miércoles, 17 de mayo de 1989

Carta de H Cores al Comandante cubano Piñeiro 17/5/1989

Montevideo, 29 de mayo de 1989.
Comandante Piñeiro
Estimado compañero:
Aprovecho el viaje del compañeroñero Vilela para hacerte llegar algunas reflexiones deshilvanadas sobre la actual situación del país.
En estos días se dirimió en favor de Jorge Batlle el conflicto interno del Batllismomo Unido. Su victoria en las elecciones internas lo coloca en inmejorables condiciones de ser el próximo presidente de de la República
Qué es y qué representa Jorge Batlle? Creo que sobre esto es necesario hilar fino. En primer lugar, es evidente que su gestión presagia un fuerte componente de continuidad con el actual régimen. Batlle ha apoyado en todo la gestión de Sanguinetti. Lleva, además, como vicepresidente al señor Jorge Sanguinetti, que es el actual Ministro de Obras Públicas y representante de un grupo económico muy poderoso con fuertes intereses en la agroindustria, en la industria del papel y fuertemente interesado en el desarrollo de los planes de integración con Argentina. Jorge Sanguinetti (que no es pariente del Presidente de la República) es la- figura más sobresaliente de un grupo económico que ha apoyado y se ha beneficiado enormemente con- la gestión de este gobierno.
Por qué fue tan enconada la lucha entre Batlle y Tarigo? Creo que esto responde a algo más que una lucha de personalidades, sin descartar que hay una cuota de esto. Batlle pertenece al viejo patriciado que ha gobernado este país desde hace 150 años. Es hijo, nieto y bisnieto de presidentes de la República. En realidad, más que una disputa entre Batlle y Tango aquí a lo que hemos asistido es una lucha entre Batlle y el actual Presidente de la República.
La raíz de esta confrontación creo que se encuentra en la circunstancia de que la actual forma de estado le permite al Presidente de la República una concentración extrema del poder. En el curso de estos años desde el Ejecutivo se han salvado empresas arruinadas, se han comprado bancos fundidos y prácticamente no hay ningún ámbito de la gestión económica donde no sea decisiva la presencia gubernamental.
En torno a Sanguinetti, la mayoría de sus ministros y sus intendentes, sus diputados y senadores, se han ido agrupando como en racimo los intereses de amplios sectores de las clases dominantes. Se ha producido así un profundo entrelazamiento entre los intereses políticos de la actual administración y los intereses económicos de un amplio sector de la burguesía. Esto, entre otras cosas, entraña un proceso creciente de corrupción sobre la cual se dice Jorge Batlle amenaza con enfilar sus dardos.
Creo que en la forma actual que asume el estado burgués dependiente, la titularidad del Poder Ejecutivo se vuelve una cuestión fundamental. Para el actual presidente Julio Sanguinetti la figura opaca del actual Vice, Dr. Tarigo, era casi una garantía para seguir manteniendo las riendas del poder e incluso poder reconquistar la presidencia luego de pasado el período que la Constitución exige para que un Presidente sea reelegido.
La victoria de J. Batlle, con todo lo que esto implica como apelación a una tradición nacional “batllista” le da a este el control del Batllismo Unido y, por lo tanto, del P. Colorado. De triunfar en noviembre se convertiría él en el eje de este período histórico. Como es obvio, no creo que en el desarrollo de su política Batlle logre dar un solo paso en favor de los intereses nacionales y populares. Ya eligió para componer su equipo económico a Alejandro Vegh Villegas, un hombre que en los años 60, en un debate parlamentario sostuvo: “Yo no soy pro-yanqui. Soy yanqui”. -
De Batlle y su equipo económico no hay que esperar sino el mantenimiento de las líneas actuales de dependencia y sumisi6n.
Su estilo político, sin embargo, aparece como más abierto, “modernizador, centrista”. Es, evidentemente, un político “de raza”, dotado de mucha elocuencia y muy informado sobre la situación internacional, incluyendo las chambonadas y debilidades de la izquierda.
Su irrupción política ha generado un cierto nivel de expectativa a nivel popular. Sin duda su gobierno acentuará los aspectos persuasivos de la dominación, el componente ideológico orientado a mantener la resignación e incorporar a la izquierda, castrándola, al sistema político.
En el campo popular, la movilización por el plebiscito tuvo sin duda una cantidad de aspectos positivos. Hubo una organización desde abajo que abarcó todo el país, enfrentando la hostilidad y a menudo la amenaza directa del gobierno y de los militares. En ese sentido, fue una demostración de entereza moral de un sector muy amplio de la población, mayoritario en la capital.
Pienso que si a esa situación no se le ha podido sacar mejores resultados en lo político se debe a la deficiente situación en la que se encuentra la izquierda.
En primer lugar, la escisión del sector social democrático dirigido por Batalla fue una larga agonía. Contra nuestra opinión, la mayor parte de las fuerzas frentistas y en particular el PC adoptaron una táctica consistente en hacer todo tipo de concesiones a Batalla para que este permaneciera en el Frente. Esto lo hicieron en un ámbito cerrado de las direcciones políticas. No se fue alertando a la militancia frenteamplista del carácter divisionista y desacumulador de la maniobra que iba desplegando Batalla en el seno del FA. Convertido en el principal crítico de la izquierda tradicional, Batalla se convirtió entre 1985 y 1989 en la principal vedette de los canales de TV. Tal tratamiento del tema tuvo un efecto profundamente confusionista en la militancia de izquierda y esto contribuyó a su pérdida de iniciativa.
Creo que, además, en el país se vive una paradoja y es que mientras la situación social se hace más ingrata para los sectores populares en la izquierda siguen sobreviviendo las expectativas en el mensaje moderado, “que no asuste a nadie” y en las posibilidades de “concertación” con algunas fracciones de los partidos tradicionales para realizar “cambios en paz”.
La realidad política muestra, entonces, que hay una especie de crisis de representación en el sentido de que el malestar popular no encuentra canalización adecuada en el conglomerado de izquierda. Esto tiene como resultado lamentable una creciente indiferencia hacia la actividad política, una baja de la militancia y una pérdida del entusiasmo que caracterizaron al FA en otros periodos históricos.
La salida de Batalla del FA habrá, sin duda, de tener resultados negativos desde el punto de vista electoral. Pienso que quizás se pierda un 5 o un 6% de los votos totales del FA. De un 22 se volvería a un 16, 17%.
Más allá de lo puramente numérico el desgajamiento de Batalla tiene otra implicancia negativa: aleja la posibilidad de una victoria electoral frenteamplista en el departamento de Montevideo. Aquí en la elección pasada, el FA fue la segunda fuerza y sólo se perdió por alrededor de 10.000 votos (sobre un millón de electores). La disminución de las posibilidades de triunfo electoral en Montevideo va a llevar a que seamos perjudicados por la lógica del “voto útil inherente a todo sistema electoral de democracia burguesa: la opción por el. menos malo de los candidatos posibles. Esto, a su vez, tiene como consecuencia un reforzamiento del bi-partidismo tradicional.
Hay que decir también que desde otros campos de la acción social, en particular en al campo sindical, tan importante en nuestro país, asistimos a un gran debilitamiento del perfil combativo. Sobre este punto tenemos serias divergencias con los compañeros del Partido Comunista que tienen la responsabilidad principal en la conducción del movimiento obrero y que han preferido, en líneas generales, desplegar una táctica sindical orientada, en última instancia, a obtener dividendos en el plano político electoral. Los conflictos se han ido desarrollando de manera aislada y en general han resultado perdidosos para los bajadores. El movimiento mantiene su fuerza pero de manera inactiva, sin estar presente ni tensionando la lucha de clases. En el ínterin, la situación salarial de los trabajadores se ha seguido degradando y no encuentra un cauce sindical donde expresar su malestar económico.
Qué hemos hecho nosotros entre tanto? Por un lado, dentro del FA hemos marcado nuestra discrepancia con la política de concesiones a la socialdemocracia. Nos hemos opuesto a ir degradando el programa frenteamplista de acuerdo a las exigencias impuestas por Batalla. A la vez, realizamos una labor muy intensa llamando a que el FA fuera expresión de la unidad “sin exclusiones” de manera de permitir la entrada del MLN al mismo.
También discutimos mucho con el MLN porque este durante un período se vio bastante atraído por la imagen de Batalla. Creo que tuvimos algo que ver con una toma de conciencia por parte del MLN del verdadero sentido del rupturismo de Batalla.
leer más
    A partir de que existió acuerdo político sobre ese aspecto, se fueron creando mejores condiciones para, por un lado, forzar el ingreso del MLN al FA (cosa que finalmente se consagró a mediados este mes). Al mismo tiempo, se abrió la posibilidad de constituir con el MLN una nueva iniciativa política que se ha denominado MPP (Movimiento de Participación Popular). En ella participa también un pequeño grupo mandeliano (PST) y un pequeño grupo vinculado antiguamente al PC, el. MRO. También algunos independientes como C. M. Gutiérrez. El surgimiento del MPP ha despertado una expectativa bastante amplia. Los tupas tienen bastante capacidad de convocatoria, un quincenario que es de los mis leídos y una radio. Nosotros seguimos manteniendo una inserción en el campo sindical importante y hay una masa muy amplia de frenteamplistas independientes que buscan un cauce donde desplegar su militancia. Se hizo un primer acto el 18 de mayo y, prácticamente sin propaganda, concurrieron 7.500 aprox. Pocas fuerzas políticas pueden hacer hoy una demostración de esta índole.
    La idea es participar también en el proceso electoral, con todos los riesgos y deformaciones que esto implica. No creemos que el MPP vaya a tener una gran gestión electoral. Pero no nos cabe ninguna duda que constituirá un aporte combativo y firme, atractivo para los sectores más jóvenes, peleadores y desconformes de la izquierda.
    Pensamos que es importante, en un período como este, que la izquierda revolucionaria, sin renunciar a la defensa de sus principios y su estrategia de poder, profundice su inserción en la sociedad y esté presente en todas las luchas políticas. Subiremos a las tribunas sí. Pero no para hacer electoralismo. Sí para denunciar el papel actual que cumplen las FFAA, su presencia tras el trono, su dependencia militar e ideológica de los EEUU, su rol de defensores de los intereses conservadores, etc.
    Esa es nuestra línea de trabajo. Estos primeros meses de desarrollo nos han permitido dirigirnos a un auditorio nacional amplio, participando en reuniones y mítines en todo el país.
    El mapa político interno del Frente Amplio tiende a conformarse de la siguiente manera:1) Un núcleo agrupado en torno al PC, Democracia Avanzada. Este será el que presumiblemente recoja mayor número de votos. 2) Un segundo núcleo constituido por el Partido Socialista y el Movimiento Socialista. Se le llama “espació socialista” y probablemente realice algún tipo de alianza electoral con la llamada “Vertiente Artiguista”; 3) La Vertiente Artiguista, también denominada “espacio pluri-ideológico”. Allí confluyen el nacionalista Carlos Pita, los escindidos del PDC agrupados en Artiguismo y Unidad y la Izquierda Democrática Independiente (IDI). En 4º lugar se encuentra el grupo que, escindido de Batalla, se mantiene en el FA. Se configuraron como Movimiento 20 de Mayo (fecha del asesinato de Zelmar Michelini), Por una Democracia Socialista.
    En 5º lugar estaría el MPP. Mi pronostico en el plano electoral es que probablemente el MPP se constituya en la tercera o la cuarta fuerza del FA. Probablemente su caudal electoral de también para obtener algún cargo en el Parlamento (uno o a lo sumo dos). Para estos cargos hemos venido apoyando a las figuras de Helios Sarthou y Heleuterio Fernández Huidobro.
    La situaci6n de la izquierda en nuestro país, incluyendo al MPP, no es evidentemente tan mala como en Argentina. De todos modos, pienso que el peso de las concepciones reformistas sigue siendo extremadamente fuerte. Creo que los próximos meses viviremos un nuevo auge del electoralismo. Al PC se lo ve muy confundido y falto de iniciativas. Las insólitas expresiones sobre el abandono de la teoría de la dictadura del proletariado provocan desconcierto y yo diría, una especie de incipiente falta de credibilidad en su voluntad transformadora.
    Como PVP nos hemos propuesto una tarea compleja. Estrechar nuestras relaciones con el MLN y construir junto el MPP. Para eso tenemos que vencer ciertas tendencias antifrentistas y antiunitarias que existen en la zona de militantes a la que convocamos. También cierto rudimentarismo político y cierta falta de confianza en la revolución disfrazada muchas veces de radicalismo verbal o de exigencias ultrademocratistas.
    De todos modos, el hecho para nosotros decisivo es que no estamos marginados del juego político y seguimos desarrollando nuestra presencia, reivindicando una estrategia de cambios revolucionarios, de intransigencia en cuanto al castigo de los crímenes cometidos durante la dictadura y de solidaridad con la lucha por la liberaci6n en los demás países de A. Latina.
    Para terminar, creo que tanto nosotros como el conjunto de la izquierda vive, como en todo período de relativo reflujo, en un cierto auge del practicisino, un desdén muy grande por el trabajo y el aporte de los teóricos del marxismo. Las cosas se hacen “como van saliendo”.
    La derrota de los años 70, el largo período de dictadura, el proceso desatado en la URSS y la ofensiva ideológica lanzada por la socialdemocracia a nivel mundial ha desatado aquí, como en otras partes, un sinnúmero de cuestionamientos, de preguntas que hasta ahora los marxistas revolucionarios no hemos sabido responder adecuadamente. No estamos siendo capaces de levantar respuestas adecuadas a las transformaciones profundas que han sufrido nuestras sociedades. No estamos consiguiendo resolver bien el desarrollo de una línea revolucionaria en el marco de una democracia política burguesa que funciona en forma bastante fluida. En ese sentido, nuestro país presenta el increíble cuadro de un gobierno burgués que aplica un modelo económico conservador durante 5 años y que lo hace sin tener necesidad de recurrir a un solo acto de violencia directa (ni un solo muerto ni un solo herido por razones políticas o sociales y sin la necesidad de encarcelar a nadie). Podría agregarte, para finalizar, que para nosotros es sumamente importante y estimulante conocer el proceso y profundización de las luchas en el resto de A. Latina, en particular, El Salvador, Colombia y Perú. Pero, a la vez, es imprescindible que nosotros avancemos en el desarrollo de una propuesta politica revolucionaria aplicable a sociedades como esta, donde el peso del estado es muy fuerte desde hace más de 100 años, donde la burguesía gobierna fundamentalmente por la persuasión y no por la violencia directa, donde el componente político-ideológico es tan gravitante, donde el peso de las tradiciones culturales y cívicas tiene tanta influencia en la conducta de la gente.
    Por supuesto que aquí no se trata solo de trabajo de reflexión teórica sino de la articulación de estos con la lucha social, con las expresiones de protesta de la gente y con la inserción en las formaciones políticas y sindicales que el movimiento popular se ha dado.
    En fin, esa es, en una exposición algo desordenada, nuestra visión y nuestros propósitos en el Uruguay de hoy. Un fuerte abrazo para ti y para todos los compañeros del departamento de América, en especial para Germán Oscar y Luis.
    PD. Mi compañera Mariela, me dice que te trasmita lo siguiente. Cree que cuando asuma Jorge Batlle puede ser una muy buena oportunidad para que Fidel viaje al Uruguay. Sin duda Jorge Batlle va a querer dar ante la opinión pública nacional e internacional, la imagen de un hombre abierto y capaz de dialogar con la izquierda y estoy seguro que seria capaz de invitarlo. A nosotros no nos vendría mal recibir acá el timbre de esa voz revolucionaria. Hasta pronto.
    Hugo