier alternativa de expectativa en torno a esa institución militar y a ese grupo, a ese componente.Eso no significa que la separación esté planteada de acuerdo al uniforme que vista, porque así como hay compañeros frenteamplistas dignos que se opuso y se enfrentó a la tortura, y fue destituída y torturada a su vez, presa durante años por esa actitud, en la historia de las luchas de América Latina muchas veces ha habido militares que pasaron del lado del pueblo.
    Cores: Queremos recordar una entrevista del año 98 que hizo César Di Candia a Carlos Scheck donde Di Candia le pregunta qué hubo del apoyo a la dictadura, bueno dice, yo hice una gran amistad con Alvarez, colaboré y le di mi apoyo, dice, después tomé distancia a propósito de la tablita.Creo que el que recuerde los acontecimientos del año 73, enero del 73, recuerdo mi sorpresa al ver una campaña del diario El País a grandes titulares sobre la corrupción de la Junta Departamental y uno dice con qué se cocina eso, respecto a esa corrupción la aparición de un protagonismo del Sr. Gregorio Alvarez.El diario El País que es un operador político actual, que fue un operador político durante la dictadura, diario que dos días después que asesinaron a Héctor Gutiérrez Ruiz publico un pedido de captura para Gutiérrez Ruiz, diario que se presto a todas las maniobras psico-políticas del elenco de la dictadura también estuvo en la preparación del golpe, que califico de subversivo a Ferreyra Aldunate y que trató de ridiculizar todas las denuncias que Ferreyra Aldunate hacía afuera.Ese diario, que todavía sigue beneficiándose de todo tipo de apoyo oficial formó parte, además el grupo Scheck tiene sus proyecciones del sistema radial nacional y en la televisión nacional.Desde allí se hizo estribo al ascenso de los militares golpistas.
    Angeles: Y ahora vende más diarios, el otro día vendió más diarios porque publicó fotos que solo ellos tenían de cuando estaban entrando los militares al Palacio Legislativo, todavía le sacan provechos a aquella cuestión, aunque se demoró 30 años en la publicación de ese material...
    Anzalone: Otro aspecto de nuestra participación en ese período, para nosotros fue además de un período muy intenso de resistencia popular al golpe desde el ámbito obrero estudiantil y desde la acción directa, significó también una especie de golpe fuerte en el sentido de la necesidad de avanzar hacia la construcción de una herramienta política, un partido revolucionario.Sentíamos que las respuestas que se habían dado, los caminos que se habían planteado nos exigían para encarar esa resistencia y para plantear una alternativa distinta a la dictadura y gestarla a través de las luchas populares recoger elementos que venían desde un marxismo que abreviaba en Altuser, Pulansas, en Gramci, en el Ché, en lo que era esa inflexión renovadora de la Revolución Cubana sobre toda la experiencia de la izquierda latinoamericana y avanzar en la construcción de una herramienta política que es la que en el 75 se forma como Partido por la Victoria del Pueblo, recogiendo a compañeros que venían del Frente Estudiantil Revolucionario, una agrupación estudiantil en un momento vinculada al MLN, que luego rompe en función de discrepar con el planteo más militarista que apostaba solo a la lucha armada y no incorporaba el tema de la lucha de masas, otros aspectos que para nosotros eran esenciales a un proceso transformador en nuestro país.Para nosotros también fue un período de reflexión, de elaboración política que empieza en el año 72 donde se define un proceso en el medio de la represión y en el medio de las luchas.Ahí reivindicamos ese componente que a través de reuniones clandestinas, de intercambios, elaboración de documentos, permite que en plena dictadura, que ya en condiciones de represión extremadamente duras se hace la experiencia de construir una organización política que pago un precio alto en compañeros pero que reivindica ese aspecto de construirse en una alternativa política distinta, unitaria que suma con otros y que construye una perspectiva de cambio.
    Angeles: Argentina juega un papel importante también, Argentina, Uruguay, Chile, el Conosur...
    Cores: Sí, tenemos también con respecto a la memoria una línea de pensamiento y de acción, no estamos contando esto para regodearnos con anécdotas de cuando eramos más jóvenes, sino como decían Raúl y Pablo para tratar de sacar algunas conclusiones acerca de un presente tan acusiante, muy dramático, lleno de tareas gigantescas y de problemas inmediatos y brutales.En ese sentido nosotros de esa experiencia, la formación del PVP y lo que siguió que fue una campaña de resistencia a la dictadura tuvimos como resultado reveses terribles, no derrotas, porque conseguimos salir con la lucha.Pero Gerardo Gatti que era el alma mater de la organización en ese momento, secretario general recién elegido en el Congreso y una personalidad con un tremendo aporte a las luchas obreras, León Duarte también dirigente de FUNSA, Gustavo Isaurralde y Nélson Santa que fueron secuestrados en Paraguay, Elena Quinteros, Jorge Zafaronni, el padre de Mariana Zafaronni, era también un joven estudiante de 23 o 24 años, a esa edad fue secuestrado, una generación hecha a la par de los liceos piloto y del clima de discusión que existía en los liceos en aquella época, Roger Julien y Victoria Grisona, los padres de Anatol y Victoria Julien Grisona, fueron secuestrados en Argentina, llevados a Chile y allí abandonados en una plaza, Simón Antonio Riquello, el hijo de Sara, y sobre estos expedientes, sobre estos nombres construir acciones, que tienen que ver con una posibilidad de que la justicia uruguaya se pronuncie, sobre Gerardo Gatti y León Duarte hubo un intento de secuestro extorsivo por parte de Silveira y cordero, hemos hecho las denuncias correspondientes y esto genero un pedido de extradición y es una cuestión que tenemos documentada con la cual tenemos la intensión de seguir impulsando acciones en Uruguay y fuera de Uruguay destinadas a que se esclarezca y se investigue a los responsables de la desaparición de estos dos grandes luchadores.Lo mismo podríamos decir de Gustavo Insaurralde y Nélson Santana secuestrados en Paraguay.Hoy hay información acerca de las opiniones de la Dra. Guiense referido a la desaparición o el homicidio de Elena Quinteros, lo mismo con respecto a Roger Julien y Victoria Julien y dentro de lo que ha significado este plano de la contienda por la memoria, verdad y justicia la única que en este último período ha constituido una victoria significativa fue el reencuentro de Sra y Simón después de vencer los infinitos obstáculos que el gobierno de Sanguinetti, Lacalle, nuevamente Sanguinetti, la dictadura antes, Gavazo antes, pusieron para que esta madre y este niño se reencontraran después que Simón fue secuestrado de un local del PVP en Buenos Aires.
    Angeles: Se sabe lo que pasó con Villa Marín y el Tito González que fueron torturados y muertos...
    Cores: No tengo información sobre esto.
    Angeles: Ana pregunta qué pasó con la bandera, es como un mito esto...
    Cores: Sobre el asunto de la bandera, aparentemente es una de las cosas que se les reprocha al campo del pueblo, el PVP. Sobre esos reproches, imputaciones y quejas hubo un solo debate público que es el que se dio en el Parlamento después que pusieron una bomba, que destruyeron un auto y demás, plantee una cuestión de fueros y algunos diputados voceros de oficio de las FF.AA. hicieron esta pregunta y llevaron una especie de ofensiva sobre esto, yo conté allí cómo la bandera que estaba en manos de dirigentes del PVP que fueron secuestrados entre junio y setiembre del 76 en Bs. As. siguió la suerte de esos hombres, mujeres y niños que fueron secuestrados.En todo caso esta pregunta hay que formulársela, como la pregunta que se hace acerca de los desaparecidos, a los oficiales que entraron a los locales, a los desaparecedores de personas y de símbolos patrios.
    Angeles: También se podría preguntar con todas las cosas que se robaron en tantos allanamientos, hay muchas preguntas para hacer.Nos quedan unos minutos, algo más que les parezca comentar...
    Anzalone: Una cosa muy breve, ese proceso de resistencia a la dictadura que se gesto desde todo ese período previo a la huelga general y posterior a la huelga tuvo un efecto importante en el mantenimiento de la resistencia de todo el período.Para nosotros ese fue un componente importante porque mantuvimos una prédica, un boletín clandestino, compañeros trabajando en ese sentido en las peores condiciones y apostando en la medida en que se fue cambiando la realidad a la reorganización de las organizaciones sindicales, de la apertura, de la gestación del PIT donde los compañeros de distintos orígenes recogían esa tradición pero desde Carlos Pereyra, Richard Reed, una serie de compañeros que plasmaron esa experiencia en lo que fue la lucha para abrir espacios democráticos y derrotar a la dictadura.
    Olivera: Voy a terminar con una frase de la cual me he enamorado en esta semana, una frase de Sartre que dice "no importa lo que la historia hace con los hombres sino lo que los hombres hacen a pesar de lo que la historia haya hecho con ellos".
    Angeles: Muchas gracias por haber venido...
    Cores: Gracias a ustedes.