lunes, 3 de octubre de 2005

03/10/05 y el 08/08/05



03/10/05 Gestos que ayudan y gestos que no ayudan para impulsar los cambios. Contratapa
La República Ver

1.
El Estado uruguayo de hoy es el fruto histórico de la acción de los partidos, de la presión de los lobies de dentro y de fuera del país, de la fuerza de los sindicatos y, muy excepcionalmente, de las demandas de los usuarios. Estos antecedentes hacen que contenga elementos de distinto signo. En su hora más gloriosa, impregnado de las ideas socializantes del primer batllismo y de ciertas corrientes del nacionalismo progresista, tuvo algo de “compromiso”, una suerte de empate entre intereses diversos.
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    Una larga lucha contra el Estado “benefactor”
    Por una serie de razones que sería largo enumerar aquí, no resultó fácil liquidar aquel Estado bastante exitoso pese a estar hecho de retazos de batllismo, chirolas de nacionalismo, reclamos obreros, festoneado todo por unas buenas dosis de corporativismo y sostenido con el engrudo del clientelismo del que muchos políticos oficialistas resultaban beneficiarios.
    El hecho es que ese Estado, “condenado a muerte” por la derecha liberal, el FMI y los organismo internacionales, subsistió y aún en decadencia hasta se engulló a buena parte de sus amenazantes verdugos internos.
    Las resistencias de distintos signo
    Bajo la dictadura, los déspotas que estaban al frente del aparato estatal y de las empresas públicas no precisaban votos. Ellos gobernaban con la verticalidad y el miedo. Apoyados por políticos liberales, como el quincista Vegh Villegas, retomaron la iniciativa contra el Estado de los viejos empates. Pero en el país había resistencias democráticas que crecían. La “reforma reaccionaria del Estado” empezó a enlentecerse y cuando a partir del 80 se inició el “proceso político de transición”, el desmantelamiento estaba lejos de estar terminado.
    Lo vio con lucidez Búsqueda, que, con la filantropía y la bondad natural de los banqueros, de inmediato advirtió que era una imprudencia iniciar un proceso de apertura política sin haber terminado de degollar los restos del nacionalismo paternalista y corporativo que subsistía en el Estado. Para llevar adelante el plan de apertura total, sostenía, había que seguir dando leña, de lo contrario los partidarios del viejo Estado, retomarían aliento.
    Y así fue. Desde entonces han transcurrido nuevos lances en esta larga pulseada. El lacallismo, retomando ideas liberales y privatistas que ya eran viejas en 1903, pulsó el acelerador a fondo, pero las organizaciones populares con el FA a la cabeza, en 1992 frenaron la Ley de Empresas Públicas que daba vía libre a la privatización ilimitada.
    Con Sanguinetti y sobre todo con Jorge Batlle el proyecto pro-norteamericano y privatizador retomó impulso. Enfrentó resistencias tan intensas y extendidas que fueron la base de una acumulación de fuerzas políticas que después de vencer a los dos partidos tradicionales aliados al astorismo, en el referéndum de diciembre del 2003 dejó el camino abierto para la victoria electoral de la izquierda el 31 de octubre.
    Invertir la tendencia
    Después de casi 50 años de erosiones y saboteos, el Estado que recibe la izquierda sigue siendo un “Estado en transición”. El lento y corrosivo resultado de un desplazamiento hacia el achique, el “no-estar” o estar al servicio de algunas camarillas y grupos económicos. Ese es el Estado en el que están actuando y tratando de aplicar el programa de cambios nuestros compañeros.
    Siempre se vio la tarea histórica del FA como una resistencia y una inversión de la tendencia a la desnacionalización, a la privatización, al retiro del Estado de funciones esenciales para el cumplimiento de una estrategia de desarrollo nacional soberano y con justicia social.
    El gobierno del FA y el compromiso de la participación
    Si en 2003 algo resultaba difícil de imaginar era que un gobierno del FA y sus aliados progresistas alcanzaran, sin una instancia de negociación intensa y conocida, acuerdos para desarrollar una política económica tan bien vista por parte de las (muy descalificadas) autoridades del FMI. El factor sorpresa tiene eso. Costó despabilarse de la “novedad” que nos aguardaba atrás del árbol y que dejaba atrás tantos años de pensamiento y lucha contra un modelo económico.
    Por lo demás, el programa del FA no se limitaba a un compromiso de aumentar el gasto social y luchar por un modelo de país productivo, con redistribución de la renta y sin exclusión social.
    Incluía, como un aspecto central, lo que se denominó ‘la democratización de la sociedad y el Estado’, es decir el aumento de la transparencia y a la participación de la ciudadanía en la elaboración de las políticas públicas.
    Es decir, lo mismo que se impulsó durante años en el gobierno de la IMM, cuando el FA hizo suya la bandera de la participación y se impulsó la descentralización y tanto Tabaré como Arana salieron más de una vez a dialogar con los vecinos las cuestiones vinculadas al presupuesto. Constituyó una experiencia democrática única y algo debe haber tenido que ver esto con las victorias electorales que se sucedieron desde 1989.
    En el Presupuesto que se está discutiendo ahora en el Parlamento son muy pocos los que han participado en su elaboración. Ahora a medida que se conocen sus parámetros empiezan a aparecer, en el Poder Judicial, en FUCVAM y en distintos agrupamientos gremiales, zonas de malestar y de protesta.
    Para el regocijo de nuestros adversarios cumplimos con el FMI, pero ante amplios sectores de la sociedad el recorte del gasto público abrirá contenciosos especialmente agravados. Descontento reforzado por el tratamiento expeditivo y tecnocrático de decisiones que requieren de diálogo político y flexibilizaciones. Con el conjunto de la sociedad y para empezar con las propias fuerzas políticas que participan en el gobierno.
    ¿Las empresas públicas al derecho privado?
    Este anuncio parece inscribirse en una línea de acción que carece de continuidad con la línea de pensamiento histórico del FA.
    Una primera objeción de peso la ha realizado el Senador Korzeniak quien sostuvo que para llevar adelante los lineamientos propuestos se hace necesario modificar ¡unos 70 artículos de la Constitución!
    Como la propuesta se lanzó en un espacio público, sin ningún abordaje preliminar por parte de las estructuras democráticas del FA, ahora estamos discutiendo (¿al servicio de qué agenda y de qué intereses políticos?) una propuesta técnicamente descabellada.
    Son métodos que no ayudan. O al menos no ayudan al gobierno a mostrarse como un conjunto coherente dispuesto a conducir con energía y unidad un proceso de cambios reales.
    Despilfarro de fuerzas
    La saltearse la discusión en las estructuras democráticas del FA se está cometiendo un error que puede llegar a ser irreparable.
    Para llevar adelante los cambios que son nuestra razón de ser ¿el FA no tendrá que apelar al apoyo activo de la ciudadanía?
    Una reforma tributaria para favorecer a los trabajadores y a los más pobres a partir de gravar las grandes fortunas, al capital especulativo y a las altas rentas, ¿no hará necesario un proceso de debates nacionales, tal como ocurrió cuando se discutió (y se ganó) el referéndum en defensa de las empresas públicas o en contra de la ley de asociación para ANCAP?
    Sin información política y sin movilización, la tonicidad democrática de la ciudadanía languidece. El Estado desde el que se ejerce el gobierno está todavía y quizás lo siga estando por mucho tiempo, apolillado por las viejas prácticas que lo llevaron casi al colapso. El control y el saneamiento de los mandos intermedios no puede ser postergado indefinidamente.
    Si en zonas claves el aparato del Estado es hostil, teniendo mayoría absoluta en el Parlamento hay que sancionar las leyes capaces de remover los obstáculos.
    Hay resistencias a las transformaciones progresistas e igualitarias en la salud. Alguien duda que la mayoría de la población apoya los planes del gobierno en el sentido de establecer un seguro nacional de salud. ¿Qué papel puede cumplir el FA y su militancia en la difusión de estas propuestas, en la organización de los usuarios en defensa del derecho humano a la salud del que hoy están infamemente despojados?



2. 26.09.05. La información es labor imprescindible Cuestión de soberanía y de quién manda


Escribe: Hugo Cores PVP-567 Frente Amplio

Como militante con algunas responsabilidades creo que mi obligación es dar opiniones políticas y usted, amigo lector, verá si pierde o no su tiempo leyéndolas.
Celaya maldecía la “poesía de los que no toman partido”. Quizá el poeta haya sido demasiado exigente, tratándose de la lírica. Pero lo que resulta inconcebible es cuando los partidos no opinan, cuando los dirigentes políticos se omiten en los temas que importan. Y los hay, lamentablemente.
Al mismo tiempo, cada pocos días, por iniciativa de algún integrante del gobierno se abre un debate. Los temas son estilo salpicón pero con siempre con un “norte”. Un norte Norte.

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    Después de las afirmaciones en Washington que ya no habrá plebiscitos en defensa de las empresas públicas y preconizar el pago de matrícula universitaria se vinieron las restricciones presupuestales y ahora el pasaje de las empresas públicas a la órbita del derecho privado.
    En principio no me parecen convincentes los argumentos dados por los integrantes del equipo económico que, en este como en otros temas, parece disponer de una amplia autonomía de vuelo.
    Vencer y convencer
    La lógica parece ser la de utilizar el “factor sorpresa”, para empezar hacia adentro, hacia los propios aliados de la fuerza política. Algo así como el que golpea primero, golpea dos veces.
    No creo que sea una buena práctica ni de gobierno ni de construcción y fortalecimiento de instrumentos esenciales de la democracia como son los partidos. Y, especialmente, no creo que sea propicio para el desarrollo y la proyección política del FA.
    La elaboración y la búsqueda de acuerdos en la fuerza política siempre precedieron a las actitudes políticas a asumir públicamente por parte de cada uno de los partidos del FA. La disidencia está prevista, como excepción. Y su exteriorización reglamentada.
    Esa necesidad de respetar un ámbito interno de discusión cobra otra intensidad ahora, cuando la izquierda y el progresismo están en el gobierno. Y esto vale para todos los temas.
    En el momento cuando, habiendo vencido en las elecciones, debemos convencer a los demás acerca de las virtudes de las iniciativas que adopte el gobierno, más necesaria es la coherencia del mensaje y menos convenientes la actitudes de diferenciación sectorial.
    La Tevéo-dependencia
    Hay una labor imprescindible de información y explicación al pueblo de las leyes que se impulsan. Y esta labor de convencer y movilizar al pueblo se ve obstaculizada si cada partido actúa por la suya.
    Se trata de elegir: entre la sorpresa a través de los medios, que quedarán agradecidos y “dueños” de la iniciativa y la elaboración a través de la fuerza política como paso para crear corrientes de opinión sólida y propia, y sin dependencia mediática, en el seno de la población.
    El espacio mediático, las mentalidades y estados de ánimo creados por las imágenes más que por las ideas, por el efectismo oral-visual, más que por los razonamientos, tiende a ocupar todo el espacio de la acción política.
    Y propende a la apatía, a la desmovilización, a dejar en manos de otros, los que aparecen, la solución de los problemas. ¿Es esa nuestra concepción del cambio social? No, no lo es.
    Los códigos mediáticos tienen a absorber toda la dinámica política y lo hace creciendo como una “mancha voraz”. Por momentos todo el sistema parece ser un “accesorio” de la realidad mediática.
    El gobierno tiene mayoría absoluta en ambas cámaras, sin embargo, la actividad fundamental de los parlamentarios por períodos no parece la de hacer nuevas leyes progresistas y funcionales al programa que se intenta aplicar desde el P. Ejecutivo, destrabándolo de los escollos burocráticos heredados, sino la ser una proyección de la mancha voraz dentro del Palacio Legislativo.
    Esto también es válido para algunos integrantes del P. Ejecutivo, especialmente los del equipo económico que actúan como si fueran un partido autónomo, o mejor dicho, la fracción mayoritaria y con los votos suficientes para imponer su hegemonía a todas las fuerzas que componen el gobierno.
    Por lo demás, la subordinación de toda la acción política a una concepción de marketing, sobre la que hablaba con mucha lucidez en estos días Frei Beto, podría ser compatible con estrategias electoralistas, que, se supone, son rechazadas por la izquierda al sostener que la labor política debe ser una acción permanente y no solo de los períodos preelectorales.
    Mujica: “Harvard me ha derrotado”
    En un reportaje publicado el jueves en Búsqueda, el Ministro José Mujica realiza algunas afirmaciones que ningún frenteamplista debiera dejar de analizar. Primero por la popularidad del dirigente del MPP, por ser el líder de la lista más votada y por tener una influencia que va más allá, incluso, de ese gran apoyo electoral.
    En segundo lugar, tratándose de una de las piezas claves de este gobierno, sus opiniones no son las de un comentarista que analiza la realidad con datos de segunda mano sino de uno de los principales protagonistas de la conducción del gobierno.
    Digo esto con independencia del hecho de que no concuerdo con muchas de las afirmaciones que el compañero realiza.
    Cuando el Ministro dice que ha sido derrotado por Harvard, refiriéndose al Ministro de Economía, está haciendo una afirmación seria, espesa y llena de connotaciones. ¿Habrá respuesta o se seguirá adelante con los hechos consumados?
    “Yo quería priorizar el trabajo. He quedado en minoría, perdí”, agregó Mujica. Vale la pena preguntarse ¿Cuando perdió? ¿Cuándo y dónde se votó? ¿En qué liga ya que no en la cancha, el más popular de los ministros fue derrotado? ¿Dónde quedó nuestro sagrado y “tan uruguayo” respeto por el inapelable pronunciamiento de las urnas? ¿En que clase de democracia fue derrotado? ¡Y por Harvard, nada menos!
    ¿Quién manda en este país?
    No tengo elementos de juicio para saber si el neoliberalismo, porque de eso se trata, va ganando en la conducción. Pero no comparto el fatalismo de decir que este proceso ya está cuajado.
    La gravedad del problema es que la oposición a las propuestas de Mujica no es sólo interna sino fundamentalmente externa. Imposiciones de organismos e intereses internacionales, presiones diplomáticas. La omnipresente lógica de los “buenos modales” que se pretende imponernos. Las que nos quieren apartar de Chávez y su lucha latinoamericanista, pese a los formidables acuerdos suscritos entre Uruguay y Venezuela.
    Lo que está en juego, entonces, es también un problema de soberanía: las decisiones del pueblo uruguayo ¿dónde y quién las adopta? Creo son interrogantes que no debieran quedar sin respuesta.
    El Ejército en Internet: turismo cavernario al alcance de los cibernautas.
    No quiero terminar estas reflexiones sin anotar que el domingo pasado, en la página uno del diario El País se daba cuenta de la existencia en Internet de una página del Ejército en la que se hacía la apología de lo actuado por la institución durante los años 70 hasta 1985.
    La difusión por parte de un diario que fue soporte de toda la saga militar en su marcha ascendente hacia el poder, especialmente en apoyo a las ambiciones del General Gregorio Álvarez, es un dato de cierto interés.
    La noticia provocó revuelo y ciertos silencios. Desde el Ministerio de Defensa se criticó el contenido de la publicación y el Directorio del Partido Nacional el lunes decidió que sus senadores realizaran un pedido de informes. Algo seguramente debe recordar el Dr. Lacalle que era el presidente cuando esa página se “colgó” en las páginas Web del Ejército.
    Por su parte desde el Comando del Ejército se dijo que la información contenida en la página Web fue extractada "en forma textual" de un libro institucional de las Fuerzas Armadas y que se encuentra en el sitio desde 1992.
    Aunque las autoridades MDN se pronunciaron claramente, hasta ayer domingo 25 la página seguía vivita y coleando, tal como la doctrina de la seguridad nacional que anima el pensamiento de la mayoría de los jerarcas del arma.
    Si se desea hacer una breve excursión a la época de las cavernas, de la tan actual era de los dinosaurios, la dirección es: http://www.ejercito.mil.uy/historia/LA%20GUERRA%20ANTISUBVERSIVA.htm.




3. 19.09.05. Difícil, no sólo para Capricornio.

Es lógico que existan debates en el seno del gobierno y de las fuerzas políticas que lo componen
Difícil, no sólo para Capricornio
Por HUGO CORES

1- Parto de la base de que el FA reivindica hoy una afirmación esencial: el gobierno está comprometido con la realización de cambios de fondo.
2- El gobierno está conformado por una coalición que expresa distintos intereses sociales y distintas concepciones políticas. Es lógico que existan entonces debates y contiendas en el seno del gobierno y de las fuerzas políticas que lo componen.

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    3- La acción del gobierno debiera estar guiada a partir de dos ejes: el programa que se expuso ante el pueblo y la Constitución y la Ley. Desde nuestro punto de vista, teniendo mayoría absoluta en ambas cámaras, los instrumentos legales necesarios para la implementación de los compromisos programáticos debieran aprobarse en el lapso más corto posible, teniendo presente que muchas leyes que se han heredado responden a las mayorías conservadoras que preservaron sus privilegios también desde las disposiciones legislativas. Esto requiere respaldo popular, claro.
    4- Ni los partidos ni el Parlamento actúan en unos mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón, como escribía Machado. Ni en un mundo de ideas puras en el que alcanza con razonar adecuadamente para que las cosas vayan cambiando. Por el contrario, las tensiones entre los intereses sociales son fuertes aunque no siempre visibles.
    5- Entre la realidad social y lo que el pueblo percibe, con frecuencia se interpone la realidad retocada por los medios de comunicación. En este campo hay cambios en curso pero todavía el poder apropiado por el sector privado tradicionalmente hegemónico sigue siendo predominante.
    6- Para mantener y acrecentar el apoyo popular no todo se reduce a los aspectos mediáticos. Hay una porción de cuestiones que son de índole política: si los ministros continúan "en campaña" y rivalizan entre sí. Si improvisan o actúan sin la imprescindible cohesión como elenco, no hay tramitación mediática que remedie las confusiones que eso genera en donde más importa, es decir en el pueblo.
    7- Defender los intereses nacionales contra la presión externa, avanzar en la redistribución de la renta y terminar con los resabios del autoritarismo requiere un amplio respaldo social. No de todos, sino de las grandes mayorías. Protagonismo de la gente para avanzar sobre los problemas en materia de salud pública, de la educación, la vivienda y el empleo.
    8- Tocar algunos intereses profesionales puede provocar reacciones asombrosas, como lo han demostrado algunos ataques infames a Daniel Olesker, con quien me hago solidario.
    ¿Qué otro camino hay sino informar y contribuir a convertir en protagonistas a los que ahora están privados del ejercicio de sus derechos sociales?
    9- Creo que para avanzar en ese terreno precisamos terminar con algunas prácticas negativas. Lamentablemente, nuestra sociedad, como ocurre en buena parte de América Latina, conserva aún los vestigios de la dictadura y el nutrido elenco de miedos que nacen de la inseguridad económica generada por las políticas neoliberales. Las amenazas surten efecto, aún cuando analizadas con calma pueden después aparecer como descabelladas.
    10- El día 29 de agosto se produjo un encontronazo serio en la reunión del Consejo de Ministros. Ese día el Presidente de la República se enfrentó, en lo referido al porcentaje asignado a la educación pública, al proyecto de Presupuesto elaborado por el equipo económico de acuerdo a las pautas acordadas con el FMI. No voy a repetir esa peripecia a esta altura bastante conocida a través de la crónica detallada que publicó Búsqueda sobre la reunión (obviamente reservada) de los ministros.
    11- En pocas horas y durante varios días un concierto filarmónico mediático afinado fue construyendo la imagen que la estabilidad del gobierno dependía de la permanencia plenipotenciaria de Danilo Astori al frente del equipo económico. Desde los solemnes voceros de las cámaras patronales hasta las más aburridas ranas de los charcos, entonaron a coro el grito de alarma: manda Astori o es el caos.
    Por supuesto que además de los voceros ajenos y hostiles no faltaron las desdichadas declaraciones de algún senador frenteamplista que anunció la inminencia del default y otras catástrofes por el estilo para el país.
    12- En otro orden, en el Plenario Nacional del FA, Bayardi se refirió despectivamente a los militares que no habían participado de la dictadura. Digamos de paso que este organismo del FA es un ámbito de discusión y elaboración de líneas de acción política y no ejecutivo.
    Por su composición, más de 150 miembros, 72 de los cuales son delegados de Coordinadoras y Departamentales y actúan como representantes mandatados por los organismos de base, ante los que deben rendir cuenta de las discusiones del Plenario, no se trata de un organismo "cerrado".
    Cuando unos días después la ministra de Defensa tomó licencia y Bayardi debía asumir la titularidad de la cartera, se conoció una decisión de Vázquez en el sentido que el cargo fuera ocupado por el ministro Brovetto, al que no le faltaban por cierto ocupaciones.
    La actitud del presidente Vázquez fue criticada como echando leña a la hoguera, por parte de un senador frenteamplista.
    ¿Por qué razón y por parte de quiénes una decisión legítima de gobierno, que la Constitución pone en manos del Presidente de la República, podría convertirse en leña para una hoguera?
    Hogueras encendidas de logias militares y vendaval de "defaules" que nos expulsa del paraíso del mundo globalizado: así es difícil. Y no sólo para Capricornio sino para la totalidad del horóscopo.
    13- La búsqueda en los cuarteles de indicios de desaparecidos también ha dado lugar a la exhibición de singulares opiniones.
    Entre éstas, las que han defendido la actuación del comandante del Ejército, general Bertolotti, y en particular el gesto de ir al predio del Batallón 13 acompañado por la joven Macarena indicándole el lugar donde habría sido enterrada su madre. Se dijo que era "una autocrítica a la uruguaya", más importante que las declaraciones de Martín Balza, dejando de lado lo absurdo e inhumano que puede llegar a ser señalar a una hija la tumba inexistente de su madre.
    No creo que se trate de una autocrítica ni entiendo en qué consistiría hacerlo "a la uruguaya". Lo de Balza es claro: el ex jefe del Ejército argentino reclamó recientemente que los jerarcas militares acusados por delitos de lesa humanidad "respondan ante la Justicia" y advirtió que ese paso es necesario para "romper el sentimiento de impunidad".
    "Quien delinque debe responder ante la Justicia. Entonces se va a romper ese sentimiento de impunidad acentuado como consecuencia de leyes y (...) de indultos", sostuvo Balza. "Un pasado no resuelto se hace eterno. Sobre todo, me refiero a quienes están imputados de crímenes de lesa humanidad y no han respondido por esos crímenes".
    14- Hay tres cosas que no pueden ser verdad al mismo tiempo:
    Una, que Bertolotti piense que los mandos deben ir a la Justicia y que hay que terminar con la impunidad. Dos, que la cadena de mando en las FFAA esté funcionando de acuerdo a lo que establece la Constitución y tres que sigan sin aparecer testimonios y documentos que aporten precisiones de nombres, lugares y fechas.
    Desde el punto de vista mediático, la concurrencia al Batallón 13 junto a Macarena Gelman es apenas un gesto. Un gesto, de cierto impacto mediático, que los hechos posteriores mostraron como totalmente desacertado. Lo que se necesita hoy, para cumplir con la orden del gobierno, no son gestos sino datos.
    15- Finalmente, vale la pena preguntarse ¿cómo se está manejando el flujo de información sobre estos temas?
    Nunca compartimos, ni en los 70 ni ahora, la decisión de mantener reuniones políticas por parte de sectores del FA con militares en actividad. Es algo que la Constitución prohíbe a texto expreso y la izquierda es la primera interesada en el cumplimiento de esos recaudos legales.
    ¿Qué diríamos si fueran otros partidos los protagonistas de esas "conversaciones"?
    Por lo demás, en el FA, espacio de trabajo orgánico que con mucha responsabilidad ha conducido los análisis y la adopción de posiciones en materia militar, la Comisión de Defensa, presidida por el Gral. Licandro, está integrada por militantes de todos los partidos del FA que quieran participar. No hay cotos reservados para ningún partido y las orientaciones surgen de las resoluciones del FA en sus congresos.




4. 12.09.05. La lucha por la justicia social como prioridad

¿Qué se espera de un gobierno de izquierda?
La lucha por la justicia social como prioridad
Por Hugo Cores

La marcha del nuevo gobierno ha desencadenado algunos debates de interés. Persisten tensiones internas que, al no explicitarse, pueden generar confusión.
Una primera pregunta que me haría es ¿qué se espera de un gobierno de izquierda? Quiero decir de un gobierno cuyo símbolo, entusiasta y unánimemente aceptado, es la bandera roja, azul y blanca de la izquierda uruguaya. Mostrar con nuevos hechos que este gobierno no responde a los mismos intereses sociales que los anteriores, debería ser, a mi juicio, la primera prioridad.
¿Qué se espera de un gobierno de izquierda?

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    Creo que se espera un esfuerzo desde el gobierno por avanzar en una redistribución de la renta que permita devolver lo que se le ha expropiado a ese millón de nuevos pobres y a esos más de 270 mil indigentes que tiene el país como fruto de 'la ley de la selva' neoliberal que imperó hasta el 1º de marzo de este año.
    Desde esa primera exigencia: menos pobreza, más igualdad, mejoras en la salud y la educación, mejores salarios, más oportunidades de empleo y vida digna, es que trato de ordenar una valoración de lo que está haciendo el gobierno.
    Un segundo aspecto, tan importante como el anterior, es la reparación de las deformaciones autoritarias que ha sufrido la democracia en el país.
    La existencia de delitos impunes, de "pactos de silencio", la supervivencia de concepciones que le ponen límites, ilegales e inconstitucionales, al ejercicio de la soberanía del pueblo.
    La existencia de una doctrina reproducida en los estamentos militares que se hace solidaria con lo actuado durante la dictadura militar. Solidaria con las torturas, las desapariciones y todas las demás violaciones a los derechos humanos. Reproductora también durante más de treinta años de una "historia oficial" imbuida de esa doctrina de justificación de las aberraciones perpetradas durante 13 años.
    Finalmente, como tercer aspecto, hay también expectativa en que se sustancien todas, y en el menor tiempo posible, las auditorías administrativas que permitan determinar las responsabilidades de los ex gobernantes en el deterioro y la bancarrota de buena parte de las instituciones de nuestro Estado.
    Hay otros aspectos, como el desarrollo de una integración latinoamericanista, en la senda de los excelentes acuerdos firmados con el Presidente Hugo Chávez, le agraden o no a la diplomacia estadounidense. Pero no quiero abrir demasiadas cuestiones a riesgo de que se disperse lo principal.
    Fuero sindical
    En el Plenario Nacional del FA se abordó la cuestión del trámite de la ley de Fuero Sindical. Aprobada con el respaldo total de los legisladores de la mayoría, el trámite parlamentario fue suspendido ante algunas reclamaciones realizadas por los empresarios.
    En el debate interno del FA se dijo, palabra más palabra menos, que la ley aprobada en Diputados "golpeaba sobre una de las líneas maestras de la acción del Ministerio de Trabajo como lo era el tripartismo, el espacio desde donde se iba a diseñar una política de desarrollo nacional, elemento esencial que al país le estaba faltando". Como es obvio creo que el tripartismo es un instrumento útil para abordar un sinnúmero de problemas laborales. De hecho en un régimen democrático toda huelga, todo conflicto termina con una instancia tripartita, es decir los representantes del capital, los trabajadores y el Estado.
    El Derecho en lugar de la fuerza
    En este caso no creo que este método (creo que, tal como se lo fundamenta, es más que eso, es una concepción) sea aplicable a la discusión de la ley de Fuero Sindical.
    La necesidad de dar garantías a la organización obrera es previa a cualquier abordaje de otro tema.
    La represión al sindicalismo por parte de las patronales, que empezó con Pacheco, tuvo su período de auge durante la dictadura y se prolongó durante los gobiernos neoliberales posteriores es una violación a los derechos humanos y a las libertades democráticas de los trabajadores.
    Privar al obrero de instrumentos de organización y lucha está en el ABC de la doctrina neoliberal de Hayet y de la acción de la inmensa mayoría de los empresarios siempre que pueden.
    El imposibilitar el desarrollo de los sindicatos y cercenar las reivindicaciones obreras ¿tuvo efectos pertinentes?
    ¡Vaya si los tuvo! Esa es una de las causas de la caída a pique del salario real y del empeoramiento de las condiciones de trabajo en los últimos decenios.
    La ley de Fuero Sindical, al hacer cumplir con las leyes que protegen la sindicalización está reponiendo una libertad avasallada. Está colocando la noción de derecho en lugar de la noción de fuerza, usada y abusada por el sector más poderoso en la relación laboral, que es el propietario del capital.
    Cuando el proyecto se discutió en el Parlamento hubo dos informes lapidarios a favor de la ley aprobada en Diputados. Desde la Cátedra de Derecho Laboral, Héctor Barbagelata y Oscar Ermida Uriarte ingresaron con gran nitidez conceptual en el debate. Rebatieron las tesis patronales, demostrando cómo, desde el punto de vista del derecho laboral, es siempre el empresario quien debe informar sobre las razones de los despidos.
    Se preguntan los universitarios ¿qué trajo de bueno para el país la aplicación de las doctrinas neoliberales? Menos salario, más pobreza, más desigualdad social.
    Significativamente las opiniones de los académicos fueron tan rotundas que en los debates que siguieron no hubo ninguna fundamentación contra sus argumentos. (Dicho sea de paso los términos de este debate están contenidos en un sitio frenteamplista en la red, www.pvp.org.uy )
    La Ley de Fuero Sindical, entonces, está ligada a dos de las demandas esenciales que tienen derecho a hacerle al gobierno quienes el 31 de octubre votaron por Tabaré: el restablecimiento de una libertad democrática avasallada y la lucha contra los bajos salarios y la pobreza, contra la distribución regresiva de la renta y la desigualdad creciente.
    Reforma tributaria
    En nuestro programa y uno de los tópicos más recurridos en la prédica que todos los frenteamplistas y aliados realizamos durante las campañas electorales, es la crítica al actual sistema impositivo que hace recaer el peso de los impuestos en los más pobres y el impulso a una reforma tributaria por la cual los que tienen más y ganan más, paguen más. Y los que tienen menos y ganan menos, paguen menos.
    Esa reforma se está preparando en el ámbito del Ministerio de Economía. Algunas declaraciones recientes de sus titulares han puesto el acento en una reforma para reducir la evasión y asegurar la estabilidad económico-financiera del país.
    Está faltando poner el énfasis en el papel que una reforma tributaria (expediente por demás seráfico que además se ha anunciado será "gradual" es decir parsimonioso y frugal) tendrá en el anhelado objetivo de una distribución más justa de la renta.
    Dado que se trata de un tramado técnicamente complejo es importante que los soportes políticos e ideológicos de la reforma tributaria se conozcan con suficiente anticipación de manera que puedan ser examinadas detenidamente por todas las fuerzas progresistas, incluyendo a los organismos de base del FA... No sea cosa que aparezca, con plazos imperiosos y bajo la forma de un CD.
    Cuestiones de estilo y de fondo
    En los debates del Plenario Nacional del FA, un compañero respondió a críticas que algunos habíamos formulado acerca de las concepciones defendidas por los actuales mandos militares sobre lo actuado por los mandos durante la dictadura.
    Los tres jefes, con palabras y tonos distintos, han defendido a sus viejos compañeros de armas que llevaron adelante la represión. Definen a esta, aún hoy, como un ciclo que salvó a la patria del peligro de la subversión.
    Ese pensamiento no puede producir informes creíbles sobre cementerios clandestinos ni guiar una acción democrática al frente de las FFAA, de ahí la conveniencia de deponerlos del mando. Eso dijimos. Se nos respondió que hoy sólo se podrían ascender hombres que habían participado del proceso. Los otros, (los que no habían incurrido en esas aberraciones) no eran confiables por "pusilánimes", a lo que se agregó alguna otra sentencia no menos infeliz. Lo curioso del asunto es que lo más señalable de esas expresiones no ha sido suficientemente observado: los militares merecedores de la desaprobación del dirigente frenteamplista lo serían... por no haber participado en los atropellos de la dictadura.
    Tomado de La República, 12/09/2005





5. 05.09.05. Cuando se trata de cumplir con lo prometido


Escribe Hugo Cores

En el curso de la semana pasada dos acontecimientos importantes tuvieron como escenario la acción política de la izquierda: la reunión del Consejo de Ministros donde se produjo un cruce de opiniones entre el Presidente de la República y el Ministro de Economía y la reunión del Plenario Nacional del Frente Amplio, máximo organismo de conducción de la fuerza política.

Creo que en ambas instancias estuvieron en juegos decisiones importantes. Y también contraposición de opiniones que son fundamentales para determinar si la acción de gobierno del FA-EP-NM se afirma en sus realizaciones de signo popular y democrático o cede ante los obstáculos y no consigue sustanciar su proyecto de cambio.
Dos concepciones distintas en el Consejo de Ministros.

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    En su reunión habitual de gobierno, el lunes 29 se reunió el Gabinete convocado por el Presidente de la República. Lo que sigue parte de atenernos a versiones detalladas publicadas por la prensa posteriormente y que no han sido desmentidas.
    En el curso de la reunión, el Ministro de Economía Danilo Astori, que repartió una versión del proyecto de Presupuesto del Poder Ejecutivo, anunció que no había logrado una fórmula que le permitiera alcanzar el 4.5% del PBI en el curso de los cinco años de vigencia de la Ley.
    En ese momento intervino el Presidente de la República para señalar que el porcentaje anunciado para los gastos de educación había sido una promesa de la campaña y que estaba decidido a cumplirla.
    El Dr. Vázquez apoyó su propuesta, desde el punto de vista técnico, con una fórmula elaborada por el economista Carlos Viera, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
    Ante la determinación del Presidente, el Ministro Astori expresó que dentro del presupuesto deben respetarse determinados “topes” que surgen del acuerdo al que llegaron el gobierno y el Fondo Monetario Internacional y que no se pueden modificar” (en esos términos, nunca desmentidos, lo informa Búsqueda en su última edición)
    Digamos de paso que la propuesta aportada el economista Carlos Viera es coherente con lo que él escribió y sostuvo públicamente en las deliberaciones del Congreso “Héctor Rodríguez de diciembre del 2003. Y que en definitiva fue lo que el Congreso resolvió.
    De todos modos, lo decisivo es que el Presidente de la República respalda esa visión. Y lo hace apelando a un argumento claro y directo pero inusual en las prácticas de los gobiernos anteriores que este país ha sufrido.
    “Es una promesa de la campaña, estamos absolutamente decididos a cumplirla”.
    El diferendo entonces es trascendente.
    Para el M. de Economía, se trata de respetar los acuerdos con el FMI. Vázquez recuerda que fue una promesa preelectoral y por eso hay que cumplirla.
    El trámite tuvo otros episodios, pero quiero detenerme por un instante a reflexionar sobre esto.
    Cuando los frenteamplistas decidimos “respetar los compromisos externos” lo hicimos condicionando ese cumplimiento a que “no imposibilitara el cumplimiento de los compromisos contraídos con la sociedad”, la llamada “deuda interna”.
    La idea de que no pagaremos con el hambre o con la imposibilidad del desarrollo de un país productivo se aprobó en aquella oportunidad. Y sobre esos postulados se desarrolló la campaña electoral. Ese compromiso es el que Vázquez está absolutamente comprometido a cumplir.
    En un mundo atiborrado de promesas incumplidas. En una América Latina donde han tendido a proliferar los gobiernos “obedientes”, que cumplen sin chistar las indicaciones del FMI, para perjuicio de los intereses de sus pueblos y sobre todo de los más pobres, en este continente, es poco frecuente una concepción de la democracia que, en el momento de decidir algo tan trascendente como un presupuesto nacional por 5 años, ponga encima de la mesa, nada más ni nada menos, que los compromisos contraídos con la ciudadanía.
    ¿Cuanto hace que esa lógica de respeto al ciudadano no formaba parte de la ‘cultura de gobierno’ en Uruguay?
    Cuando asumió como Presidente en 1985, Sanguinetti desconoció los acuerdos de la CONAPRO, donde estaban casi todos los temas claves para una verdadera transición hacia la democracia.
    Lo primero que hizo Lacalle cuando asumió fue un tremendo ajuste fiscal olvidando que en su campaña se había comprometido a bajar los impuestos y el precio de los combustibles. Incumplimientos similares, y no solo en el terreno económico, tuvieron las dos últimas administraciones del P. Colorado.
    El Plenario Nacional del Frente Amplio
    Cuando todavía no habían terminado de extinguirse las variadas interpretaciones sobre el encontronazo del lunes 29, el pasado sábado se reunió por primera vez desde que el FA asumió el gobierno su Plenario Nacional.
    El organismo, integrado por más de 150 personas, tiene una composición y un estilo de debates profundamente democrático. No hay otro partido en el país capaz de habilitar una asamblea de este tipo para discutir cuestiones políticas y de gobierno.
    El FA lo hizo. Todas las voces se oyeron. La de los partidos que quisieron hablar y, sobre todo se oyeron las voces de un sector que tiene alrededor de la mitad de los integrantes del organismo que vienen mandatados por los organismo de base del FA: las Coordinadoras y Departamentales que agrupan a los comités de base locales.
    Estos representantes de las bases son ciudadanos que participan de la actividad política como militantes. No son profesionales. No viven de la política. Son docentes, obreros, jubilados, obreros, profesionales o comerciantes. Militan porque están convencidos.
    Ese Plenario discutió la crisis del Presupuesto, la cuestión de la deuda y de la Carta de Intención, la política que se impulsa a través del equipo económico, el proyecto de ley sindical a estudio en el Parlamento, los informes de los mandos militares sobre el emplazamiento de yacimientos conteniendo restos de ciudadanos desaparecidos y varios otros temas.
    El Plenario junto con la Declaración General votó, en el segundo punto, un par de incisos que nosotros propusimos: (Pese a ese sombrío panorama) y a los obstáculos interpuestos por fuerzas e intereses sociales y económicos conservadores, intransigentes ante las demandas de justicia social y aferrados a un modelo de país injusto, dependiente y subordinado… Obstáculos que nacen también de la sobrevivencia de concepciones que justifican la impunidad y la doctrina de la seguridad nacional…
    Son posibles o no son posibles los cambios
    Nos pareció importante incorporar a la discusión la cuestión de los obstáculos que enfrenta nuestro gobierno para lograr la realización de su programa, de lo prometido al pueblo antes de las elecciones.
    Veamos, un acuerdo con el FMI puede ser visto como formando parte de una realidad inmodificable a la cual nuestra acción política debe adaptarse. Y así como no podemos hacer planes para gobernar más allá de los límites de nuestra geografía, no estamos en condiciones de intentar otros caminos que aquellos que nos imponen el FMI y, más en general, las reglas del capitalismo globalizado representadas por la OMC, el BM, y demás.
    Una acción de gobierno tal como nos proponemos realizar, implica no adaptarnos sino vencer esos y otros obstáculos, como el de la impunidad.
    Partimos de la base que no todo está determinado por los acuerdos económicos con los organismos externos. Ni admitimos la lógica de “las verdades posibles” en materia de violaciones a los derechos humanos.
    Por el contrario, tenemos y debemos ampliar los espacios de lucha por más soberanía y por evadir el dogal asfixiante de las imposiciones externas inherentes al neoliberalismo, teóricamente caduco pero con gran poder, especialmente en esta fase de expansión agresiva de los intereses del Imperio.
    Y si esto no fuera así. Si el techo ya nos fue fijado desde afuera y de antemano… En ese caso no tendría razón el Presidente de la República. Ni nuestro Congreso del año 2003 ni las aspiraciones expresadas por las mayorías que acompañaron al FA el 31 de octubre. Y toda nuestra campaña prometiendo cambios de fondo hubiera sido una indisimulable equivocación.
    Tomado de La República, 4 de setiembre de 2005



6. 29.08.05. Los recursos son escasos y el tiempo también

Sobre cada promesa incumplida, vuela el helicóptero del fin de reinado
Los recursos son escasos y el tiempo también
Escribe: H. Cores- PVP-Frente Amplio

Empecemos por señalar algo casi obvio: la intensificación de la presión norteamericana sobre los países de nuestra región. Con Bush el imperio no solo defiende el mantenimiento de su supremacía histórica en A. Latina sino que procura nuevos avances sobre la soberanía y el desenvolvimiento económico de los pueblos. En todos los planos pero con especial énfasis en los aspectos militares y de apoderamiento de los recursos naturales.

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    En estas circunstancias, si la izquierda pierde contacto con las masas, si sus estructuras partidarias se debilitan o se vuelven sectarias, si pierda la capacidad de movilización, la vulnerabilidad de su gobierno aumenta.
    Cualquier episodio, sea del origen que sea, si no hay respaldo popular activo puede convertirse en un arma del enemigo: hasta la demora frente a los daños de un temporal que hace volar techos, derriba árboles, cables eléctricos y líneas telefónicas.
    1- En el contexto adverso de esa agresiva expansión norteamericana, desde el 1º de marzo se ha iniciado en Uruguay un período que se caracterizó como un “cambio de época”. Vale decir, las tareas que componían la agenda del gobierno popular no eran la suma de una serie de asignaturas pendientes sino un cambio de la totalidad de las relaciones de fuerza.
    Así lo han percibido tempranamente la derecha y la diplomacia norteamericana, que no están dispuestas a conceder nada de sus posiciones de privilegio y que ante cualquier esbozo de cambio ponen obstáculos y presagian más desdichas para el país.
    Esto vale para una vasta gama de grandes empresarios, con gran poder dentro de las cámaras patronales, cuyo poder de presión está en proporción con el alcance de su fortuna y sus vínculos con transnacionales, su capacidad de financiamiento a políticos profesionales y su habilidad para adscribir a sus intereses a un séquito siempre dispuesto a encontrar las hechuras jurídicas, o “de sentido común” que sostienen que lo bueno para el país es que unos se deslomen trabajando por salarios miserables para que otros puedan asegurar la rentabilidad de sus empresas y remitir al extranjero sus ganancias.
    2- Aparece una idea sustentada por la derecha, que la búsqueda de la verdad y la justicia es antagónica a las iniciativas económicas y sociales que reclama la sociedad uruguaya. El reclamo, de origen pragmático, de contraponer las “realizaciones concretas” a la búsqueda de la verdad histórica, como si esta fuera un lujo prescindible o el capricho de una minoría.
    El objetivo de verdad y la justicia significa ingresar al territorio prohibido de un tramo del pasado sobre el que pesa un “pacto de silencio” y un sistema de complicidades forjado a lo largo de los años.
    Como resultado de las decisiones del gobierno, las investigaciones han dado inicio, pero los informes realizados por los jefes de las tres armas han resultado una verdadera tomadura de pelo, pues allí poco se aporta de nuevo con relación a lo que ya habían denunciado las víctimas.
    Además los actuales mandos aparecen no sólo como coparticipando en acciones represivas que durante años negaron sino que reivindican el papel cumplido por las FFAA durante la dictadura.
    Los mandos de las FFAA, responsables de decenas de secuestros y desapariciones, aparecen presentando aquel desempeño como inspirado en el “objetivo superior” de defensa de la patria.
    ¡Veinte años después de restaurada la democracia, los jefes de las armas siguen sosteniendo que la dictadura salvó al país!
    ¿Es esta una preocupación de anticuarios? ¿O es algo del presente y del futuro?
    Vale la pena ver lo que está ocurriendo con los mandos militares en Brasil hoy, donde las tormentas que sacuden al poder político democrático están haciendo emerger nuevamente un cierto protagonismo militar.
    Apareció la famosa “inquietud de los mandos” a quienes preocupa que, privado del respaldo de los políticos centristas, el presidente Lula “pueda quedar como rehén de los grupos de izquierda” como el movimiento sin tierra: ¡qué rápido renace lo que se daba por muerto!
    3- Si la izquierda en el gobierno rompe el cordón umbilical que la une con las aspiraciones más sentidas de la gente, se atrinchera en las bastiones prestados de la administración y deserta de las fortalezas propias que nacen de la movilización, renacen otros protagonismos hoy latentes que van a hacer pesar su fuerza en la búsqueda de una salida política.
    Una lectura a lo ocurrido con nuestros vecinos bastaría para ver lo que no se debe hacer: desarticular la fuerza política, mantener las pautas económicas impuestas desde el FMI y perder contacto con los centros neurálgicos de la movilización popular.
    Viendo la peripecia Lula se comprende que en la A. Latina de hoy los tiempos son cortos. Sobre cada promesa incumplida, vuela el helicóptero del fin de reinado.
    Como ocurrió en diciembre del 2001 con Fernando de la Rúa, que se mantuvo apegado a los lineamientos de política económica neoliberal y al ministro Cavallo que los personificaba.
    Lo que ocurrió en Bolivia en octubre del 2003 con Sánchez de Lozada, obligado a huir por la movilización popular contra su política neoliberal.
    O lo que ocurrió con Lucio Gutiérrez en Ecuador, en abril del 2005, que incumplió con los compromisos contraídos con el pueblo y aceptó todas las imposiciones de Washington y también partió en helicóptero.
    4- Los gobiernos de izquierda no tienen a su favor el “empuje ascendente de la historia”. Van contracorriente. Un gobierno progresista para durar tiene que actuar con sentido nacional y popular. Y eso significa llevar adelante conquistas para la gente, que universalicen y que hagan claro, a través de hechos -que podrán no ser espectaculares pero si significativos- (recuperación salarial, creación de empleos, recursos para la educación y la atención de la salud) que muestren a todos los ciudadanos el sentido popular del gobierno.
    5- A diferencia de otros gobiernos progresistas, como el de Lula, el gobierno del FA no alcanzó la victoria electoral como resultado de acuerdos con partidos de la derecha y posee mayoría propia en ambas cámaras legislativas.
    Nuestro compromiso con el programa es más directo y cohesionado que el de Lula. Somos responsables, a sola firma, de llevar adelante un cambio progresista.
    A diferencia de De la Rúa que asumió el poder en la Argentina, fruto de una Alianza pergeñada entre gallos y medias noches, el programa del Frente Amplio no ha sido improvisado sino que hace más de treinta años que se viene enarbolando y actualizando.
    A diferencia de la Alianza argentina, el FA no es una conjunción electoral pegada con saliva sino una fuerza política cohesionada con decenios de historia en común.
    6- Hay una batalla decisiva en curso: una lucha por verdad y justicia en la que todo parece indicar que el gobierno y el sistema institucional democrático saldrán airosos, sobreponiéndose a las dilatorias y a las mentiras promovidas desde el alto mando militar.
    Esta victoria tendrá el efecto de una depuración institucional, sin la cual se sumarían nuevos obstáculos al proyecto de relanzamiento del país por la senda del desarrollo productivo y la justicia social.
    Al mismo tiempo está planteada una agenda de realizaciones económicas y sociales que, haciendo del PANES el punto de partida, sea capaz de ir, desde ahora, creando condiciones para absorber mano de obra.
    Se acerca el fin del amordazamiento de la actividad sindical y el desconocimiento de los derechos obreros, lo que pone en el tapete la caída del salario real y la necesaria redistribución de la renta.
    Es necesario alentar desde ya proyectos productivos, iniciativas estatales, privadas o mixtas, orientadas a darle un sentido social a la reactivación económica. De lo contrario, las cuentas del Estado podrán mejorar, los montos de las exportaciones acrecentarse, el déficit fiscal disminuir. Todo eso nos permitirá recibir alguna palmadita de aprobación por parte de los jerarcas del FMI. Pero no se habrá alcanzado el comienzo de una mejora sustantiva en las condiciones de vida del pueblo trabajador. Y ese objetivo es tan esencial para el Frente Amplio como la búsqueda de la verdad y la realización de la justicia.
    Tomado de La República, 29 de Agosto de 2005



7. 22.08.05. A los empujones, viene clareando

La importancia presente y futura de terminar con la impunidad.
A los empujones, viene clareando
22 de agosto de 2005


El pueblo uruguayo está tomando conocimiento de una realidad que, desde hace más de 32 años, bajo un ahora reconocido “pacto de silencio”, le fue ocultada. Y la “operación zanahoria”, lenguaje semimafioso, ha entrado sin ningún rubor en los documentos suscritos por los más altos oficiales uruguayos.
Este cambio, impulsado por el nuevo gobierno, es de incalculables proyecciones. Actuales y futuras.

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    Una meta que estaba pendiente
    Actuales: cada vez es más difícil encontrar quién salga a defender la acción represiva durante los años que van de 1972 a 1985. Cada vez resulta más difícil, también, encontrar a quién defienda la política de ocultamiento, comandada desde el poder por blancos y colorados, con respaldos varios en la sociedad, en el mundo académico y mediático.
    La confirmación por la Fuerza Aérea del segundo vuelo de uruguayos secuestrados en Argentina, es otro salto hacia la verdad y eleva la gravedad de los crímenes cometidos por la dictadura.
    Ante estas verdades hubo vacilaciones. ¡Si hasta no faltó, desde la izquierda, quien afirmara, hace apenas unos meses, que los problemas de la impunidad interesaban sólo a un pequeño núcleo de personas!
    Pasando por encima de trece años de lucha popular
    También parece amainar la pamperada, que contaba con impensables defensores, de la idea de los dos demonios: Aquello de “Los antiguos rivales que debieran sentarse finalmente en una mesa para ponerse de acuerdo y pacificar definitivamente el país”…. Esas frases que usted tanto ha oído, sencillas como un refrán pero más falsas que un billete de 12 pesos.
    El socorrido esquema de dos demonios pactando y perdonándose mutuamente, pasa por encima de trece años de lucha popular.
    Elude la descripción de lo que fue el régimen de terrorismo de Estado, no sólo en sus aspectos “militares”, que en realidad fueron sobre todo policiales sino también la complicidad de una parte del personal político de los Partidos Tradicionales que usurparon cargos de gobierno, legislativos, docentes, diplomáticos y demás. Tal teoría “blanquea” a los dirigentes civiles del proceso, ya que los crímenes y torturas empezaron antes del golpe de 1973.
    Un balance de lo que significó el terrorismo de Estado cobra importancia hoy, cuando el Estado ha dejado de ser terrorista y, desde sus palancas, un nuevo gobierno, democrático y popular, procura que las instituciones sean un instrumento para el cambio social avanzado.
    Recuperar ciudadanía activa
    Todos podemos comprobar día a día que los grados de movilización popular del 2005 son más débiles que antes. Se sale menos a la calle, se reflexiona en común sólo de tanto en tanto. Faltan pronunciamientos políticos sobre temas importantes.
    Hay, por los menos, dos grandes razones por las que el pueblo uruguayo está hoy menos movilizado: la primera es el peso de la desocupación, sobre todo en la industria.
    Eso se lo debemos al largo ciclo del neoliberalismo. Acosado por el hambre y la inseguridad, decenas de miles de trabajadores, antaño sindicalizados, sufren el agobio de las necesidades del día, sin tiempo ni fuerzas para ensayar formas de participación activa en la vida política del país.
    La otra razón proviene del terrorismo de Estado y sus secuelas, de la larga impunidad pasada. Y la impunidad pasada tiende a convertirse en impunidad presente: si tantos crímenes se pudieron cometer sin conocerse la verdad y sin que llegue la justicia ¿por qué tendría que haber verdad y justicia para los delincuentes de cuello blanco de hoy, los intocables, los mafiosos, los usureros, los usufructuarios de las licitaciones truchas, de las concesiones y prebendas?
    Debilitado su poder de indignación y escépticos acerca de la vigencia real del Estado de Derecho, muchos ciudadanos tienden a pensar con fatalismo que todo seguirá igual.
    De ahí la importancia, presente y futura, de terminar con la impunidad. La impunidad quita las energías democráticas latentes en la ciudadanía, las envenena de escepticismo, de la vieja y criolla incredulidad.
    El contenido de clase de la dictadura
    Mirar el pasado situando el protagonismo en la acción perversa de los dos demonios contribuyó a eliminar de la escena a las otras formas de protagonismo popular.
    Los fautores de la obra habrían sido dos polos chiquitos y pareció que había muchos interesados en que los trece años de dictadura se presentaran así, como la historia de una banda contra otra, como la épica de un grupo de conjurados contra otro, ¡hoy por fin todos igualmente arrepentidos!
    Obsérvese que fue necesario esperar casi hasta fines del 2003 para que aparecieran las primeras obras, verdaderamente testimoniales, sobre lo que había sucedido en el Penal de Libertad, hecho que afectó a, por lo menos, 2873 presos: todo un pueblo. Y lo que pasó con sus familiares.
    Durante veinte años de democracia, el reduccionismo de los dos demonios llegó a tal punto que casi dejó fuera de la memoria colectiva el análisis de un fenómeno de dimensión social, como fue el gran número de presas y presos políticos que hubo en este país. Porque al número anotado más arriba hay que agregarle el de las mujeres encarceladas, los miles que estuvieron presos sin ser procesados y los que cumplieron sus condenas en unidades militares del interior. Y los desaparecidos.
    Incluso limitarlo sólo a los presos no dice todo sobre el terrorismo de Estado, que fue una malla lacerante que si ciñó de manera opresiva sobre el cuerpo entero de la sociedad, asfixiándola: proscripciones políticas, control de los medios de comunicación. Y todos los ciudadanos clasificados en tres categorías: A, B y C.
    Dotados de la facultad de prohibir, los usurpadores en el poder, lo clasificaron todo: hasta los tangos de Gardel.
    Y sobre todo a los trabajadores. Las “listas negras” que permitieron el despido de miles de sindicalistas a los que luego les fue imposible conseguir trabajo dentro del país.
    El objetivo era paralizar toda forma de resistencia política o gremial. Todo anhelo de pensar las cosas con cabeza propia.
    Como resultado de este signo social de la dictadura, decenas de miles de obreros fueron arrojados de la ciudad a los barrios marginales, despojados de buena parte de sus derechos ciudadanos y de los instrumentos para defenderse ellos y sus familias. Y el salario real cayó a la mitad.
    Están cambiando los tiempos
    Ahora empiezan a abrirse, por fin, los tiempos de la verdad. Y de lo que se trata es de recuperar la capacidad de ejercicio de la ciudadanía. De vigorizar la conciencia de legitimidad de la lucha por los derechos, individuales y colectivos, que la larga noche del terrorismo de Estado procuró extirpar para siempre.
    No es hora de balconear
    Tanto la parálisis del neoliberalismo y del terrorismo de Estado como la teoría reduccionista de los dos demonios nos convidan a ser balconeadores.
    En el mejor de los casos, ser hinchas, o seguidores desde afuera, de éste o del otro. Como balconeadores, no estamos en condiciones de contribuir en nada, ni en la labor del gobierno, ni en el progreso del país.
    El balconeador no formula demandas ni se organiza. A lo sumo aplaude. No denuncia, ni juzga, ni da batalla contra los que esquilmaron el patrimonio público.
    El balconeador cree, equivocadamente, que basta con votar bien una vez cada cinco años.
    Por supuesto, el balconeador crece regado por la saliva de políticos a quienes le resulta confortable mantener a la gente, convertida en mero público, inmovilizada, como embobado espectador, de sus gestos y sus hazañas.
    El imperio nos acecha
    Nos esperan desafíos titánicos. A EEUU no le gusta la amistad de nuestro gobierno con el de Venezuela ni la reanudación de relaciones con Cuba.
    Los tratados suscriptos con Chávez son vistos como un riesgo para su dominio económico y militar en la región.
    Por ahí están yendo y viniendo los Rumsfeld y toda la caterva de funcionarios, diplomáticos e intrigantes, que procuran mantener a nuestra América Latina fragmentada y débil.
    Los intereses imperiales cuentan con apoyo en operadores sociales y políticos ligados al privilegio económico, algunos enquistados en puntos clave del aparato estatal. Pero su gran aliado es la pasividad y la resignación.
    Publicado en La República del 21 de agosto de 2005



8. 15.08.05. Imágenes de una guerra encubierta

Escribe Hugo Cores

Días pasados, de improviso, ingresé al Centro Municipal de Fotografía de la Intendencia de Montevideo, en la calle Ejido casi 18 de Julio.
Además de sus servicios permanentes, en tanto archivo fotográfico de la ciudad, el Centro presentaba una exposición de un joven fotógrafo, Daniel Machado, cuya obra no conocía.
Retuve dos de los puntos clave de la exposición y el video explicativo que se exhiben en el local.

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    1- El primero y más importante es el llamado "El Hospital Rodelú", una treintena de fotos de buen tamaño colocadas sobre los muros de la sala y luego miradas nuevamente en el relato contenido en el video.
    Las fotos, tomadas durante 2004, son una ojeada en perspectiva sobre la situación del Hospital de Clínicas. Las imágenes que ha captado Daniel Machado te dejan casi sin respiración.
    Viendo aquello pensé, "qué poco se logra con la palabra y cuánto puede decirnos la imagen, con qué fuerza habla de lo que tanto nos costaría decir con palabras."
    Y pensé también: esta colección de fotos debieran verla todos los estudiantes de medicina, y los del IPA, y los de magisterio. Y todos los maestros y todos los periodistas. Y todas las personas nacidas en este país, de todas las edades y de todas las profesiones. Estas imágenes debieran ser itinerantes para que las pudiera ver todo el país.
    2- Sucede que, hace un tiempo, un amigo de Daniel Machado estuvo unos días internado en el Hospital de Clínicas y Machado lo fue a visitar y a cuidar. Así conoció el Hospital Manuel Quintela.
    Luego, la mirada sutil del artista observó unas realidades que luego capturó con su máquina y son las imágenes que hoy se exponen.
    Desde las paredes, las fotos silenciosas y de colores algo desvaídos constituyen un acta de acusación, una interpelación serena y sin concesiones al país y a sus autoridades.
    El ojo sutil del artista se detiene en lo que nadie mira o en aquello que, de tanto ser mirado, ya no se ve: los rostros y los cuerpos de los pacientes. Del pueblo humilde y sufrido que va a curarse o morir en el Clínicas.
    De sus trabajadores empobrecidos, de sus salas de paredes derruidas y sucias. De la humedad que todo lo rodea. De la miseria, piso a piso. De los cristales manchados de herrumbre de sus ventanas. Allí no hay nada de retórica ni de exageración. Sólo unas imágenes insoportables.
    "Hospital Rodelú", así te dejaron país. Por suerte para vos, país, hay todavía quien se indigna y registra y cuenta y denuncia y al hacerlo, quizá hasta sin quererlo, está pidiendo cuentas.
    Tras esas imágenes que claman, hay treinta años de saboteo contra el Hospital Universitario, contra la parte de pueblo (unas 3.000 personas diariamente) que se atiende allí porque no tiene otra posibilidad. También contra la Universidad pública, contra el país del estudio y del saber.
    Es mucho lo que dicen esas fotos de colores desvaídos. En su silencio cuentan una historia cargada de sentidos y de dolor: la historia del orgullo de lo que fuimos, en 1953, cuando se inauguró el Hospital Manuel Quintela, cuando era el más grande y quizá el mejor de América Latina y la vergüenza de lo que es hoy.
    Y esa historia es un relato que enseña, un relato ilustrativo y a la vez indignante. Más que decenas de discursos o artículos de agitación política.
    De lo que fuimos a lo que somos. En el medio, las recetas del FMI, los ladrones de cuello blanco, las grandes fortunas que se han ido del país, los barrios privados en las zonas residenciales, el despilfarro y la frivolidad de las clases dirigentes.
    De la sociedad democrática al país donde manda la plutocracia.
    3- La otra parte del tríptico presentado por Daniel Machado, llamada "La Familia Rodelú", integrada por "La Cárcel Rodelú", está contenida en el video que se exhibe en el Centro.
    Se trata de una serie de imágenes tomadas en el interior de una casa del Barrio Goes. Una casa habitada, hace unos 30 años, por una familia de clase media bastante acomodada.
    El disparador de la máquina digital de Machado acciona para captar las imágenes de la familia y de la casa. Y de lo que queda de aquel antiguo esplendor. Un esplendor exiguo, bien moderado, por cierto. Un bienestar casi austero, muy uruguayo.
    Pasmado, el espectador se pregunta ¿de dónde son estas fotos, a la vez tan familiares, tan humanas y tan lacerantes? ¿Acaso de Varsovia o de alguna otra ciudad devastada en la segunda guerra?
    ¿Qué calamidad pasó por aquí, qué sismo destruyó esta familia, estos muebles, estas paredes de la casa?
    Por segunda vez las fotos de Machado nos preguntan desde el silencio ¿qué pasó con Uruguay?
    ¿Qué dejaron que le hicieran a este país? ¿Qué es lo que nos ha dañado así y no figura en ninguna crónica de batallas perdidas pero heroicas, ni de sitios, ni de viejas ni nuevas Troyas?
    Fuimos y ya no somos. Teníamos y ya no tenemos. Entenderlo cuesta, pero los más viejos algo sabemos.
    4- Daniel Machado aprendió a descubrir los signos de una guerra encubierta. La guerra que han llevado adelante los que nos subdesarrollan, los que nos depredan y saquean.
    Y al hacerlo, quizá sin proponérselo, con la intuición del artista, nos está hablando de la lucha que tendremos que dar para poner fin a ese saqueo. Para volver a vivir. Para que la salud esté al alcance de todos. Para que la dignidad como pueblo nos sea devuelta y las heridas reparadas.
    Propongo, por esta vía inorgánica, que en las próximas conversaciones con los delegados del Fondo Monetario Internacional, la delegación uruguaya encabezada por el ministro de Economía, Danilo Astori, proponga, antes de empezar cualquier discusión, que se exhiban, ante los funcionarios extranjeros, dos breves videos: El Hospital Rodelú y La Familia Rodelú.
    Será una forma de explicar, en forma breve y sin saturar con cifras aburridoras, todo el mal que nos han hecho las recetas que nos han impuesto, con complicidad de blancos y colorados, en los últimos cuarenta años.
    Y que entiendan por qué, los uruguayos ya no queremos seguir más siendo objeto de ese saqueo. Vale la pena visitar el sitio Web del Proyecto Rodelú: http://b.1asphost.com/electrico/rodelu
    Tomado de La República, 15/8/2005


9. 10.08.05. Hora de la verdad, fin de la mentira



Editorial de La República del 10/8/2005
El cúmulo de información difundida en las últimas horas acerca del avance de las investigaciones sobre desaparecidos marca un antes y un después en la vida del país.
Un antes y un después que no parece haberse aquilatado en toda su dimensión.
A menudo, bajo la forma de “encasillar” un tema, se reduce su alcance, se le quita su fermento espiritual, su significación ética más profunda, se lo confina a un ítem más de la agenda política que tiene que enfrentar un nuevo gobierno.

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    ¿Se podría considerar que es sólo una cuestión de “derechos humanos”(o lo que normalmente se suele entender como derechos humanos), el pasaje de la vida institucional de un Estado de los tiempos de la mentira a los tiempos de la verdad?
    El reinado de la mentira, el ocultamiento, el pacto mafioso que unió entre sí a los responsables de los crímenes más repugnantes, ese tiempo de la mentira ¿proyectaba su sombra ominosa sólo sobre la cuestión de la desaparición forzada de personas, el robo de bebés, los asesinatos políticos?
    No. El tiempo de la mentira empañaba a la sociedad toda. La falta de credibilidad en los gobiernos desmoralizaba al conjunto de nuestra ética colectiva como nación.
    Hoy, entre los que comentan la situación, se oye continuamente la expresión “por fin se dará vuelta la página con este asunto”.
    ¡Pero si este libro se acaba de abrir!
    ¡El nuevo gobierno, presidido por le Dr. Vázquez, ha abierto este libro! Y para pasar las páginas habrá que leerlas.
    Comprobar, por ejemplo, ahora que empezamos a saber la verdad, los mil mecanismos que operaron del ocultamiento.
    Un ocultamiento que empezaba en la voluntad del Poder Ejecutivo, especialmente del Dr. Julio María Sanguinetti, príncipe de la impunidad, alentador y garante del pacto mafioso de silencio.
    Y de Lacalle y de Batlle. De ahí nació el sistema del ocultamiento y la práctica de la mentira.
    Pero sería un grueso error considerar que esto es sólo un asunto del alto mando militar o del grupo de tareas que llevaron a cabo los crímenes, respaldados por los dictadores primero y por los “presidentes democráticos” después.
    La verdad sobre María Claudia y sobre los obreros asesinados en el Boisso Lanza es una luz enceguecedora.
    Bajo esa luz hay que mirar de nuevo toda la historia reciente del país. Mirar, por ejemplo, la apatía y la complicidad de algunos jueces y de algunos fiscales, dóciles a la proyección en democracia del poder de la dictadura.
    Mirar con atención las declaraciones de los políticos, predicadores de la resignación, reproductores de la mentira, esparcidores del miedo, cómplices descarados de la impunidad.
    Una luz potente y casi enceguecedora con la que habrá que mirar los dictámenes apaciguadores de los cientistas sociales, las palabras reconciliación emitidas desde los púlpitos, inconcebible reconciliación entre los hijos lacerados de las víctimas conocidas y sus verdugos anónimos.
    A la luz de los que nos muestran las verdades de hoy habrá que releer las tapas de los diarios y distinguir entre aquellas como las de La República, que no cesó un solo día a lo largo de los años en hacer sonar las llamadas de alerta contra la mentira y la impunidad y las de los otros periódicos, o compendios informativos, que subestimaron o ignoraron la larga lucha que se libraba en pos de la verdad.
    Los hechos de hoy, sencillos en su racionalidad republicana, impulsados por el Dr. Tabaré Vázquez, van mucho más allá que la puesta en conocimiento público de estas verdades, dolorosas y traumáticas.
    El país tiene derecho a pensar que en la primera magistratura se encuentra un ciudadano dispuesto a hacer cumplir la ley, dispuesto a la lealtad con la palabra empeñada ante la ciudadanía en los meses previos al pronunciamiento soberano de las urnas.
    La serena credibilidad que el gobierno ha ganado en este terreno está llamada a expandirse en todas las zonas de su gestión al frente del Estado. Y también eso importa como profundización de la democracia y como capacidad para enfrentar los desafíos de toda índole del presente y del futuro.



10. 08.08.05. Cuestión de palabras




Escribe: Hugo Cores

En 1857 el Sr. Carlos Marx escribió:

“El capital, dice un redactor de la Quarterly Review, huye de la violencia y la refriega y es de condición tímida. Esto es muy cierto pero no es toda la verdad. El capital experimenta horror por la ausencia de ganancia o por una ganancia muy pequeña, como la naturaleza siente horror por el vacío. Si la ganancia es adecuada, el capital se vuelve audaz. Un 10% seguro, y se lo podrá emplear dondequiera; 20%, y se pondrá impulsivo; 50%, y llegará positivamente a la temeridad por 100% pisoteará todas las leyes humanas; por 300% y no hay crimen que lo arredre, aunque corra el riesgo de que lo ahorquen. Cuando la turbulencia y la refriega producen ganancias, el capital alentará una y otra. Lo prueban el contrabando y la trata de esclavos” (…) El Capital, Tomo I, volumen 3 páginas 950 y 951.

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    Han pasado casi 150 años de esta semblanza. ¿Alguien podría decir que es exagerada?

    El viejo topo

    Días pasados, en un artículo breve, el ensayista brasileño Emir Sader se refería a la actualidad de la lucha de clases. ¡Vaya sociólogo este, tan joven y todavía apegado a esas viejas consignas marxistas!, comentaría arrogante algún plumífero de la burguesía de los que dejándose mimar por el poder, siempre están con la última moda.
    Pero sucede que no, que lo de Sader no es una consigna, ni una aspiración de deseos de un sociólogo belicoso.
    No, lo que él hace, siguiendo los lineamientos de una revista conservadora británica, es mostrar de qué manera se está redistribuyendo la riqueza en el mundo. Como, en silencio, sin Comunas de Paris, ni insurrecciones de obreros, campesinos y soldados, y sin soviets ni alzamientos se está produciendo, de manera sigilosa una enérgica lucha de clases. Una lucha que consiste que los ricos del mundo son cada vez más fuertes y más ricos y los pobres, incluyendo a los que viven en los países ricos, son despojadas y se vuelven cada vez más pobres, viven en peores condiciones y trabajan con menos garantías y en forma más precaria.
    La lucha de clases está ahí aunque no se vea ni se la pueda nombrar “en sociedad”. Actúa, como decía Marx, como un “viejo topo” que va socavando las bases de la sociedad preparando el terreno para los grandes cambios, que la injusticia triunfante hace imprescindibles aunque vayan demorados.
    Las comarcas ricas del mundo se benefician de los ahorros que los ricos de los países pobres envían a sus bancos. Luego ese dinero va en préstamos a los países pobres. Estos para pagar esos préstamos, eso lo sabemos en carne propia los uruguayos, no pueden invertir en sus hospitales, ni en sus escuelas y liceos ni en fabricar viviendas….
    Todo esto puede llamarse Fondo Monetario, Organización Mundial del Comercio, Banco Mundial, pero es lucha de clases. Si usted lo mira con la cabeza de ellos, es un mundo organizado, en apariencia racional, moderno y bien ataviado. Si lo mira desde un barrio de San Pablo, Montevideo o Buenos Aires, es un mundo de miseria y violencia.
    Y ni hablar si usted lo mira desde Haití o el Congo donde a pesar de la obra benéfica de los contingentes de paz uruguayos, unas multinacionales, amparadas por “la paz”, depredan naciones con sus pueblos divididos, cada vez más enfermos y hambrientos.

    ¡Infiltración foránea!

    Durante mucho tiempo desde el gobierno se pretendía estigmatizar a la izquierda calificándola de foránea. La izquierda no pertenecía a la nación, no formaba parte del pueblo uruguayo. Era la antipatria. Y se clamaba ¡fuera lo foráneo! ¡Váyanse a Rusia! Foráneos, hijos de una tal por cual.
    Y aunque el ataque era absurdo, porque, en estos países, casi todo, lo bueno y lo malo, ha venido de afuera, no faltaba algún desdichado que lo repetía. Y ahí había que ocuparse en explicar que no éramos ni más ni menos foráneos que los Arzobispos, los pizzeros o los jugadores de fútbol.
    En estos días el Senado abordará el Tratado de Protección Recíproca de Inversiones con los EE.UU. Algunos dirigentes frenteamplistas sostienen con fervor la necesidad de suscribir ese tratado que, según afirman, facilitará el acceso de la inversión privada extranjera, “que tanto necesita el país para su desarrollo y para la creación de empleo”.
    Como muchos frenteamplistas, no creo que ese tratado vaya a favorecernos en nada. Pero al pasar quiero llamar la atención acerca de cómo el tema se ha discutido en Méjico, donde la inversión norteamericana llegó a ser considerable.
    No hace mucho tiempo, un analista de aquel país, Ricardo González Amador, publicó un artículo basado en un estudio reciente de la CEPAL según el cual: América Latina logró en 2004 el mejor desempeño económico en una década, pero al mismo tiempo transfirió al exterior 77 mil 826 millones de dólares como pago de intereses y remisión de utilidades a las matrices de empresas foráneas que operan en la región, cantidad que duplicó el ingreso de inversión extranjera directa, revelaron reportes oficiales.

    No hay crimen que las detenga

    El cuadro que González Amador traza para Méjico, lo hace extensivo a todos los países de América Latina, incluyendo al nuestro. Del análisis citado retengo el adjetivo de “foránea” aplicada a la inversión que viene de afuera o a las empresas trasnacionales que invierten en nuestra región.
    Como sabemos en estos países, viendo el desempeño de las empresas foráneas que se hicieron cargo de las impresas privatizadas, que, como decía Marx en 1857, ¡no hay crimen que las arredre!

    Batallón 14: viejas verdades se abren camino

    Todo parece indicar que la verdad seguirá avanzando. Es un terreno que duele. Pero la verdad compensa. Sobre los desaparecidos en Orletti empezamos nuestras denuncias hace 29 años. En agosto de 1976, con el testimonio Washington “Perro” Pérez, obrero de Funsa, uno de los fundadores de la CNT, luchador de toda la vida, a quien rindo hoy mi homenaje.
    Falleció el 13 de julio de 1986, después de hablar en un mitin en su sindicato cuando se conmemoraban los 10 años del secuestro de León Duarte. Desde agosto de 1976, el Perro Pérez no dejó lugar ni periódico ni tribunal adonde llevar su denuncia. La primera versión escrita de su testimonio se la dictó, en la sede de Amnesty en Londres a Wilson Ferreira, que la pasó a máquina.
    Unos meses después, en diciembre de 1976, se conoció el testimonio del periodista Enrique Rodríguez Larreta Piera, a quien también quiero homenajear. Por su coraje, por la precisión de su testimonio, por su constancia para llevar la denuncia a toda la prensa y a todos los tribunales que fue posible. En América y en Europa.
    Aprovecho para realizar una pequeña referencia “de autoría”. En los años que siguieron, con Pablo Anzalone, Mariela Salaberry y otros compañeros contribuimos a preguntar, pasar en limpio las respuestas, editar, difundir en la prensa, presentar al SIJAU y llevar a los tribunales los contenidos testimoniales de cinco (5) libros de oficiales o soldados desertores de la dictadura que en Brasil se prestaron a brindar testimonios y fotos sobre oficiales y centros de detención y tortura.
    Así conocieron estado público las obras de Hugo García Rivas (con fotos de oficiales acusados), Daniel Rey Piuma (con abundante material fotográfico) Eduardo Laborde Baffico, el Coronel Rodolfo González Díaz y el Teniente Julio César Cooper.
    Todos ellos realizaron testimonios ante tribunales y organismos de derechos humanos, ante la prensa europea y de A. Latina entre 1980 y 1984. Un ejemplar de todos esos textos ha sido donado a la Biblioteca Nacional y pronto estarán en un sitio Web frenteamplista: http://www.pvp.org.uy/
    Han pasado entre 20 y 29 años de todas estas denuncias públicas, formales, por escrito, ante jueces, escribanos, fiscales y abogados. Nunca nada de eso fue desmentido. Muchos hechos ya han sido confirmados.
    Los mandos civiles y militares durante el proceso nunca se dieron por enterados. Amos del presente se sentían también los dueños del futuro.
    La dictadura era así. Hoy aquellas voces silenciadas son guía en la búsqueda de la verdad. Lo que parecía muerto revivió. Y lo derrotado está en los umbrales de la victoria.
    Publicado en La República del 8 de agosto de 2005.



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